AUTOMOCIÓN

Los gigantes del automóvil reclaman más tiempo e incentivos fiscales para ejecutar los fondos europeos

Los fabricantes piden estímulos económicos que incentiven la compra de los modelos eléctricos entre los ciudadanos

Planta de Ford en Almussafes.

Planta de Ford en Almussafes.

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Paula Blanco

Los gigantes del automóvil reclaman más tiempo e incentivos fiscales para ejecutar las ayudas del PERTE del vehículo eléctrico conectado (VEC). Los fabricantes temen que sus proyectos sean excluidos de la convocatoria si no consiguen adaptar sus propuestas al plazo determinado por la Unión Europea, fijado en octubre de 2025. Asimismo, solicitan estímulos económicos que fomenten la compra de automóviles eléctricos, ya que la venta de estos vehículos en España se mantiene a la cola de otros países europeos. El cuello de botella ocasionado por la complejidad técnica de la convocatoria ha retrasado la adjudicación de las ayudas, y si el Gobierno no consigue extender el plazo demandado por el sector, el sector perderá una oportunidad para recuperarse y avanzar hacia la descarbonización requerida por la UE. Por el momento, de los 2.975 millones de euros prometidos por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, solo se han otorgado 877,2 millones, un 30% de la cuantía total.

El plazo para ejecutar los proyectos fue la causa por la que Ford retiró su proyecto de la planta de Almussafes. Según la compañía, los tiempos de inversión “no encajaban” con sus planes y buscará oportunidades de financiación adicionales, como las autonómicas. “Un proyecto transformador no lo haces en 24 meses, las empresas tienen su ritmo y no pueden estar sujetos a estos requisitos”, asegura el senior industry expert de la consultora Ayming, Donia Razazi.

Complejidad técnica de convocatoria

Aunque los estímulos económicos han sido bien recibidos, especialmente la ampliación de la financiación prevista hasta los 877,2 millones recién adjudicados, las empresas se han encontrado con “una burocracia complicada”, en palabras de la responsable de I+D+i y formación de Sernauto, Cecilia Medina. “Aquí la cuestión no radica tanto en la cantidad como en la flexibilidad de procesos, burocracia, condiciones y plazos de este tipo de ayudas”, señala el senior advisor del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de EY, Ignacio Niño. Para el socio responsable de fabricación y automoción de Deloitte, Jordi Llidó, la complejidad de la convocatoria “sin duda ha dificultado la distribución total del presupuesto del PERTE”.

Otros requisitos solicitados en el PERTE han dificultado la presentación de proyectos. Por ejemplo, la obligatoriedad de presentar avales para justificar la inversión. “A algunas pymes les ha costado mucho presentar uno”, explica Razazi. En el proyecto también debían estar representados un fabricante de baterías, otro de automóviles y un tercero de componentes en un consorcio donde el 40% fuesen pymes. Asimismo, las propuestas debían impactar en al menos dos comunidades autónomas.

Por esta razón, “muchos proyectos de I+D de componentes se han quedado fuera”, continúa Razazi, “quizás nos hemos quedado fuera de ser uno de los principales fabricantes de componentes”. En este sentido, Sernauto solicita que parte del presupuesto no ejecutado se destine a convocatorias como el Plan Tecnológico de Automoción Sostenible (PTAS), “que cuenta con condiciones más cercanas a las necesidades de la industria de componentes”, manifiesta Medina.

España, ¿futuro ‘hub’ de electromovilidad en Europa?

Cuando se anunció la convocatoria del PERTE VEC, el Gobierno dejó patente su principal objetivo: convertir al país en un ‘hub’ de electromovilidad en Europa. Actualmente, España es el segundo fabricante europeo de vehículos y el noveno a nivel mundial. La automoción es el cuarto sector exportador del país y supone el 15% del total de exportaciones españolas. También ha sido uno de los sectores más afectados por la pandemia, principalmente durante el confinamiento: según datos de Faconauto, la facturación de los concesionarios aún se mantiene un 21% por debajo de niveles prepandémicos.

A los últimos coletazos del covid se añade la legislación europea que ha prohibido la venta de vehículos de combustión a partir de 2035. Como apunta Medina, “para que las centrales de los fabricantes de vehículos asignen modelos eléctricos a sus plantas en España, es necesario actualizar las líneas de producción y contar con una cadena de proveedores local que esté preparada para producir este tipo de vehículos”. De ahí que el PERTE VEC se haya convertido en uno de los principales incentivos para realizar estas inversiones tan costosas. “Si no lo aprovechamos, se pone en riesgo al sector de automoción español y a nuestra posición competitiva”, sentencia.

Los elegidos

Tras el amago de Volkswagen y Seat de retirar su proyecto por la financiación limitada que le correspondería, su gigafactoría proyectada en Sagunto ha copado aproximadamente la mitad de las ayudas (397 millones). El resto del PERTE se ha repartido entre 9 propuestas, entre ellas la presentada por el ‘hub de descarbonización’ de QEV Technology para reiundistrializar la fábrica de Nissan en Cataluña, los dos proyectos presentados por Stellantis para sus plantas en Vigo (15 millones) y Figueruelas (52 millones). Otros proyectos, como la gigafactoría de Navalmoral de la Mata, han quedado excluidos de la convocatoria por no cumplir con los requisitos.

Para algunos expertos de automoción, como Razazi, España ya está perdiendo la carrera: “Hemos perdido ya 2 años”, lamenta. Y no solo en vehículos de combustión, también en el ámbito eléctrico. Aunque la producción de vehículos eléctricos aumentó en España un 36,6% en 2021 (76.492 automóviles, según datos recogidos por la Anfac), la fabricación de nuevos modelos se ha estancado en 14. La infraestructura de recarga rápida aún es escasa: según Anfac, los puntos de recarga ascendieron a 13.411 en 2021. Y la venta de modelos electrificados no supera el 10% de cuota de mercado. “¿Cómo queremos atraer inversiones en vehículo electrificado en España si no se venden electrificados en España?”, cuestionan desde Anfac.

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“Para ello es fundamental los estímulos económicos y fiscales que incentive la compra por los ciudadanos”, aconseja el senior advisor de Movilidad Sostenible, Segura y Conectada de EY, Gregorio Serrano. En la misma línea se expresa la patronal, que aboga por incentivos directos a la compra de vehículos eléctricos o híbridos enchufables. “Es decir”, aclaran, “que se descuenten del precio del vehículo directamente y que el comprador no tenga que declarar la ayuda en el IRPF”. Otras medidas fiscales serían deducir el IVA de la compra de un automóvil electrificado, como ocurre en Portugal, o bonificar el 100% del Impuesto de Sociedades para la adquisición de modelos electrificados por parte de empresas, como en Alemania. “No pedimos cosas creativas, pedimos cosas que ya se están haciendo en países europeos”, resumen desde Anfac.

Además de los incentivos a los consumidores, la directora de desarrollo de Empresas por la Movilidad Sostenible, May López, destaca la necesidad de “priorizar aquellos proyectos que más valor generen a nivel local e “fomentar aquellos que no existan”, añade. Uno de ellos, según Razazi, sería el de los componentes. “Tenemos que apoyar más la industria de componentes”, asegura, “que es donde se podría hacer una diferencia con otros países”.