Paralelismos

Algunos estudios avalan que la mejor manera de obtener lo mejor de cada uno es darle a cada uno lo que necesita, más allá de la meritocracia, consistente en darle a cada uno el reconocimiento adecuado a su contribución… pero ni la meritocracia ni su evolución se aprecian, de facto, en la España de hoy, que pretende igualar a todos cortando las alas del que quiere volar y segando la hierba del que camina. El interés se centra en revanchismos atávicos… porque ahora, podemos.

Los tiempos que corren nos hacen reflexionar que, tal vez, para hacer algo grande no solo han de ser negocios, también debe ser algo personal. Algo personal puede ser el 20% de la propiedad en el caso de algunos, o algo más del 59% en el caso de otros, para estar, al fin y al cabo, no solo involucrados, sino comprometidos, y así tomar decisiones, hacer que sean las correctas para crear riqueza, generar empleo y trascender las fronteras con una enseña internacional de un país para el que nadie es profeta en su tierra.

El compromiso de buen gobierno empresarial implica que ninguna decisión adoptada por una compañía se toma de forma baladí, sea de capital privado o público. En unas, por el interés de todos sus accionistas, y en las otras… aunque sea por intereses partidistas, electoralistas o incluso en aras del bien común. En cualquier caso, se sopesa pros y contras, se confirma el sentido industrial o de negocio, se suele pedir informes de terceros, (jurídicos, financieros, competitivos y comparativos). Y luego se ponen los recursos y las métricas necesarias para identificar los riesgos y gestionarlos, y para comunicar, impulsar, monitorizar, corregir y celebrar la ejecución de la decisión adoptada

Cuestión de ADN

La valiente iniciativa del consejo de Ferrovial de trasladar su sede a los Países Bajos pone en evidencia, sin embargo, varios hechos destacables que caracterizan nuestro ADN patrio. Confundir a la persona con la empresa es muy latino, la persona por encima de los hechos y la lógica, la necesidad de buscar culpables o sospechosos, la tentación de demonizar a algún personaje mediático, acusar deloquesea, antes de analizar y aprender de las situaciones y los problemas y, desde luego, nunca reconocer errores propios o qué se podría haber hecho mejor.

"¡Es la economía, estúpido!", diría James Carville. La economía que observa el contexto del mercado, las posibilidades de financiación, las facilidades de inversión, la seguridad jurídica, la legislación laboral, la presión fiscal… y valora muy positivamente la estabilidad y la calidad jurídica y normativa.

Sin embargo, el entorno en el que nos movemos es el caos político: demagogia electoral, soberbia personal, ambición sin límites, leyes apresuradas y represoras, amenazas y persecución. Declaraciones ofensivas a las grandes fortunas y a las grandes empresas… Ser "rico" se ha convertido en un insulto con nombres y apellidos, acompañado siempre de otras lindezas. Se presuponen indecentes, usureros, secuestradores de derechos laborales… Si alguno protesta, "es que vamos por buen camino". Da lo mismo que los llamados "indeseables" generen empleos y paguen sus impuestos; impuestos que algunos confunden con algo "suyo" porque "el dinero público no es de nadie".

La teoría del caos estudia la sensibilidad a condiciones iniciales de algunos sistemas, es decir, de aquellos sistemas en los que un pequeño cambio puede generar grandes consecuencias. Así que, tensando tanto el hilo del sentido común y del sentido del deber, en algún momento se rompe y solo queda el "ahí te quedas". Si la conclusión es que esto tiene mala pinta y puede continuar, mejor nos vamos.

Relevancia de la empresa familiar

Mirando una radiografía del tejido empresarial español, observamos la relevancia y el arraigo del modelo de empresa familiar en el tejido de nuestro país. De hecho, es la estructura accionarial del 89% de las empresas privadas españolas. En su conjunto estas empresas familiares generan el 67% del empleo privado y aportan cerca del 57% del PIB nacional. Sin embargo, no todas las empresas familiares son iguales. Y, aunque el grueso de estas compañías son pymes, también hay grandes grupos propiedad de familias españolas que se han hecho un hueco entre las 500 mayores empresas del mundo. Porque construir futuro pasa por aprender y mirar hacia delante, pensar a lo grande, mirar hacia Europa no solo como una vaca a ordeñar, sino como un territorio común al que contribuir.

Llueve sobre mojado. No hace tanto las empresas abandonaban Catalunya por razones "parecidas". Lo viví en primera línea, fue el momento de protagonismo no buscado de una que debía ser protagonista por sus méritos en el I+D oncológico y neurodegenerativo: Oryzon Genomics. La epigenética en España tiene un recorrido limitado, el horizonte son las grandes farmas, el mercado exterior y en especial el americano… y tuvimos que cambiar la sede. Le siguieron otras muchas, 6.000, 7.000… algunas a la Comunidad de Madrid, otras a la Comunidad Valenciana. Es obligación legal de consejeros y directivos gestionar riesgos y actuar en consecuencia. 

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Un ejercicio de responsabilidad

En ocasiones duele más no entender al toro que la cornada en sí, dijo José Tomás, pues no hay peor sordo que el que no quiere oír. "Lo que me llega de las conversaciones que he tenido con empresarios es que no quieren que haya un cambio de Gobierno. A las empresas españolas les ha ido muy bien con este", la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, dixit.

A veces no hay vuelta atrás, más bien al contrario. Algún día descubrirán estos que mandan y usan altavoces vociferantes en lenguas que deben por hipotecas electorales algo que el castellano cervantino, auténtico orgullo patrio internacional, dice bien claro: "No quedan pájaros hogaño en los nidos de antaño".