La quiebra de FTX prolonga el 'criptoinvierno'

Volatilidad e inestabilidad son las principales palabras con las que se suele describir al mercado de las criptomonedas, que carece de regulación y está totalmente descentralizado. Pero también hay otros términos que ya empiezan a formar parte del 'argot' generado alrededor del pequeño microcosmos de las criptodivisas: 'criptoinvierno'. Este vocablo empezó a utilizarse para definir la situación de las divisas digitales entre finales del 2017 y principios del 2018, cuando el bitcoin perdió hasta un 80% de su valor tras registrar máximos históricos. La quiebra de la plataforma de intercambio de monedas digitales FTX y la dimisión de su CEO, el millonario treintañero Sam Bankman-Fried, ha traído la incertidumbre de vuelta. La criptomoneda más popular regresa a mínimos de hace dos años y el resto de divisas también sufren importantes caídas. El mayor temor de los inversores en este momento es que el invierno, al igual que ocurría en la Narnia embrujada de C.S. Lewis, se convierta en eterno.

El precio del bitcoin ha perdido en 2022 cerca del 60% de su valor y más del 70% desde su máximo histórico de 69.000 dólares por unidad registrado en noviembre de 2021. El mercado de las criptomonedas se han visto afectado en general por múltiples crisis a lo largo de este año. Además de los problemas propios del universo 'cripto', no hay que perder de vista que el aumento de los tipos de interés y la desaceleración de la economía ha alejado a los inversores de la asunción de riesgos elevados. Esto golpea con fuerza a este sector, ya que experimenta una gran volatilidad debido a su propia naturaleza de mercado desregulado. Las restricciones al minado de criptomonedas (una forma de obtener criptodivisas a través de la red que consume grandes cantidades de energía) y el enfrentamiento entre las dos grandes plataformas de intercambio, Binance y FTX, ha debilitado aún más a este mercado.

La puntilla a esta poco halagador escenario ha llegado esta semana con la quiebra de FTX. La plataforma tiene un agujero de 8.000 millones en sus cuentas del que nadie parece hacerse cargo. Para empeorar aún más la situación, los clientes de FTX han denunciado este sábado que han perdido al menos 1.000 millones de dólares de sus ahorros, según informaciones publicadas por la agencia Reuters. La evaporación de este dinero sería el resultado de las prácticas del ex CEO de la compañía Sam Bankman-Fried. Todo apunta a que este empresario utilizó parte de las inversiones de los usuarios de la plataforma hacia el brazo inversor del grupo, Alameda Reseach. Este movimiento desató en un primer momento un colapso de la liquidez y, posteriormente la bancarrota.

La crisis de FTX, hasta la semana el segundo mayor mercado de compraventa de criptomonedas, se suma al escándalo protagonizado por el colapso de la divisa digital Terra/Luna o la caída en desgracia del fondo Three Arrows Capital. Estas quiebras han causado un efecto contagio al resto de jugadores del mercado. Otras monedas digitales se han visto arrastradas por la tormenta. Ethereum, Dogecoin o Cardano acumulan una pérdida de valor cercana al 20% en la última semana.

Muchos son los inversores institucionales y bancos que habían empezado a tomarse en serio la inversión en criptomonedas ante la promesa de altas rentabilidades por parte de un mercado autorregulado a golpe de algoritmos y descentralizado. Cada nuevo escándalo añade dudas a la posibilidad de ganar dinero a través de estas inversiones y si hay algo a lo que el dinero es reacio es a la incertidumbre.

Efecto en cascada

El mayor problema de las quiebras es el efecto en cascada suelen acabar provocando. El vehículo inversor de FTX, Alameda Research, y unas 130 filiales del grupo se acogerán a la legislación concursal para tratar de sacar rendimiento a los activos que aún quedan. Pero los fondos de alrededor de un millón de usuarios permanecen en el aire.

Muchas otras firmas del sector 'cripto' tenían exposición en FTX y su descalabra podría provocar un efecto en cascada. BlockFi, rescatada por FTX con un préstamos, ya asegurado que congela las retiradas de fondos ante la crisis de su acreedor.

Y la cascada podría llegar hasta grandes nombres de las finanzas, como Softbank, BlackRock, Sequoia y Temasek, que llegaron a desembolsar 1.720 millones de dólares en FTX. En el caso de Softbank, el conglomerado japonés que tiene a su cobijo a VisionFund, informaba este viernes de pérdidas cercanas a 7.200 millones de dólares en el tercer trimestre, aunque la compañía no aludió a la quiebra de FTX, pero el responsable financiero de la empresa ha señalado que las inversiones en cripto solo suponen un 1,3% del total.

Sequioa Capital, firma de capital riesgo que gestiona hasta 85.000 millones de dólares también tiene exposición a FTX, ya que Bankman-Fried habría invertido unos 200 millones de dólares en dos fondos de Sequioa, según recoge el diario Financial Times. El administrador de fondos de este grupo llegó a alabar en un artículo corporativo el "intelecto impresionante" del fundador de FTX.

Además de los fondos de capital riesgo, se puede mencionar el fondo de pensiones de los maestros de Ontario (Canadá), que participó en una de las rondas de financiación de FTX el pasado mes de octubre de 2021.

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El ocaso de FTX, fundada en 2019, también ha supuesto la caída en desgracia del padre de la criatura. Bankman-Fried había llegado a amasar una fortuna de 16.000 millones de dólares con apenas 30 años y se había convertido en un importante donante de fondos del Partido Demócrata en Estados Unidos.

Ante el marasmo creado esta semana por la quiebra de FTX, Bankman-Fried tiró de sinceridad y dijo sin tapujos delante de un grupo de inversores: "La he cagado y tendría que haberlo hecho mejor". Tras la quiebra de la plataforma, este empresario ha asegurado que continuará trabajando para poner el orden aterrizaje forzoso de la empresa. El tiempo dirá si la primavera puede llegar de nuevo al mundo cripto o si el mercado se dirige a la glaciación.