TRÁFICO DE DROGAS

Asturias, la "retaguardia" de los narcos gallegos para evadir la presión policial

La detención de un orensano que dirigía desde Siero una red de cocaína a gran escala evidencia unos lazos que se remontan a los años ochenta

Foto de archivo de un barco custodiado por la Agencia Tributaria en una operación antidroga.

Foto de archivo de un barco custodiado por la Agencia Tributaria en una operación antidroga. / EFE/ SALVADOR SAS

Luis Ángel Vega

La detención del narco orensano Carlos García Morales, "El Matador", que dirigía desde Siero una red de tráfico de cocaína a gran escala ha vuelto a poner sobre el tapete la relación de Asturias con los narcos gallegos, una constante desde que en 1998 se hallaron en la cala de La Cerba, entre Salave y Tapia de Casariego el entonces mayor alijo de esa droga procedente de Colombia, 4.728 kilos. Por aquel alijo fueron condenados dos primeras espadas del tráfico de drogas, el gallegos Alfredo Cordero, "Engarellas" y el leonés criado en Pontevedra Javier Martínez Sanmillán, "Franky". Desde entonces, se han producido algunos casos que apuntan a que la relación de los narcos gallegos con Asturias no es tan lejana como podría pensarse. El orensano, ahora en la cárcel de Asturias junto a otras cuatro personas detenidas en la "operación Porte", lleva bastantes años en el negocio de la cocaína y tiene un nombre que le permitía montar los envíos sin moverse de Asturias. Contaba con un grupo en Gran Canaria que compraba los yates para traer la cocaína desde Colombia y Panamá. En Asturias contaban con una nave industrial, según fuentes cercanas.

Preguntado en una ocasión Laureano Oubiña por LA NUEVA ESPAÑA, periódico del mismo grupo editorial que este diario, sobre la relevancia de Asturias en el tráfico de drogas, se limitó a decir que había tenido alguna en el contrabando, aunque a él no le habían dejado meterse en determinados muelles "porque ya había otra gente trabajando". Quiere esto decir que infraestructura, allá a principios de los años 70, la había en la región. El periodista Nacho Carretero, en su libro "Fariña", dice que en Asturias y Cantabria no prendió el narcotráfico al no darse las condiciones de tolerancia social y política del narcotráfico en Galicia. Sin embargo, Asturias ha sido "la retaguardia" de los narcos gallegos, su refugio cuando la presión de las fuerzas policiales les obligaba a alejarse de Galicia, según asegura un conocido abogado coruñés.

Es el caso de Alfredo Cordero, que solía trabajar con los "Charlines" y se vio envuelto en el proceso "Nécora", del que salió absuelto, como otros. Quizá por eso buscó espacio fuera de Galicia. Años después intentó introducir casi 5.000 kilos de cocaína a través de Salave. Gracias a la colaboración vecinal, la Guardia Civil pudo hacerse con el mayor alijo que se había visto en España. Comandaba la Guardia Civil asturiana el coronel (hoy general de división en la reserva), Pedro Laguna. Alfredo Cordero pudo huir, pero le cazaron tiempo después y le impusieron 18 años de cárcel. En 2015 le cogería de nuevo por 10 kilos de heroína. Otro de los implicados, Javier Martínez Sanmillán, "Franky", también se escabulló, pero fue localizado años después, en 2006, en Alicante, tras cambiar de identidad y aspecto, aunque no de huellas dactilares, y que condenado a 18 años de carcel en 2009.

Más modesto que el anterior, el siguiente cargamento de droga de importancia descubierto en Asturias fue la llama "piedrona" de Villaviciosa, un gran bloque de granito que albergaba en su interior 274,951 kilos de cocaína. Aunque llegada de Brasil, pasó antes por Vigo. La Policía la encontró en la finca La Canterona, propiedad de un constructor gijonés y su familia, en San Justo, Villaviciosa.

Que Asturias podría estar recibiendo droga a través de su larga y recortada costa de 472 kilómetros –de los cuales 272 corresponden a playas, donde es fácil alijar fardos–, lo demuestra la gran cantidad de droga que se ha hallado flotando, productor de descargas abortadas. En julio de 2011, tres jóvenes gijoneses se tropezaron con 40 kilos de cocaína en la bahía gijonesa de San Lorenzo. En días posteriores, en el curso de una gran operación por parte de la Guardia Civil, se hallaron otros 220 kilos abandonados a una milla de la costa, entre la playa de Peñarrubia y el cerro de Santa Catalina, en Gijón. Todo apunta a que se trató de una descarga abortada desde un yate a una lancha, encargada de llevar la droga a tierra. Por alguna razón, ésta no se presentó, y los ocupantes del yate tiraron la droga al mar, al temer la llegada de las fuerzas de seguridad.

En agosto de 2018, se produjo otra circunstancia similar, cuando el pesquero "Cruz del Sur" halló flotando tres fardos con 60 kilos de cocaína flotando en el mar. En días posteriores fueron encontrándose más fardos frente a Cudillero, Cabo Peñas, Gijón y Lugo, más de 150 kilos. Como en el caso anterior, se apunto a un alijo fondeado tiempo atrás que se habría desprendido, o a una descarga abortada.

En noviembre de 2019 tendría lugar la captura del narcosubmarino de Aldán (Pontevedra), que traía de Sudamérica, en condiciones infrahumanas, un cargamento de 4.000 kilos de cocaína. La embarcación venía en muy malas condiciones y trató de hacer llegar alguna lancha para alijar la droga. Varias fallaron y llegaron a llamar a una embarcación asturiana, según los investigadores, aunque el contacto no llegó a producirse. No se ha identificado esta misteriosa embarcación, aunque agentes de la UDYCO de Oviedo acudieron a Pontevedra en busca de datos para dar con los tripulantes.

Un último apunte que ilustra la cercanía de los narcos a Asturias. La Fiscalía ultima el escrito de acusación que podría implicar a Laureano Oubiña con la entrada en Asturias de un cinco os kilos de cocaína.

TEMAS