ENTREVISTA

Florent Bannwarth (BlaBlaCar): "Queremos que dentro de BlaBlaCar también se integren tren y bus"

El director de operaciones de la firma asegura en esta entrevista que "vertebrar las localidades con menos oportunidades de transporte es una de nuestras prioridades de negocio"

Florent Bannwarth, en un momento de la entrevista con ‘activos’, realizada durante una visita del dirigente a València.

Florent Bannwarth, en un momento de la entrevista con ‘activos’, realizada durante una visita del dirigente a València. / LOYOLA PÉREZ DE VILLEGAS

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Tras un 2022 de récord de actividad para BlaBlaCar y un 2023 en el que aspira a seguir batiendo registros, el director de operaciones de la firma en España y Portugal, Florent Bannwarth, ve en la "optimización" de los viajes la máxima prioridad de cara al futuro de una empresa de coche compartido que ya tiene en nuestro país ocho millones de usuarios. A largo plazo, espera que mediante pactos la plataforma pueda servir no solo para conectar todos los pueblos de España, sino también para impulsar la multimodalidad en el transporte.

-Dispararon su actividad en 2022, superando incluso en un 34% la registrada el año antes de la pandemia. ¿Por qué cree que se apuesta más por esta movilidad compartida?

2022 fue una tormenta perfecta. Empezamos el año saliendo de la última ola de ómicron y había muchas ganas de viajar, sobre todo por España. La gente quería ir a ver a los abuelos, a la fiesta de pueblo a la que no había ido en tres años, etcétera. El turismo doméstico estaba en auge y eso fue importante para nosotros, que nos ubicamos en esos viajes de largo recorrido, de entre 270-300 kilómetros entre comunidades autónomas. Además, estuvo el aumento del precio de la gasolina, con el que nosotros tenemos una vinculación directa, porque hay muchísimos conductores que se apuntan motivados a probar el coche compartido principalmente por el factor ahorro. Hubo muchos que se unieron tras el inicio de la guerra y se quedaron por la experiencia y para seguir ahorrando. Y luego el último factor creo que es la conexión punto a punto, que es una cosa que trabajamos mucho durante el covid para desbloquear enlaces entre pequeñas localidades que si no fuera por el coche no tendrían casi conexiones por otras vías.

-¿Se ven entonces como un medio de vertebración para la España rural o la que tiene menos oportunidades de transporte?

Sí, y es una de nuestras prioridades de negocio. Tiene mucho sentido porque, al final, cualquier pueblo, por pequeño y aislado que esté, tiene cerca una carretera y hay centenares o miles de coches que pasan por ahí con asientos vacíos. Si optimizamos esos asientos con pasajeros, podemos establecer conexiones directas que no existirían en cualquier otra forma de viajar. Es algo que tenemos y que hay que sugerir al usuario, para que si, por ejemplo, quiere ir del centro de Madrid al de València, pueda coger un pasajero en Arganda del Rey y dejarlo en Buñol y establecer así una línea directa que no estaría disponible de otra manera.

-¿Es esa conexión entre puntos la que más crece ahora mismo?

Es la más atractiva, la que más está creciendo y donde apostamos ahora todo porque en ese futuro de multimodalidad en el que queremos trabajar junto al bus y al tren es donde más valor vamos a aportar y donde más creceremos. Casi la mitad de los viajes que se hacen en BlaBlaCar no se corresponden con el viaje principal del conductor, sino que tienen un punto intermedio para o bien recoger o bien dejar a un pasajero. A nivel nacional, en 2022 hemos llegado al 85% de los municipios de toda España, pero en algunas comunidades como la valenciana hemos alcanzado el 96%.

-¿Es un objetivo próximo el de conectar así a toda España?

Sí, desde luego. Estamos trabajando para ello.

-El año pasado, en paralelo al alza de costes de los combustibles, hubo críticas por el encarecimiento también de sus servicios. ¿Están hoy ajustadas sus tarifas o hay gente intentando hacer negocio?

