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De valer 47.000 millones a la quiebra: WeWork, el gigante del 'coworking', se declara en bancarrota

Las acciones de WeWork, que llegó a valorarse en casi 50.000 millones de dólares (46.598 millones de euros), se han depreciado casi un 99% en lo que va de año

Uno de los coworking de WeWork.

Uno de los coworking de WeWork. / WEWORK

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En 2019 WeWork era la empresa emergente más reputada de Estados Unidos. Su idea de alquilar oficinas compartidas, bautizada como 'coworking', transformó el sector y disparó su valoración hasta los 47.000 millones de dólares. Eso ya es historia.

Este lunes, la compañía fundada en 2010 por Adam Neumann y Miguel McKelvey se declaró en bancarrota y solicitó la protección de las autoridades tras admitir que no es viable. Con un volumen de deudas que oscila entre 10.000 y 50.000 millones, alrededor de un 92% de sus prestamistas acordó ayer una reestructuración para renegociar sus costosos contratos de alquiler.

En un comunicado, WeWork explicó que también se declarará en quiebra en Canadá, pero que ese procedimiento no afectará a los locales tiene fuera de esos dos países. A finales de junio, la 'startup' disponía de 777 oficinas en todo el mundo, también en distintas ciudades de España.

Hundimiento en bolsa

Poco antes de hacer oficial su hundimiento, WeWork anunció que dejaba de cotizar en la bolsa de Nueva York. En agosto ya admitió tener dudas sobre su viabilidad como empresa, una confesión que la llevó a desplomar su valor. En lo que va de año sus acciones han caído cerca de un 98,5%.

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La decisión supone un revés para SoftBank, el gigante tecnológico japonés que posee alrededor del 60% de WeWork. Declararse en bancarrota, ha explicado, es la mejor forma para reorganizar su negocio y seguir adelante. Según 'The Wall Street Journal', la compañía de 'coworking' ha acumulado unos 16.000 millones en pérdidas desde 2010.

Según The New York Times, el impacto de su posible bancarrota sería devastador para los propietarios de edificios en ciudades como Nueva York o Londres, muchos de los cuales ya aceptaron reducir el dinero que le cobran a la empresa para mantenerla a flote, y para los que la pandemia y el aumento del teletrabajo han supuesto un duro golpe.