El metal de Galicia y del norte de Portugal se alían para liderar la industria de la eólica marina

El Windfloat Atlantic, el primer parque eólico flotante semisumergible del mundo, empezó a volcar su producción a la red eléctrica portuguesa en febrero de 2020 después de 25 largos años de diseño y pruebas. Está situado al otro lado de la frontera con Galicia, a 18 kilómetros de la costa de Viana do Castelo. Con 25 megavatios (MW) de potencia repartidos en tres turbinas, la instalación sirve de inspiración para las autoridades lusas en el despliegue de la tecnología offshore en sus aguas –su ambicioso plan de eólica marina contempla 10.000 MW en 2030, de los que 2.000 estarán en la misma zona del pionero parque desarrollado por Engie, EDP, Repsol y Principle Power– y como prueba también del músculo industrial de Galicia.

La estructura corrió a cargo del astillero público de Navantia en Fene, pero en el resto de componentes “hay un 90% de participación gallega igualmente”, como recuerda Enrique Mallón, secretario general de Asime. Industrias Ferri, Ganaín o Montajes Roteu, Citic Censa... la nómina de fabricantes vinculados a la eólica marina en el sur de Galicia “es cada vez mayor” y la patronal del metal quiere aprovechar todo el expertise y las privilegiadas condiciones para la implantación de parques para consolidar “una cadena de valor líder” en el sector sumando fuerzas a uno y otro lado del Miño.

Socios de ambos territorios

Asime lidera el proyecto Aowinde que tiene como principal objetivo “acelerar el desarrollo y peso de la energía eólica marina” en la Eurorregión formada por Galicia y el norte de Portugal “mediante la colaboración público privada”. En la iniciativa están también la Secretaría Xeral de Industria de la Xunta, el Inega y las universidades de Vigo y A Coruña. Por el lado portugués figuran la Cámara de Viana do Castelo, el Instituto Politécnico de la localidad, el Instituto de Ingeniería, Tecnológica y Ciencia de Sistemas e Informática (Inesctec), el Centro de Apoyo Tecnológico a la Industria Metalmecánica (Catim) y la Asociación de Metalúrgicos, Metalmecánicos e Industriales Afines (Aimmap). Prevén poner en marcha “herramientas de apoyo a la cadena de valor de la energía eólica marina transfronteriza, atrayendo nuevos agentes al territorio”, con una apuesta de “formación especializada” y “promocionando” las ventajas de la offshore. “Se busca en definitiva una hoja de ruta común para mejorar la competitividad de la industria de cero emisiones netas vinculada a la cadena de valor de la energía eólica marina, impulsando la rápida transición hacia la neutralidad climática”, añaden, en el marco de la llamada Economía Azul.

El Aowinde ha conseguido financiación del programa europeo Interreg Galicia-Norte de Portugal. Recibirá 1,4 millones de euros que puede ejecutar hasta diciembre de 2025. Entre otras cuestiones, se prevé desarrollar un parque eólico marino virtual para estudiar sus posibles impactos. El pliego de condiciones para la contratación del servicio de tareas del proyecto habla expresamente de crear “un hub transfronterizo”, además del “diseño y puesta en marcha de campañas de sensibilización y valorización de la constribución a la sostenibilidad” de la eólica marina, incluida una de ámbito internacional a través de canales digitales para afianzar “el posicionamiento de la Eurorregión como polo de referencia sectorial en la industria vinculada a la eólica marina”.

Pensando en el futuro

No solo se piensa en lo inmediato, en el estreno de la offshore en España y Portugal. “Queremos concurrir a proyecto internacionales con más garantías”, señala Mallón a Faro, pensando en los problemas de rentabilidad que algunas pymes todavía ven en el sector por la falta de la maduración de la tecnología y las limitaciones propias.

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El proyecto se presentará oficialmente el próximo 10 de noviembre en Vigo. El esbozo que sus impulsores dieron hace semanas en Viana do Castelo “no pudo tener mejor acogida”. El secretario general de Asime lo considera “un hito” para la industria de la Eurorregión Galicia-Norte de Portugal y subraya la importancia de que se contemple la formación de trabajadores. “Portugal está trayendo trabajadores de sus antiguas colonias, allí es más facil –asegura–. Sí bien es cierto que aquí también estamos trabajando en ello, los trámites todavía se alargan unos tres meses”.

Gazelle Wind, dueña de Faustino Carceller, invertirá 40 millones en Póvoa do Varzim

Gazelle Wind Power anunció el pasado junio la compra de la ingeniería naval viguesa Faustino Carceller. La compañía irlandesa tomó una participación mayoritaria “con el objetivo de incorporar el know-how” de la firma olívica para ayudar a desarrollar su plataforma eólica marina flotante modular híbrida. “Este acuerdo nos permite seguir atendiendo al máximo las necesidades de armadores y astilleros, al tiempo que nos ofrece a nosotros y a nuestros clientes una vía de acceso al floreciente mercado de la energía eólica marina”, señalaba entonces el CEO, Pablo Carceller. La colaboración será fundamental para los ambiciosos planes que Gazelle Wind Power tiene para la tecnología offshore en el norte de Portugal, donde ya tiene una filial. Según adelantó Jornal de Negocios, invertirá 40 millones de euros hasta 2026 para “desarrollar toda una cadena de valor” para construir y probar su primera plataforma flotante marina en Póvoa do Varzim.