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Operación Telefónica: las cifras que explican por qué Pedro Sánchez ha movido ficha

La SEPI compra el 10% de las acciones Telefónica tras la entrada de la operadora saudí STC

Control accionarial y el mantenimiento de la españolidad de una compañía estratégica explican el movimiento del Estado

¿Por qué el Estado quiere volver a Telefónica?

Álvarez Pallete y Pedro Sánchez.

Álvarez Pallete y Pedro Sánchez. / EFE

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El Gobierno ha movido ficha en Telefónica tras la entrada en el capital de la operadora saudí STC el pasado 5 de septiembre. La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) compró este martes el 10% de las acciones de la 'teleco' que preside José María Álvarez-Pallete por 2.000 millones de euros con el objetivo de mantener el control accionarial en manos españolas de una empresa considerada estratégica por su presencia en el sector espacial y de la ciberseguridad.

El Estado vuelve al capital de la operadora española 26 años después de completar su privatización. En el año 1997, el Ejecutivo de José María Aznar decidió vender el 21% que aún mantenía en el accionariado del histórico monopolio español de las telecomunicaciones.

Control accionarial

El 10% del capital de Telefónica permite a la SEPI tener un consejero dominical en el consejo de administración de la compañía y convertirse en el máximo accionista. El banco de inversión estadounidense Morgan Stanley cuenta a través de derivados financieros con un 12,2%, según los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

STC cuenta con un 4,9% de las acciones y un 5% adicional de manera indirecta con derivados financieros que no ha ejecutado.

La SEPI refuerza al núcleo accionarial español, que han venido dando estabilidad accionarial a la compañía y que tienen intención de seguir haciéndolo, BBVA (4,87%) y Caixabank (3,5%, que suma otro 2,5% en manos Criteria, el brazo inversor de Fundación Caixa).

La suma de los tres paquetes alcanzaría un 20,87% del capital de la 'teleco' y desbordaría con creces el 9,9% al que aspira controlar Arabia Saudí. Se da la circunstancia, además, de que el Estado tiene también una participación del 17% en Caixabank a través del FROB tras la integración de Bankia.

El coste de la operación

La cantidad invertida de 2.000 millones de euros supone pagar algo menos de 100 millones de euros de lo que pagó Saudi Telecom (STC) el pasado 5 de septiembre. Para poner los 2.000 millones, en perspectiva, es lo mismo que el Estado deja de recaudar por mantener la reducción del IVA de la luz y los alimentos el próximo año.

La SEPI tiene una cifra de negocios de 5.252 millones de euros anuales con un beneficio anual de 43 millones, por lo que supone una inversión importante para el conglomerado industrial del Estado.

Evolución bursátil

Es difícil predecir como evolucionará la andadura de la SEPI como accionista de Telefónica. "En el corto plazo, creemos que es una magnífica noticia para los inversores, ya que muestra una confianza y seguridad en la empresa y su futuro plan estratégico. En el medio o largo plazo, tenemos más dudas sobre sus posibles consecuencias, ya que con la entrada de capital público, la empresa puede tener objetivos diferentes a los inversores privados, más centrados en la rentabilidad en el corto plazo, potenciar los ingresos o reducir los gastos, por lo que será clave la gestión diaria de la compañía, y los posibles conflictos de interés", explican los analistas del bróker XTB.

Desde que se conoció la intención de Saudi Telecom sobre la compra del 10% de su accionariado ha sufrido una caída del 5% cuando el mercado se ha disparado al alza, y desde la publicación de sus últimos resultados y el anuncio del plan estratégico hasta el cierre de ayer corregía más del 3%.

En lo que va de año, las acciones de Telefónica se revalorizan un 13,5% frente al 22,6% que sube el Ibex 35. Sin embargo, el sector de las telecomunicaciones lleva años destruyendo valor en bolsa por la fuerte competencia y sus grandes inversiones "con escaso o muy difícil retorno sobre capital", como apunta el economista Javier Santacruz.

El índice sectorial de las operadoras de telecomunicaciones europeas, el STOXX Europe 600 Telecommunications, se anota un 2,4% en lo que va de año. Deutsche Telekom sube un 9,5%, Swisscom un 6,9% Orange un 5,4%, la neerlandesa KPN un 3%, mientras que Vodafone se deja un 22%.

Dividendo

Telefónica contempla el reparto de un dividendo anual, en dos tramos, hasta 2026 de 0,30 euros por acción. Uno de los grandes atractivos de la compañía teniendo en cuenta que la rentabilidad por dividendo de la compañía es superior al 8% y junto a sus avances en bolsa el retorno llega al 18%.

La SEPI recibirá el próximo año 172,5 millones brutos en dividendos. Si Telefónica mantuviera el dividendo, el Estado recuperaría la inversión en la 'teleco' en 12 años. El dividendo está gravado con un 19% por la Agencia Tributaria, sin embargo, la SEPI y la Agencia Tributaria dependen del Ministerio de Hacienda y Función Pública.

Este mismo mes, STC ingresó 42,2 millones de euros del último dividendo pagado por la compañía que preside Álvarez-Pallete.

Los Estados europeos, como espejo

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A pesar de ser un movimiento que podría considerarse de intervencionista -el PP ya ha criticado la operación-, Telefónica es una de las pocas compañías europeas de telefonía que se mantenía hasta ahora fuera de la órbita de su Estado. La Comisión Europea y las autoridades de Competencia de Bruselas poco pueden decir en un sector en el que el Gobierno alemán cuenta con un 30,46% (16,6% lo tiene el banco público KfW y el Estado un 13,8%) de Deutsche Telekom y Francia un 23% de Orange (13,4% el Gobierno y el fondo soberano Bpifrance 9,6%).

Más allá de Alemania y Francia, en la sueca Telia, el Estado sueco cuenta con un 39,5%; en Telekom Austria la presencia estatal es del 28,4%; en la finlandesa Elisa del 10%; en Telecom Italia del 9,81%... Fuera de la UE, el Estado noruego cuenta con un 58,4% de las acciones de Telenor y Suiza controla el 51% del capital de Swisscom. En Europa, entre las grandes compañías solo son 100% privadas las británicas Vodafone y BT y las portuguesas Nos y Meo.