ENTREVISTA

Manel Esteller: "En ciencia, el café para todos no sirve"

Manel Esteller: "En ciencia, el café para todos no sirve"

Manel Esteller: "En ciencia, el café para todos no sirve" / ELISENDA PONS

NÚRIA NAVARRO

Manel Esteller es un referente mundial en epigenética del cáncer. Postdoctorado en la Johns Hopkins de Baltimore (Estados Unidos), hoy lidera el Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras de Barcelona.

¿Cuántas veces ha pensado en irse con la música a otra parte? 

Un par de veces. He tenido muchas más ofertas, pero las he declinado amablemente porque hace años decidí hacer una apuesta de país. Seguiré mientras hacer ciencia sea digno, aunque estamos viendo cierta diáspora de buenos investigadores y un parón en el reclutamiento de talento extranjero.

¿Estamos lejos de jugar en la Liga de Campeones?

Algunos investigadores pueden pasar a la primera fase de la Champions, pero en cuartos de final quedan muy pocos. Quisiera destacar que la 'mayoría' es muy importante. Es la cantera. Y no se dan becas posdoctorales, no hay un calendario claro de convocatorias y a veces parece que ya tengan nombres y apellidos. El problema número uno, a mi juicio, es la infrafinanciación en todas las disciplinas. Cuando en Estados Unidos plantean un experimento, piensan: "A ver qué sale". Aquí pensamos: "¿Cuánto nos va a costar?". Eso es un problema grave.

Estamos alineados con Letonia, Estonia y Chipre, según los ‘rankings’.

Los rankings siempre son complicados de evaluar, pero por población total, seguramente ellos están mejor. Hace 25 años que los investigadores reclaman un incremento ridículo del 2% del Presupuesto General del Estado para investigación sin éxito. Es importante saber que si algún día lo concedieran, no afectaría significativamente ninguna otra partida. 

¿La pandemia no ha funcionado como despertador? 

En esta crisis sanitaria, y cuando la vacunación es la que permite la reactivación económica, los mejores investigadores de la vacuna en España han sido científicos prejubilados o jubilados. Los canales oficiales, si acaso, se han limitado a desviar recursos de un campo hacia otro: de ahí que haya más diagnósticos de cáncer avanzado que nunca, porque no se han hecho detecciones precoces. Bailamos el foxtrot, no un baile moderno.

¿El soberanismo mejoraría el baile?

Yo he manifestado que la proximidad de quien da un servicio es beneficiosa. En todo caso, la inversión debe ser distribuida en función de los méritos, con independencia del territorio donde se encuentre.

¿Cataluña puede dar alguna lección a España? 

Quizá la mejor lección es premiar la excelencia. En ciencia, el café para todos no sirve. No tiene sentido abrir un centro de biología molecular en medio de la nada en un sitio sin tradición. Si en Barcelona la investigación biomédica es buena, hay que continuar apostando y el beneficio es para todos. Eso haría una sociedad más descentralizada y justa.

Abramos el foco. Imagine una España ideal.

Imagino un Estado sólido en el que la ciencia y la investigación fueran centrales. Casi nunca lo han sido. En España tenemos un Nobel y medio: Santiago Ramón y Cajal al 100% y Severo Ochoa, que hizo sus trabajos principales en EEUU. España debería diversificar el tejido productivo, no depender de un solo sector económico, como el turismo. Tiene que haber una apuesta clara y sostenida por la industria del conocimiento: desde producir videojuegos a fármacos.

¿Y qué hay que desterrar sin miramientos?

El derrotismo. El "todo va mal", el "esto se hunde". Si hay un problema, hay que dar una solución y aplicarla con valentía.