EMPRESAS FAMILIARES

Vicente Boluda, el capitán no se baja del puente de mando

El naviero valenciano, ya con sus hijos incorporados al grupo familiar, afirma que hará como su abuelo, que una semana antes de morir seguía en el tajo. Aspira volver a presidir el Real Madrid

El naviero Vicente Boluda en su despacho del Puerto de Valencia.

El naviero Vicente Boluda en su despacho del Puerto de Valencia. / Fernando Bustamante

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Si la mesa estuviera ubicada dando la espalda a la puerta de entrada, la oficina simularía el puente de mando de un gran buque. Acristalado en tres de sus cuatro paredes y con profusión de reproducciones de barcos, fundamentalmente mercantes, el despacho desde donde Vicente Boluda comanda su imperio marítimo está situado en el edificio de la antigua Unión Naval de Levante, que incorporó a su grupo hace años, y desde el mismo se ven las aguas del puerto de València en el tramo menos glamuroso, justo al otro lado del Veles i Vents de David Chipperfield y del complejo de la Marina de Empresas. No hay distracciones que valgan. Aquí se trabaja. Y mucho, porque la actividad se inicia a las cuatro de la madrugada y no cesa hasta la medianoche. No puede ser de otro modo vistos los muchos intereses que desde ese recinto capitanea el naviero valenciano.

La Corporación Marítima Boluda se estructura en dos grandes nichos de negocio: los remolcadores y la naviera de carga. En el primero, el holding, con 800 buques y presencia en 198 puertos de 55 países, es el primero del mundo, mientras que en el segundo, en plena expansión, rondará el número 40 en el escalafón internacional, aunque Boluda confiesa que su "ilusión" es que "dentro de 15 o 20 años" estén "entre los 20 primeros". 

Pero hay mucho más, porque este empresario valenciano tiene tentáculos en otras muchas actividades. Como el fútbol. Fue presidente del Real Madrid durante medio año en 2009 y se vanagloria de haber logrado en tan poco tiempo ser la persona que cerró el fichaje del jugador emblema del equipo en la segunda década del siglo XXI: Cristiano Ronaldo. Y tiene entre ceja y ceja volver. Sin embargo, asegura que no se presentará si enfrente tiene a Florentino Pérez. Como el actual presidente del equipo blanco dejó entrever, tras la realización de esta entrevista, que no optará a otro mandato en 2025, Boluda podría tener el camino franco, si logra apoyos suficientes.

El portacontenedores 'MSC Le Havre' atracó el pasado martes en el Puerto de València. /

FRANCISCO CALABUIG

Rescate del Levante

Mientras tanto, familia obliga, sigue con vivo interés los acuciantes problemas del Levante, el segundo equipo de València, con orígenes en el distrito marítimo y en el que su padre, también Vicente, se dejó una "fortuna". Le tentaron para que acudiera a socorrerlo, pero no lo vio claro y al final declinó. Boluda es, asimismo, propietario en La Rioja alavesa de Bodegas Fos, que factura un millón y medio de euros y cuya denominación es un homenaje a su madre, Lola Fos de Boluda. Además, es accionista, con el 3%, de la bodega jerezana Álvaro Domecq. En la localidad castellonense de Navajas es propietario del Mas de Fos, una casa espectacular para quien guste de un estilo decorativo barroco, que incorpora una capilla consagrada por expreso deseo de su progenitora y donde tiene reservada su habitación con cama con dosel Juan Carlos, el rey emérito. 

Obvia decir que Boluda está bien conectado. Por ejemplo, en julio de 2019 fichó como consejero para su división de remolcadores al expresidente del Gobierno Felipe González. Forma parte también del consejo asesor del Instituto para las Obras de Religión (IOR), comúnmente conocido como el banco del Vaticano, desde los tiempos de Benedicto XVI, aunque lamenta que el papa Francisco haga casi una década que no convoca a este órgano. "No nos ha destituido, pero hace ocho años que no nos convoca", afirma. No debe de extrañar esta conexión con el mundo espiritual, porque el empresario también es accionista de la Cope, la cadena radiofónica de los obispos españoles. Y no es su única presencia en la prensa, dado que tiene intereses en medios digitales locales de València. Una de sus últimas inversiones ha sido la cervecería Aquarium, un histórico local próximo a su casa del centro de la capital del Túria, del que es cliente habitual y que ha adquirido para evitar que cierre.

Sin embargo, más allá de todos estos intereses, el núcleo central de Boluda está orientado al mar y, por lo que dice, tampoco tiene entre sus intenciones dar el relevo a la cuarta generación y retirarse a sus cuarteles de invierno. "Yo creo que haré como mi abuelo, que no salió nunca. Venía a la oficina todos los días. Y cuando murió, una semana antes yo estuve con él en la oficina", afirma. De hecho, su ritmo de vida es frenético para un hombre nacido en 1955 que, de ser empleado por cuenta ajena, ya estaría jubilado. Explica que todos los días, a las cinco de la madrugada, se levanta y se dedica a trabajar hasta las siete y media, que es cuando va a una oficina o viaja. "Estoy viajando todo el día. Entonces tengo que coger esas horas. Además, tengo comidas y cenas. He conseguido reducir en un 90% las cenas con personas que no son los míos, porque lo que quiero es cenar con todos los míos de cada país para enterarme de qué va el asunto", detalla. 

