ANDALUCÍA

Ni ropa ajustada, ni vaqueros ni mallas: estas son las prohibiciones de un colegio de Almería a las profesoras

El arcaico código de vestimenta que ha implementado el colegio concertado Juan Pablo II en Almería desencadena las quejas de los padres de los alumnos

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Fachada del colegio Juan Pablo II, Almería

Fachada del colegio Juan Pablo II, Almería / GOOGLE MAPS

Mediante un documento, el centro concertado Juan Pablo II ha establecido unas normas de uniformidad para alumnos y docentes. Las prendas ajustadas o escotadas, las minifaldas, los vaqueros, o incluso las mallas, son prendas que ya no podrían llevar las profesoras.

Una bata blanca con el escudo del centro se convierte en una pieza obligatoria para ellas, pero la comodidad de los vaqueros o las mallas deberán dejarla de lado para ahora vestirse con vestidos por encima de la rodilla, pantalones catalogados como 'aptos' y camisas que no tengan transparencias o escote.

Bajo la premisa de la elegancia, la sencillez y la comodidad, el centro decide la vestimenta de las docentes: "Es el mínimo que se espera".

El documento establece que a las profesoras les importa mucho su imagen e ir bien vestidas de cara a impartir las clases al alumnado, pero nada apunta a la aprobación de estas ante el nuevo código de vestimenta.

Las alumnas también tienen prohibiciones

Este nuevo código de vestimenta no solo afecta a las profesoras, pues se ha establecido que, para las alumnas, no es conveniente tampoco el uso de leggings, vaqueros, ropa ajustada, o incluso, llevar los hombros descubiertos.

"La feminidad es una cualidad que debemos potenciar" establece el documento del centro, que también ha creído conveniente que los alumnos vengan vestidos con traje y corbata a las clases, lo cual se queda lejos de la 'comodidad' por la que se abogaba inicialmente en el documento.

Sin embargo, no es un secreto que a los varones no se les ha puesto tantas pegas en esta nueva normativa como a las mujeres, que deben estar más atentas que nunca a lo que se ponen a causa del código.

Las quejas ante esta nueva normativa

Los padres del alumnado no han tardado demasiado en criticar todo este nuevo procedimiento y documento, poniéndose de acuerdo y recogiendo firmas para que la Delegación de la Consejería de Desarrollo Educativo implemente una comisión gestora que pueda dirigir el centro dadas las circunstancias en las que se encuentra sumido.

El centro lleva en manos de la dirección de la Fundación Educatio Servanda desde el 2016. Además, debido a este documento y las diversas opiniones que ha acarreado, se han destapado otras irregularidades del colegio.

Desde que el centro cambió su gestión, muchos alumnos y padres han denunciado los estrictos códigos de vestimenta e incluso discriminatorios del centro.

Despidos y extraescolares sin remuneración

Los progenitores de los alumnos también han cargado con los cambios en la plantilla del colegio y en despidos que se han producido recientemente.

Además, ha salido a la luz que muchos profesores se veían obligados a impartir actividades extraescolares sin ningún tipo de remuneración posterior, acusaciones a las que el colegio no ha respondido aún.

La respuesta del centro a las quejas recibidas

Frente a todas estas irregularidades, el centro se ha manifestado argumentando que cualquier entidad o institución tiene toda la legitimidad y derecho para implementar este tipo de códigos a ambos: trabajadores y alumnos.

Respecto a los latentes despidos, han explicado que estos han sido disciplinarios, poniendo sobre la mesa su descontento con las quejas de los padres y el clima que perciben del centro.

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