Eboca: el referente del 'vending' que abona el vino del Somontano

A lo largo de la historia, los posos de café, al igual que muchos residuos orgánicos producidos en el hogar, han venido siendo utilizados como abono. Consciente de ese pasado y su potencial, la empresa oscense Eboca, referente del sector de máquinas expendedoras a nivel nacional, ha decidido dar un paso más hacia la sostenibilidad y la diferenciación en un sector a priori poco creativo. Y lo ha hecho con un proyecto que reconvierte lo que hasta ahora era un residuo propio de su actividad en un nutriente ecológico para los suelos de los viñedos, dando así un segunda vida a ese desecho.

La iniciativa, que impulsa la empresa de biofertilizantes Defeder y Viñas del Vero, una de las principales bodegas de la DO Somontano, es un buen ejemplo del carácter innovador e imaginativo de la compañía líder del vending en Aragón, que lleva años tratando de reinventar el concepto de las áreas de descanso de empresas, hospitales, universidades e instituciones.

La compañía, con más de 40 años de trayectoria, hidrata, endulza y aporta energía a miles y miles de personas en cientos de centros de trabajo y edificios públicos. Situada entre las 10 mayores del sector en España, ha ido extendiendo su presencia por las tres provincias aragonesas como una balsa de aceite, "sobre todo gracias a las recomendaciones", dice orgulloso Raúl Benito, el emprendedor que fundó el negocio en 1982, cuando tenía apenas 18 años. Un ámbito de actuación que se extiende a Lérida y la Comunidad Valenciana, en este último caso a través de un franquiciado.

Una de las claves del éxito que tiene es que rompe con la mala fama que acompaña al café de máquina. Lo hace apostando por una calidad superior a lo que se suele encontrar en el vending, con una bebida de alta gama, ecológica y de comercio justo, y con leche "de verdad", algo poco común en el sector. De ello alardean con dos vacas gigantes (Valeria y Lorenza) de 4,5 metros de alto situadas en su cuartel de operaciones en Cuarte (Huesca), visibles desde la A-23, con las que reivindica la autenticidad de sus productos.

El café llega verde desde los cafetales de la sierra de Santa Marta en Colombia hasta estas modernas instalaciones, próximas a la capital altoaragonesa, donde cuenta con 11.000 metros cuadrados de superficie construida entre el almacén logístico, el tostadero propio y las oficinas. Desde aquí realiza la distribución a toda su red de máquinas, cuyos posos se recogen de forma selectiva para convertirse en abono ecológico, un ejemplo de la orientación a la circularidad que persigue.

Pionera en digitalización

Su otro rasgo distintivo es la apuesta por la digitalización, un campo en el que es pionera en el sector tanto a nivel nacional como europeo. Prueba de ello son las visitas de empresas de Francia, Países Bajos, Alemania, Polonia, Portugal y Croacia que recibió el año pasado en su sede de Huesca para conocer el modelo de gestión que le distingue de la competencia. "Somos una empresa con solera, pero a la vez con muchas inquietudes", subraya Benito. 

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Todas las máquinas de Eboca están conectadas en tiempo real con la central. La adopción de la telemetría de manera integral, desde el sistema de gestión y operación hasta el pago por móvil, le ha permitido crecer y robustecer la expansión. "Nos permite desarrollar una organización logística tremendamente eficiente", apunta. El uso de esta tecnología permite que la reposición de productos sea precisa y planificar las rutas de la forma más eficiente y respetuosa con el medio ambiente. 

Eboca superó el pasado año los siete millones de facturación, el 14% más, y cuenta con una plantilla formada por 54 trabajadores. Además, acaba de comprar la firma zaragozana Click&Joy, lo que refuerza su liderazgo en Aragón.