Intentamos que estén ajustadas porque el coche compartido es compartir gastos y en ningún caso se puede hacer negocio. Nosotros recomendamos un precio que consideramos que es justo y ese el conductor lo puede subir o bajar como máximo el 50%. Dicho esto, siempre vamos a tener pasajeros que quieren precios más bajos y conductores que los quieren más altos.

-Y ahora que el coste del carburante parece estabilizado, ¿se van a mantener sus tarifas?

Es muy complicado decirlo, pero en principio parece que la situación está siendo estable y los precios no deberían subir más. Actualmente ya son muy parecidos a los que teníamos antes del covid.

-Antes hablaba de un gran crecimiento en la cifra de conductores. ¿Son motivaciones de uso de la plataforma similares o diferentes a las del pasajero?

Nosotros siempre hablamos de los dos tipos y nuestro trabajo es hacer que se entiendan. Cada uno tiene motivaciones distintas. El conductor es el que tenemos que conseguir para tener una oferta suficiente de viajes. Luego los pasajeros ya llegan de por sí porque es una oferta de viaje muy barata y fácil. Históricamente, el conductor se apunta a BlaBlaCar por el factor ahorro y para compartir gastos. De ahí que, cuando suben los precios, de repente suben los registros. Pero es verdad que vemos que hay otros factores como la conciencia medioambiental que van cogiendo peso entre nuestros conductores y pasajeros. Es un factor que va a seguir creciendo. Y después hay gente que se apunta por razones más sociales, por no viajar solo en un viaje largo o por conocer a gente.

-¿Qué proporción hay de conductores respecto a los pasajeros ?

En España tenemos unos ocho millones de usuarios. Alrededor de un tercio son conductores, y los otros dos tercios, pasajeros. 

-¿Hay margen de crecimiento? 

Pues pese a que parece que el de BlaBlaCar es un modelo muy establecido, cuando miras las cifras del coche compartido, en los trayectos de largo recorrido, representa menos del 5% de los viajes totales. Hay un potencial de crecimiento que todavía es muy importante.

-¿Es el del joven quizá con poco poder adquisitivo pero que quiere viajar el perfil mayoritario en la plataforma?

Pues nos hacemos mayores y nuestros usuarios también. Hace no mucho teníamos una edad media en torno a los 24 años y en 2022 fue de 32. Cualquiera que viaja en BlaBlaCar se da cuenta de que es común encontrarte con la abuela que va al pueblo, el abuelo que visita a los nietos... Hay mucha gente que durante la pandemia probó el coche compartido porque era la única solución para ese viaje y eso ayudó también a subir la edad de los usuarios. En cuanto a sexo, estamos casi en paridad exacta, creo que el 52% son hombres, y el 48%, mujeres.

-Eso contrasta quizá con esa perspectiva que se puede tener de que algunas mujeres puedan tener más reticencias al modelo si se trata de viajar solo con hombres, por ejemplo, ¿no?

El modelo del coche compartido tiene una barrera de confianza que hay que resolver. Nosotros la garantizamos a partir de las reseñas que dejan a los usuarios, el nivel de experiencia del conductor, las fotos de perfil, el número de teléfono verificado... Hay una serie de cosas que se ponen en marcha para garantizar esa confianza. Es verdad que mucha gente que no ha utilizado BlaBlaCar se hace la pregunta de si hay mujeres que pueden tener más miedo. Y los datos, al menos, no nos demuestran eso. Tenemos un filtro en el que puedes elegir viajar solo con mujeres y lo utilizan menos del 2% de nuestras usuarias. Y si miras la repetición de ese filtro, es todavía un dato más ínfimo.

-¿Qué metas se marcan en el horizonte para crecer?

A corto plazo, el foco principal es ese puerta a puerta, ser la forma de viajar más eficiente para la España vaciada. Y a largo, ofrecer una experiencia multimodal que sea lo más personalizable posible para que en función del tipo de viaje que se vaya a hacer puedas elegir si vas en tren, en bus o en BlaBlaCar, todo dentro de nuestra plataforma. Que las tres formas estén integradas dentro de Blablacar y que la aplicación te haga un trayecto personalizado si priorizas el precio, la rapidez, la eficiencia, etcétera.

-¿Buscarán entonces acuerdos?

