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Vaclav Smil: "Es criminal desperdiciar un 40% de la comida"

Desperdiciar menos y usar menos energía. Considerado uno de los científicos más prestigiosos del momento, pide un poco más de realismo para enfrentarse a la transición energética

El académico Vaclav Smil.

El académico Vaclav Smil. / Imagen cedida

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"Ingeniería, temas duros. Que se olvide de estudiar ciencias sociales. Solo la ingeniería solucionará los graves desafíos de la humanidad. La Inteligencia Artificial no arreglará los desafíos energéticos que tenemos por delante". Es la recomendación que Vaclav Smil da a cualquier joven que quiera iniciar una carrera. "No soy optimista ni pesimista. Cuento las cosas tal como son. Nadie es lo suficientemente listo para predecircómo será el futuro", afirma uno de los cientíticos más escuchados del planeta, experto en energía y medio ambiente. No duda en poner de manifiesto las contradicciones de la situación actual. Como un profesor de "la vieja escuela", como le gusta definirse, enuncia siempre las preguntas. Cuatro factores definen su análisis a lo largo de la conversación mantenida con él.

Primer factor: la transición será mucho más larga

"¿Advina cuáles son los elementos esenciales que sirven para construir los aerogeneradores o turbinas eólicas? Son cuatro: cemento, acero, plástico y amoniaco. ¿Y alguien puede decir qué es necesario para producir estos cuatro elementos, claves en el desarrollo industrial de los últimos doscientos años? Más fácil aún: ¡combustibles fósiles!" Sin petróleo ni gas, afirma Smil, no es posible desarrollar las energías renovables. "Es muy difícil, por no decir imposible, crear un nuevo sistema de energía sin tener en cuenta el viejo. Cuando empezó a desarrollarse la energía fósil -pone de ejemplo- se utilizaba para extraerla cantidades inmensas de madera. Las transiciones energéticas no se pueden improvisar ni acelerar como se pretende sin tener en cuenta este y otros factores". Smil no está en contra de los objetivos de reducir las emisiones de CO2 a cero, simplemente pone en evidencia que el rey está desnudo, que las complejidades geopolíticas y tecnológicas del planeta exigen analizar fríamente los datos. "No vamos a poder fabricar acero o cemento verde en los tiempos que algunos políticos ansían. Y, aunque se tuviera la solución técnica, habría que escalarla. El proceso para lograrlo es muy complejo. Necesitamos miles de millones de toneladas de acero, cemento y plástico todos los años. La transición será mucho más larga".

Segundo factor: la solución sólo puede ser global. Y no parece que sea muy fácil lograrlo

Smil recuerda las grandes desigualdades en desarrollo que hay en el mundo, donde el 60% de la población se concentra en el sureste asiático -siendo India el país que más crece por encima de China- y países africanos como Nigeria son los de mayor crecimiento en habitantes. "Por mucho que Europa -la UE representa un 6% de la población mundial y un 15% del PIB- sea totalmente verde, ¿qué efectos tendrá? Incluso en Europa hay diferencias radicales entre países como Noruega, con sus incentivos para comprar coche eléctrico, y España, con un parque muy limitado". ¿Utopía o posibilidad? "Sería ideal que los grandes países trabajaran gustos en un objetivo común: China, India, Estados Unidos, Rusia, Indonesia, Brasil , Nigeria y la Unión Europea". Claro que esa opción, en medio de la complejidad geopolítica del momento, se ve muy lejana en el tiempo. "Vivimos en tiempos muy peligrosos, puede haber una crisis global. Afortunadamente, la situación de dependencia en energía respecto a Oriente Medio no es como en los años setenta. Estados Unidos -quien lo hubiera dicho- es el primer productor mundial de petróleo y gas". Recuerda, en cambio, que China controla el 60% de las materias primas, un porcentaje que en caso de los materiales raros llega al 90%.

Tercer factor: la diversificación energética existe y existirá

"Angela Merkel cometió un grave error: supeditar la fuente de energía de su país al gas procedente de Rusia. Lo consolidó a pesar de que Putin ya invadió Crimea y el Este de Ucrania en 2014. Jugó a una sola bala y ya sabemos las consecuencias que tuvo tras la invasión de Ucrania en febrero de 2022", recuerda Smil. Para el autor de Cómo funciona el mundo, Energía y Civilización y Los números no mienten, "en los estadios premilinares de cualquier desarrollo nadie puede prever qué energía acabará liderando dentro de veinte o treinta años. Por ejemplo, sólo pensando en vehículos, hay seis energías disponibles. Sería de idiotas pensar que sea solo una de ellas". Y Smil pone como ejemplo los errores constantes en las previsiones. "En los años setenta la gran apuesta era la energía nuclear, luego vino el gas natural, después llegaron las renovables..." Y deja abierta la puerta a soluciones tecnológicas aún impredecibles. Una confesión: "en casa -vive en Winipeg- usamos gas natural". Y no duda de que Canadá es un país de presente y futuro gracias a sus recursos naturales

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Cuarto factor: las soluciones dependen del grano de arena que podamos aportar

"Hay que desperdiciar menos, gastar lo justo, no usar aquella energía que no es necesaria. Lo que más me enoja, es criminal, es el 40% de desperdicio de los alimentos. ¿Tiene sentido que haya 30.000 productos distintos en los supermercados de Occidente? Cuando entras allí te das cuenta de que las estanterías nunca están vacías. ¿Por qué entre todos no probamos ir a comprar a una tienda todas las semanas y no a cuatro o cino. Realmente, ¿es necesario volar todos los años a tantos sitios? ¿Tiene sentido que nos hartemos de consumir -incluso producir- frutas tropicales?"