CRÍTICA

'Sobre la losa', de Fred Vargas: un crimen rural

La escritora francesa regresa a la ficción con una nueva entrega de Adamsberg perfecta para los fans del comisar io

La escritora Fred Vargas

La escritora Fred Vargas / EP

Marta Marne

Seis años (cinco en su traducción al castellano) nos ha tenido Fred Vargas (París, 1957) esperando por una nueva novela. En este tiempo no ha estado ociosa, ya que ha publicado algunas obras de no ficción sobre el cambio climático como La humanidad en peligro (Siruela, 2020). Resulta inevitable intentar rastrear esta reciente pasión de la escritora francesa en Sobre la losa y descubrir que Adamsberg se queja de que le estén picando mosquitos a mediados de abril y que en la comisaría comenten que con ese calor a los asesinos se les va a resecar el cerebro.

Sea como fuere, ya desde las primeras páginas tenemos un crimen por resolver y Adamsberg se traslada al ficticio pueblo de Louviec para tratar de ayudar a solucionarlo. Todo el arranque tiene un aire de cuento medieval: un cojo recorre cada noche las escaleras del castillo de Combourg y se pasea por Louviec como si fuese su segunda residencia. Tras 14 años de ausencia, ha vuelto a hacer acto de presencia justo cuando alguien es asesinado.

Y no importa lo desabellado que suene: los vecinos están con el corazón en un puño ante este suceso. No obstante, el cadáver es muy real, al igual que las puñaladas que le han asestado en el pecho. Es relevante el arma con la que se ejecuta el crimen y que la víctima presente picaduras de pulga (inevitable pensar en las plagas de chinches de la capital francesa; seguro que a la autora no le dio tiempo a introducirlo en el libro).

Historias de personajes

Las novelas de Vargas siempre se han caracterizado por ser historias de personajes. No es difícil que acabemos olvidando quién fue el asesino en Huye rápido, vete lejos y en La tercera virgen. Pero la cantidad de secundarios con la que enriquece sus narraciones es marca de la casa, y no sería extraño que alguno de nosotros recordásemos con los años al guardaespaldas y su burro o al posadero, que juega un papel tan importante en la trama y que provee a todos de alimento en esta cruzada.

Una de las flaquezas de este libro es que cada línea se encuentre al servicio de la trama

Porque la detención del asesino en serie de este libro (siempre son asesinos en serie en la obras de Fred Vargas) se convierte precisamente en eso: una especie de cruzada que moviliza a toda la Policía francesa. Vargas nunca ha sido amiga de las medias tintas: si hay que apresar a un peligroso criminal, el despliegue al que recurre es propio de una película norteamericana de prime time. Al fin y al cabo, esto es literatura: no hay limitaciones y puedes disponer del último agente disponible del país si es necesario.

Puede que una de las flaquezas de este libro es que cada línea se encuentre al servicio de la trama. Algo que de por sí no es malo, pero se echan de menos las divagaciones de Adamsberg y las descripciones de los lugares que transitan. En Sobre la losa están pasando cosas todo el rato. Tantas que resulta abrumador cuando se echa la vista atrás desde la última página. A pesar de que el último tercio flojea y las exageraciones consiguen ser ya excesivas, el cierre de la novela compensa esas pequeñas irregularidades.

Una historia perfecta para los fans de Adamsberg, Danglard (un tanto ausente en esta ocasión) y la brillante Retancourt. Tal vez no sea la mejor novela para adentrarse en el universo de Fred Vargas, pero para quienes ya estamos dentro leerla es tan reconfortante como volver a casa tras un largo y frío día de invierno.

'Sobre la losa'

Fred Vargas

Traducción de Anne-Hélène SuárezGirard

Siruela

432 páginas

24,95 euros