EMPRESAS

Belda Lloréns, el textil más circular

La firma alicantina, volcada con la sostenibilidad, transforma ropa usada en hilos y tejidos con los que se confeccionan nuevas prendas

Interior de la planta de producción de hilo de la empresa Belda Lloréns en el municipio de Banyeres (Alicante).

Interior de la planta de producción de hilo de la empresa Belda Lloréns en el municipio de Banyeres (Alicante). / JUANI RUZ

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La del textil está considerada como una de las industrias más contaminantes del planeta, al generar, según datos de la ONU, el 10% de las emisiones de CO2 y el 20% de las aguas residuales. Una realidad, sin embargo, a la que las empresas del sector están intentando hacer frente con procesos productivos cada vez más eficientes, en los que el reciclaje desempeña un papel fundamental. Este es el caso de la empresa Belda Lloréns, hilatura ubicada en el municipio alicantino de Banyeres, la de mayor envergadura a nivel europeo dentro del sistema open end, que ha hecho de la sostenibilidad su santo y seña. Una muestra de ello es el último proyecto en el que se ha embarcado, la transformación de ropa usada en hilos y tejidos con los que se confeccionan nuevas prendas, una iniciativa que eleva la economía circular a su máxima expresión.

Los orígenes de Belda Lloréns, con una producción anual que supera los seis millones de kilos de hilo, una facturación de 20 millones de euros y una plantilla de 116 trabajadores, se remontan a finales de la década de los años 50 del siglo pasado. Y desde el principio la empresa ha estado enfocada en la producción de hilo reciclado. Según explica Jorge Mataix, director general de la compañía, en los inicios, por los sistemas productivos de entonces y la materia prima de la que se disponía, el producto que se generaba no era de demasiada calidad. Fue su padre el que empezó a incrementar el nivel al mezclar las materias recicladas de algodón con fibras vírgenes, lo que les llevó a ser pioneros en la fabricación de hilo para género de punto con un notable valor añadido.

Punto de inflexión

La progresión desde entonces ha sido imparable, si bien el punto de inflexión llegó hace siete años, cuando, explica Mataix, decidieron reforzar su apuesta por combatir el impacto ambiental con el lanzamiento de la marca Ecolife, un hilo ecológico que no consume agua durante su fabricación y sin añadidos químicos que afecten al medio ambiente, en un proceso, además, que no produce emisiones de CO2.

Pero la cosa no se ha quedado ahí, pues la empresa ha querido dar un paso más en la misma dirección con el lanzamiento de un nuevo producto, el E-Circle, con el que apuesta de forma decidida por la economía circular. De lo que se trata, subraya, es de transformar prendas usadas en fibra textil para incorporarla a nuevos hilos y tejidos, con los que se procede a la confección de nuevas prendas.

El concepto de circularidad viene determinado no solo por ese proceso de reciclaje, sino también por el hecho de que las empresas que aportan las prendas usadas son las mismas que después recogen los hilos y tejidos resultantes para fabricar nuevos productos. Este es el caso de Blue Banana o también de Mayoral, que está confeccionando bolsas con E-Circle. Belda Lloréns, asimismo, trabaja con clientes enfocados a la ropa laboral, como son las firmas Fristads, Chauddevant y Dibella.

Y todo en un contexto en el que tanto a nivel europeo como español se están desarrollando normativas, que en principio se tendrían que aplicar a partir del próximo año, para que los productores de prendas se responsabilicen de todo el ciclo de vida de sus productos. "Sin embargo -destaca Mataix-, de momento no hay una tecnología lo suficientemente desarrollada para dar salida a todas estas prendas usadas, de manera que en más de un 80% se están enviando a vertederos o incinerando".

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De ahí que, más allá del esfuerzo que realizan empresas como la que dirige, con proyectos como los que está llevando a cabo, reclame una mayor implicación por parte de las administraciones públicas. Según sus palabras, "hay que concienciar al consumidor, desde los colegios y las universidades, sobre la importancia de la economía circular y la sostenibilidad, para que estén dispuestos a comprar este tipo de artículos". De igual forma, considera que sería de suma utilidad y una manera de impulsar la reindustrialización del sector textil que los uniformes de los militares, los bomberos, los hospitales o la policía se reciclaran y transformaran en nuevas prendas.

Mientras tanto, y a la espera de que estas demandas puedan convertirse en realidad, Belda Lloréns continúa apostando firmemente por estos conceptos, algo que la ha llevado a exportar el 60% de su producción a toda Europa y a otros países como Estados Unidos, Canadá y Japón.