ELECCIONES 28M

El tributo de Santiago Abascal al simbolismo de Pelayo: así fue su visita a Covadonga

El líder de Vox arremete contra Sánchez: "Ha comprado su sillón pactando con todos los enemigos de España"

Abascal, en la Santa Cueva.

Abascal, en la Santa Cueva.

Pablo Álvarez

Don Pelayo recibió ayer a Santiago Abascal en el santuario de Covadonga en medio de una lluvia fina. Tres cuartos de hora duró la visita del líder de Vox al espacio que simboliza el inicio de la reconquista frente a la invasión musulmana. Él mismo comenzó evocando que "hace cuatro años fue aquí, en Covadonga, donde iniciamos la campaña electoral ofreciendo a los españoles una alternativa frente a una izquierda que estaba entregada al pacto con todos los enemigos de España".

La visita de ayer le permitió completar el relato y conectar con la porción de actualidad que los partidos de la derecha han tomado como eje de sus discursos en los últimos días:

–En aquella ocasión advertimos de ese frente entre la izquierda, el golpismo separatista y el terrorismo, y no fuimos escuchados. Hoy estamos mucho peor y vemos que el PSOE no solo va a pactar con los amigos de los terroristas, sino que va a hacerlo directamente con los terroristas en muchos lugares, con esos 44 criminales que están en las listas de Bildu, que es el partido socio de quien hoy gobierna en España.

A juicio de Abascal, "cada vez está más claro que Pedro Sánchez ha comprado su sillón en La Moncloa pactando con todos los enemigos de España, los de dentro y los de fuera".

Acto seguido, y delante de la estatua de Pelayo, el presidente de Vox emplazó al PP a "rectificar" su idea de que gobierne la lista más votada e instó a Alberto Núñez Feijóo a conformar mayorías de derechas aunque el PSOE sea el partido más votado en las próximas elecciones. "Los españoles tienen que tener esperanza y no pueden ser abandonados en muchísimos lugares de España", destacó Abascal. El político conservador subrayó la preferencia de su partido por entrar en gobiernos con los populares alegando que, cuando se limitan a apoyos externos, "nuestra experiencia es que los pactos no son cumplidos, como nos ha ocurrido en Madrid y Andalucía".

Desde Covadonga, montaña de Asturias, el líder de Vox defendió a los ganaderos que abogan por el control y la caza selectiva de lobos frente al proteccionismo generalizado que preconiza el Gobierno central:

–Nuestra posición es muy clara: de ayuda a la ganadería, a todos aquellos que viven del campo y que conocen los montes, y que no pueden ser víctimas de políticas impulsadas por urbanitas que no han pisado jamás el campo y que se piensan que estas montañas son un parque temático como Cabárceno. Tienen que convivir la naturaleza, la biodiversidad y la ganadería –enfatizó.

El presidente de Vox, que había pernoctado en Torrelavega y por la tarde actuaba en Santander, optó por un atuendo "casual": cazadora, camisa y vaqueros. La propuesta agradó sin reservas a algunas admiradoras:

–Es más guapo en persona todavía. ¡Qué tipazo! –comentó una mujer a otra tras hacerse ambas una foto con el político bilbaíno de 47 años cumplidos en abril.

Acompañaron a Abascal, entre otros, la candidata de Vox al Principado, Carolina López, y José María Figaredo, único diputado nacional por Asturias de la formación verde. En Covadonga se dieron cita un centenar y pico de simpatizantes de Vox de Asturias y Cantabria. Algunos gritaban "¡viva España!" y otros "¡presidente, presidente!". Había un paraguas con los colores de la bandera de España y el escudo. Y también varios simpatizantes varones con pendientes en ambas orejas.

El presidente de Vox se fotografió con todos los que se lo pidieron. También concitó simpatía y abundantes peticiones de foto José Antonio Ortega Lara, el funcionario de prisiones que estuvo 532 días encerrado en un zulo, en una de las acciones más inhumanas de ETA.

El abad de Covadonga, Adolfo Mariño, saludó al político en el túnel que da acceso a la santa cueva:

–¡Bienvenidos! Aquí tenéis vuestra casa, que es la de todos. Y a ver si después os aguanta el tiempo –dijo el abad.

Abascal entró unos segundos a la Cueva y se sentó en un banco. Mientras tanto, Carolina López ofreció un ramo de flores a la Santina. A la salida, más fotos y selfies con personas individuales, dúos y grupos más amplios. La imagen institucional, naturalmente, a los pies de don Pelayo.

Una admiradora exclamaba emocionada después de conseguir su retrato: "¡Ya tengo bastante! ¡Ya tengo bastante!". Otra exteriorizaba su entusiasmo: "Hacía años que nadie me levantaba esta emoción". De vuelta hacia el coche, selfie con una señora ataviada con una chaqueta de chándal del Real Madrid. Y otra foto con una mujer y su hijo que lleva la mochila del colegio.

Abascal se encontró con un grupo de las monjas que atienden el santuario. Una de ellas le tendió la mano. El político no pidió el voto, pero sí otro tipo de apoyo:

Recen por nosotros, que nos hace falta.