Hoy en día la parte de los buses está integrada, aunque de forma limitada en España. Tenemos buses nuestros que están sobre todo en Francia y Alemania. En España solo cubren líneas internacionales porque el mercado no está liberalizado, pero sí un València-París, que es una línea que vamos a abrir ahora en abril. Estamos trabajando también con operadores españoles y portugueses, vendemos sus líneas, y el día de mañana queremos integrarnos más y mejor con estos actores. El tren es lo que todavía no es una realidad, pero estamos en conversaciones avanzadas para hacerlo tanto con operadores públicos como privados.

-¿Se han marcado fecha?

No será en 2023, pero en 2024 deberíamos vender nuestro primer billete de tren en BlaBlaCar.

-¿No temen, por tanto, que la liberalización de los trenes perjudique su negocio?

Puede ser que no y lo interesante es que trabajemos juntos en el futuro para ofrecer soluciones más personalizadas a los usuarios y hacer crecer el mercado. Con la liberalización del tren, lo que estamos viendo es que los datos de Barcelona y València con Madrid están siendo superpositivos; la experiencia del usuario, también, y eso es bueno para el sector en general. Nosotros vemos un impacto en nuestra actividad entre Madrid y València en el hecho de que el número de conductores no ha bajado, pero en la demanda sí que observamos una cierta ralentización del crecimiento. Íbamos al 20% o 30% de mejora antes y, por ejemplo, con las Fallas hemos tenido prácticamente la misma actividad que el año pasado. De ahí que nosotros, en el futuro, queramos trabajar con el tren, para que el viaje de centro a centro de Madrid a València sea en tren o autobús, pero si quieres hacer un Arganda del Rey-Buñol uses un BlaBlaCar.

-¿Será entonces decisivo el factor sostenible para crecer en su caso?

Sí. Hoy en día no es el factor principal de los conductores, porque este sigue siendo el ahorro, pero es un factor que está cogiendo cada vez más relevancia y no hay duda de que, sobre todo entre las generaciones más jóvenes, pesa mucho en las decisiones. La economía colaborativa en general, con los miles de conceptos que existen, es algo con lo que han nacido y lo llevan muy adentro. Por eso es uno de los factores en los que vamos a basar nuestro crecimiento. 

-Su negocio está ligado a una automoción que va hacia los vehículos eléctricos. Sin embargo, España está retrasada respecto a Europa en estos asuntos. ¿Eso les puede lastrar en el futuro?

No creo, porque al final el coche eléctrico viene a cambiar muchas cosas, a aportar soluciones a la movilidad sostenible, sobre todo en el entorno urbano. Lo que seguirá siendo un problema es si dentro de ese coche eléctrico sigue yendo una sola persona por la ciudad: eso es lo que no tiene sentido hoy en día con un coche de combustión y no tendrá sentido con uno eléctrico o con la próxima tecnología que venga. Para nosotros, el problema sigue siendo el mismo, que los coches que hay estén optimizados y, después de eso, pasar a optimizar trayectos, que es lo que hablábamos de unir pueblos y sugerir paradas.

-Se está debatiendo la primera ley que definirá el coche compartido en España. ¿Qué va a suponer?

Va a aportar cierta seguridad jurídica y puede abrir vías para que haya más apoyo desde las instituciones. Lo estamos viendo en Francia, un país donde el uso del coche compartido está más avanzado. Ellos han aprobado una batería de medidas como subvenciones desde las comunidades autónomas que bonifican el coche compartido entre domicilio y trabajo, puede llegar incluso a ser totalmente gratuito para el pasajero. Y luego también con infraestructuras como los carriles bus-VAO, donde pueden ir los coches compartidos; los descuentos en los peajes…

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-¿En España ven voluntad para ello?

Hay mucho interés por parte de las institucionales a nivel regional, nacional y también de los ayuntamientos. Hay una muy buena relación, pero sí que es cierto que hemos tardado más porque hemos tenido que explicar nuestro modelo. Todo eso ha quedado atrás, se ve que es un modelo que funciona y ahora estamos construyendo el futuro y la base será la definición que se fijará en esa ley.