Opinión

Efervescencia continua en el sector energético

De Catalana de Gas a Naturgy. La historia del sector energético en España no se puede entender sin los movimientos que ha realizado la empresa de energía

Bajo el nombre de Gas Natural, fracasó en sus intentos de adquirir Iberdrola y Endesa. Hoy tiene otros frentes

Reynés se reúne con el presidente de Sonatrach para negociar el precio del gas

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Pere Duran Farell, histórico presidente de Gas Natural

Pere Duran Farell, histórico presidente de Gas Natural / Julio Carbó

A finales de 1989, empezó a fraguarse una operación corporativa de largo alcance empresarial y político. Catalana de Gas estudiaba su fusión con Aguas de Barcelona bajo las directrices de su principal accionista, La Caixa. Tenía que haber sido el germen de una gran compañía de servicios catalana y española. No fructificó. Cambio de planes. En 1991, Catalana de Gas absorbió Gas Madrid y se creó Gas Natural. Empezaba otra historia bajo la presidencia de Pere Duran Farell. Acompañando a la nueva compañía dos accionistas de referencia: La Caixa y Repsol, empresa por entonces aún controlada por el Estado.

Posteriormente, bajo las presidencias de Antoni Brufau y Salvador Gabarró, Gas Natural quiso seguir abanderando la transformación del negocio energético en España. No logró sus objetivos.

En 2003, la Comisión Nacional de la Energía, bajo la presión del Gobierno de José María Aznar y excusándose en argumentos contra la concentración del sector, se opuso a que Gas Natural comprara Iberdrola. El 5 de septiembre de 2005, lo intentó de nuevo lanzando una opa contra Endesa que originó una de las batallas más cruentas de la España empresarial. El presidente de Endesa, Manuel Pizarro, escudándose en que el precio que pagaba Gas Natural era muy inferior al valor de la empresa, consideró aquella opa un ataque dirigido por el Gobierno tripartito catalán, apoyado por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, e inició un fervoroso contrataque. En pleno debate sobre el nuevo Estatut de Catalunya, la contienda dejó graves heridas aún no curadas. Pizarro acabó siendo el portavoz económico en las listas del PP liderado por Mariano Rajoy en las elecciones de 2008 y Endesa acabó en manos de la italiana Enel. Gas Natural perdió una vez más la opción de convertirse en la primera eléctrica española. Como premio de consolación, en 2008 compró Unión Fenosa.

En febrero de 2018, dos acontecimientos marcaron un nuevo cambio en Gas Natural. Isidro Fainé (había sustituido a Gabarró como presidente en septiembre de 2016) dejó el cargo a Francisco Reynés, ejecutivo con una larga experiencia en el entorno del grupo industrial participado por La Caixa. Había sido director general de Criteria (instrumento inversor de La Caixa) y vicepresidente de Abertis, empresa en la que lideró la escisión de Cellnex (antigua Abertis Telecom), donde fue su presidente. Aquel mes, Repsol anunció por razones estratégicas que abandonaba el capital de Gas Natural Fenosa, vendiendo el 20% de la compañía.  

La compañía inició bajo la presidencia ejecutiva de Reynés un amplio proceso de reestructuración que, simbólicamente, supuso un cambio de nombre: Naturgy. La salida de Repsol implicó una reubicación de los accionistas de la energética, que se ha ido remodelando en los últimos años con la entrada del fondo de inversión australiano IFM, especializado en infraestructuras. Su irrupción en enero de 2021 cogió por sorpresa e implicó la búsqueda de nuevos equilibrios de poder. Criteria (hoy propiedad de la Fundación La Caixa), presidido por Isidro Fainé y que tiene como consejero delegado a Marcelino Armenter, sigue siendo el primer accionista, con el 26,7%, pero, los tres fondos (GIP, CVC/Alba e IFM) controlan el 55,8%. Para acabar de complicar el esquema de capital, la empresa estatal argelina Sonatrach tiene el 4,1%. Tras vaivenes y desconciertos, se acabó pactando una tensa paz entre ellos sobre la que pende la opción de nuevos movimientos a medio plazo. La lista de posibles compradores en caso de que algún fondo decida vender es larga.

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Pandemia y guerra de Ucrania mediante, más las consecuencias de la transformación energética, el sector vuelve a mirar a Naturgy y sus próximos pasos. Vale en bolsa 26.000 millones de euros frente a los 70.000 de Iberdrola, los 20.000 de Endesa y los 17.000 de Repsol. En este número de ‘activos’, David Page desmenuza todos estos frentes abiertos

En la Unión Europea el mercado de la energía adquiere dimensiones muy distintas, dependiendo del país. No tiene nada que ver el mercado francés, liderado por la estatal EDF, con el descentralizado mercado alemán o el italiano, donde el Estado controla el 23% de Enel. La descarbonización y la carrera por invertir en energías renovables pueden generar nuevas combinaciones donde pueden formar parte desde las compañías tradicionalmente petrolíferas que están invirtiendo en generación y distribución eléctrica hasta las eléctricas tradicionales y las nuevas empresas exclusivamente renovables. Horizontes abiertos.