Confiesa que este septiembre solo durmió tres noches en su casa de València. En octubre, otras tres, y en noviembre, apenas dos. "Y este mes -la entrevista se hizo el 14 de diciembre- sí dormiré más porque ahora ya no me muevo de València hasta el 27. Pero en lo que llevamos de diciembre pierdo la cuenta. He estado en Alemania, Bélgica, Francia, los Países Bajos, Gibraltar, Marruecos, Madrid, obviamente, Italia". Eso sin contar que es presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), el lobi que agrupa a los principales personajes de este colectivo en la autonomía, vicepresidente la fundación que cada año otorga los prestigiosos Premis Jaume I y miembro de la junta directiva del Instituto de la Empresa Familiar.

Vicente Boluda posa en su despacho. /

Fernando Bustamante

Cuarta generación

Boluda Corporación Marítima ha dado ya paso a la cuarta generación de la familia. "El grupo tenía tres divisiones. Vendimos la de los petroleros para centrarnos en los remolcadores y el sector naviero. Mi hijo mayor, Vicente Boluda Ceballos, está en remolcadores y tiene un consejero delegado valenciano, joven, porque tiene 47 años, que es Antonio Bordils. La naviera la lleva mi segundo hijo, Ignacio, que la verdad es que lo está haciendo francamente muy bien. Tiene un buen consejero delegado, otro chico joven también de 30 y tantos años, que es Gorka Carrillo".

Ambos hermanos son vicepresidentes en las firmas que no presiden. "Y luego tengo una hija [Verónica] -prosigue-. Está en lo que son los servicios comunes o servicios generales. Yo estoy al frente de todo este cotarro. Cuando no me dicen una cosa, pregunto, aunque es verdad que me piden consejo para casi todo lo que sea un poco importante. Pero, bueno, estoy allá arriba. Si yo desapareciera mañana, no pasaría nada. Todo seguiría igual. Creo que no hay nadie que sea imprescindible. Hay mucha gente que es importante. Yo creo que he sido importante para esta compañía durante mucho tiempo, porque tengo unas relaciones y tal que hemos podido llegar a donde hemos llegado".

Como ha quedado dicho, los remolcadores son el pilar principal de este imperio empresarial. Es líder mundial. La última de una serie continuada de operaciones de crecimiento corporativo es la que formalizó el año pasado y que supuso la compra de la neerlandesa Smit Lamnalco, con una flota de 180 barcos y que trabaja en una veintena de países. "Con la suerte de que no coincidía con nosotros en ningún sitio", añade. Esa adquisición ha supuesto cumplir un sueño que hace veinticinco años "era un imposible, como para una monja ver a Dios directamente". Y es que dicha firma le aportó la entrada en puertos del norte de Europa como Róterdam, Hamburgo, Amberes, Brujas y Liverpool. "Hay veces todavía que a mis hijos les digo que es que ni me lo creo que estemos en ese sitio, el puerto de Róterdam, que maneja 700 millones de toneladas de mercancía, igual que todos los puertos españoles juntos", destaca.

Boluda confiesa que ese crecimiento orgánico le ha permitido estar en casi toda América, en el 50% de los puertos australianos, en Nueva Zelanda, en Nueva Guinea... "Hemos crecido mucho comprando. Y me he llevado una gran sorpresa. Los españoles no somos tan tontos ni estamos tan atrasados. Muchas de estas compañías que he comprado, que creíamos que eran la rebomba, están más atrasadas que nosotros tecnológicamente hablando". 

Descartada la bolsa

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Más allá de lo que es estrictamente su negocio, Boluda, que descarta rotundamente sacar a bolsa su holding familiar y confiesa que ha rechazado algunas ofertas de fondos de inversión para entrar en el capital del grupo, no elude -suele ser muy franco en sus expresiones- la actualidad, por ejemplo la competencia entre recintos portuarios en el Mediterráneo. Dice que con estas instalaciones está sucediendo como con los pueblos: "¿Usted cree que en todos los pueblos es necesario un polideportivo? En los puertos, pues igual. En vez de hacer los puertos muy especializados en determinadas cosas, todo el mundo lo quiere todo. España es la organización portuaria más compleja del mundo".

Por último, parece resignado ante la confrontación política en España y asegura que "la polémica en este país siempre ha habido y siempre habrá". Dicho esto, más que la amnistía a los políticos independentistas catalanes, lo que le preocupa "son los pactos económicos que pueda haber". "Me refiero en cuanto a impuestos y políticas sociales. El ciudadano de a pie va a seguir yendo al cine que iba o a al bar que iba. No le afecta mucho [la crispación]. Ahora, si yo te achicharro a impuestos y te quito pasta del bolsillo, la cosa ya empieza a complicarse", subraya.