MONEDAS DIGITALES

El BCE propone regular las criptomonedas sin respaldo como juegos de azar

El 12% de la población española tiene monedas digitales, que ya mueven en torno a 60.000 millones de euros en España y 2,5 billones de dólares en el mundo

El pago con criptomonedas llega a las apps.

El pago con criptomonedas llega a las apps.

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 “La regulación debe reconocer la naturaleza especulativa de las criptomonedas sin respaldo y tratarlas como a juegos de azar”. Así calificaba Fabio Panetta, miembro del Consejo Ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), a las monedas digitales. Para él, carecen de valor intrínseco y son “una apuesta disfrazada de inversión” y llama a los reguladores a actuar con contundencia. “La gente siempre ha apostado de muchas maneras diferentes”, señala, “en la era digital es probable que las criptomonedas sin respaldo sigan siendo un vehículo para los juegos de azar”. Con estas palabras, Panetta busca no abandonar a quienes han destinado parte de sus ahorros en invertir en estos activos, que ascienden a 845.000 millones de euros en criptoactivos en Europa según apuntan algunas fuentes, y exige una fiscalidad más contundente con el sector: “Deben ser gravados de acuerdo con los costes que generan a la sociedad”, apunta.

El FMI estima la capitalización del mercado de criptomonedas en 2,5 billones de dólares. De ellos, unos 60.000 millones de euros se circunscriben a España, según el “Informe de Primavera 2022” publicado por el Banco de España. Unos 5,7 millones de españoles posee criptoactivos, un 12% de la población total de España. Según este mismo documento, las monedas digitales suponen el 4,8% del PIB y un 2,7% de todos los activos financieros que se movieron durante el 2021 en España.

El país es la quinta economía por volumen de transacciones de criptoactivos de Europa, por lo que también se convierte en uno de los mayores blancos para los estafadores que operan con monedas digitales. “Pueden utilizarse para la evasión fiscal, el blanqueo de capitales, la financiación del terrorismo y la elusión de sanciones”, describe el miembro del Consejo Ejecutivo del Banco Central, “también tienen altos costos ambientales”. Y de hecho, las estafas de criptomonedas no dejan de sucederse. Según la plataforma de datos de blockchain Chainalysis, se estima que los estafadores robaron unos 14.000 millones de dólares en criptodivisas en 2021 en todo el mundo. Solo en España, más de 400.000 españoles han sido víctimas de estos fraudes.

Criptofraudes’ en España

A España también han llegado las estafas masivas con monedas digitales. La última de ellas fue descubierta por la Guardia Civil y los Mossos d’Esquadra en noviembre: se estima que 17.000 personas han sido víctimas de una organización criminal ubicada en Albania que conseguía unos 400 euros por minuto. A partir de llamadas telefónicas que prometían grandes beneficios con inversiones iniciales de 250 euros, los estafadores consiguieron hasta 2.400 millones de euros. En verano se intervinieron alrededor de 70 páginas web fraudulentas de venta multiproducto que afectó a unas 4.000 personas y obtuvieron unos 2,5 millones de euros. Actualmente la Audiencia Nacional mantiene abiertas cuatro macroinvestigaciones que sumarían un fraude superior a los 1.500 millones de euros.

Las estafas siguen varios patrones. A veces se utiliza el ‘esquema ponzi’, donde los perjudicados creen que las ganancias provienen de una actividad legal, pero tienen origen en otros inversores engañados. Este es el caso de uno de los mayores estafadores en España, deternido en Valencia a comienzos del 2022, al que se le imputó 7 delitos de estafa y blanqueo de capitales. En otros casos, las criptomonedas se utilizan para blanquear capital de otras actividades ilícitas. Un ejemplo es el grupo de narcotraficantes detenido en Sevilla en febrero de 2022 que blanqueaba sus ganancias derivadas del transporte de cocaína a partir de las monedas digitales.

Los estafadores también recurren a técnicas conocidas, como el ‘phishing’, que manipula a sus víctimas bajo la apariencia de fuentes de confianza para obtener sus datos personales. A finales del 2021, la Guardia Civil desarticuló una red que se valía de este método para conseguir hasta 600.000 euros de unos 106 perjudicados que después invirtieron en criptomonedas. Y los fraudes también se sirven de la novedad, como la creación de una nueva moneda virtual. Es el caso del token “Holdlife”, que sustrajo más de medio millón de euros a un millar de afectados.

Regulación ante la volatilidad

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Más allá de los fraudes, que son una parte del mercado de criptomonedas, las monedas digitales se han caracterizado por la volatilidad que ha vivido en el último año. El llamado ‘criptoinvierno’ tuvo lugar en abril con la caída de las criptomonedas Luna y de la ‘stablecoin’ Terra USD y se trasladó a todo el sector. En un día, el precio del bitcoin cayó desde los 69.000 dólares, su máximo histórico, hasta los 27.000 dólares, mientras que ethereum perdió un 20% de su valor. A finales del 2022, estas mismas monedas rozaban los 18.000 dólares y los 1.200 respectivamente.

El siguiente pánico llegaría en octubre. La quiebra de una de las mayores plataformas de intercambio de criptomonedas, FTX, y la detención de su fundador, el millonario Sam Bankman-Fried, hizo temblar a los inversores de todo el mundo. Su hundimiento dejó un agujero de 8.000 millones en sus cuentas y sus clientes han reclamado hasta 1.000 millones de dólares perdidos de sus ahorros. El descalabro alcanzó a grandes nombres de las finanzas, como Softbank, BlackRock, Sequioia Capital o Temasek, que desembolsaron un total de 1.720 millones de dólares en la compañía, y a otras compañías del sector. BlockFi ha sido la siguiente firma en declararse en bancarrota, mientras que Genesis o Coinbase estarían haciendo equilibrismos para no seguir el ejemplo.