SECTOR PESQUERO

Las lonjas dejan atrás un enero negro con el peor balance de capturas desde 2003

Cefalópodos y bivalvos lastran la comercialización en primera venta, con solo 5.800 toneladas E La facturación cae un 7%, hasta 30,1 millones, peor cifra en cuatro años

Una subasta en la lonja de Cambados.

Una subasta en la lonja de Cambados. / IÑAKI ABELLA

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Las lonjas de la comunidad gallega vivieron un mal 2023, en el que las cifras acumuladas a final de año reflejaron un curso con bajas capturas, caídas duras en sectores como el del marisqueo por los problemas de los arenales y un bajón de facturación. Fueron 125.792 toneladas de producto, un 6,3% menos, por valor de 412,3 millones de euros, de las facturaciones más bajas que se recuerdan –peor incluso que el año del estallido de la pandemia de COVID, 2020– y un 5,7% inferior a los 437,3 millones logrados un año antes. Y 2024 no ha empezado mucho mejor. Enero, en el que no es extraño que se superen las 10.000 toneladas de marisco y pescador comercializado, los centros de primera venta de la región recibieron solo 5.800 toneladas, la cantidad más baja desde hace más de 20 años.

Según los datos que refleja la Plataforma Tecnolóxica da Pesca, gestionada por la Consellería do Mar, las lonjas gallegas vivieron un inicio de año complicado, lastrado por algunas especies que fueron clave otros años.

En concreto, se vendieron 5.833 toneladas, lo que supone un 16,2% menos respecto al año anterior y una caída del 20,2% si se tiene en cuenta el curso anterior a ese, 2022. En cuanto al valor alcanzado por esta baja cantidad, la reducción fue menor, del 7,4%, quedándose en 30,1 millones de euros, una cifra alta en comparación con otros años, pero la más baja desde 2021.

Para encontrar un volumen más bajo hay que remontarse a enero de 2003, cuando se vendieron 4.894 toneladas. Eso sí, el incremento en los precios medios es notable desde aquel ya lejano año, porque entonces la facturación había sido de 16,8 millones de euros.

Para encontrar una explicación a las bajas capturas registradas en las lonjas de la comunidad toca echar un ojo a los distintos tipos de especies que se desembarcaron. En general, hay una reducción en todas, siendo la más leve (porcentualmente) en el caso de los pescados y las más pronunciadas en el de los cefalópodos y los bivalvos.

Respecto a estos los últimos, en ambos casos la razón es sencilla. En el primero, porque pese al incremento de las capturas de choco o pota común, se produjo un mal enero para la pota voladora (un descenso del 99%) y, sobre todo, del cefalópodo rey. El pulpo dejó 152 toneladas por valor de 1,4 millones, frente a las casi 300 y los 2,65 millones del enero anterior. En total, una caída del 63% en la cantidad de cefalópodos (395,8 toneladas) y del 47,2% en el valor (2,6 millones).

Bivalvos

En lo que respecta a los bivalvos, los problemas que viven las mariscadoras redujeron mucho las cantidades en todas las especies. De la más abundante, la japónica, se vendieron 50,2 toneladas por las 146,3 de hace un año, mientras que del berberecho se pasó de 66,8 toneladas a solo 7. Lo mismo sucedió con la almeja babosa, la fina o con la cornicha. De todo este bloque se comercializaron 223,9 toneladas, un 51,6% menos, por 2,2 millones (-50%).

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En lo que respecta a los crustáceos, la reducción de la cantidad fue del 25,5%, con 61.379 toneladas. Buena parte de esta caída corresponde al centollo, que pasó de 51,1 toneladas a 29,8. En cuanto a ventas, la bajada fue del 22,7%, hasta 0,8 millones.

Pescado

El apartado de los pescados fueron el que mejor balance dejó. Respecto a hace un año la cantidad fue similar, 5.055 toneladas (-3,4%) , mientras que un aumento en los precios permitió un avance en la facturación del 11,8%, hasta los casi 23,5 millones de euros.