CRÍTICA

Crítica de 'Vivir deprisa', el premio Goncourt de Brigitte Giraud

La autora francesa compone un libro breve que no se puede dejar hasta el final

Brigitte Giraud gana el premio Goncourt con 'Vivir deprisa'

La escritora francesa Brigitte Giraud, ganadora del último premio Goncourt

La escritora francesa Brigitte Giraud, ganadora del último premio Goncourt / EFE

Valéria Gaillard

Con el trasfondo de la venta de una casa en la periferia de Lyon, Brigitte Giraud ( Sidi Bel Abbes, Argelia, 1960) narra en Vivir deprisa la historia de un duelo. Lejos de gastar un tono melodramático, la novela, premio Goncourt 2022, explora las causas que desencadenan el accidente de moto en el que muere la pareja de la protagonista y padre de su hijo, Claude.

La autora despliega en una estructura original una letanía de capítulos breves encabezados con un "si" a través de los cuales intenta rebobinar el tiempo para analizar todos los factores que desencadenaron el accidente. "Si no hubiese querido vender el apartamento", "si hubiese tenido móvil", "si mi hermano no hubiera cogido, de improvisto, una semana de vacaciones", "si el abuelo no se hubiera suicidado"...

Parece querer leer el libro donde todo está escrito "allá arriba" o, en la tradición musulmana, el maktoub. Intenta averiguar si realmente era tan imprevisible como parece o si en realidad era el destino.

No esconde el componente autobiográfico de la historia, que escribe 20 años después de los hechos, de forma que la parte emocional queda amortiguada por la necesidad de buscar un sentido a un acontecimiento azaroso. De hecho, la novela responde a una primera que Giraud escribió en 1999, À present (Ahora), sobre lo mismo pero con un registro más trágico. 

La mirada de la autora

Sorprende que este Goncourt no esté teniendo las ventas esperadas, según la prensa francesa. Es un libro breve que no se puede dejar hasta el final. De lectura fluida y tema absorbente, sin ser ningún thriller. No hay un trabajo estilístico ostentoso, sino una prosa resolutiva y un montaje eficaz. Se sustenta básicamente por la mirada de la autora, que narra en primera persona la historia al tiempo que sabe hallar el tono justo para convertirla en universal. Es capaz de retratar una experiencia generacional, la de encontrar una casa donde vivir -cada vez más bonita y grande- para fundar una familia y cumplir con el sueño capitalista occidental.

Giraud es una autora que tiene una prosa resolutiva y una mirada sagaz

Quizá el hecho de hacer pivotar toda la trama alrededor de la búsqueda de una casa que comprar, como símbolo del triunfo vital, le da un punto actual, al tiempo que permite una reflexión sobre qué es importante en la vida. Aparte de dirigirse a menudo al lector, creando complicidad, destaca la chispa de humor de Giraud, que se pinta ella misma en plena euforia inmobiliaria, visitando pisos extasiada y proyectando todos sus sueños en la vivienda que finalmente adquiere pese a las dificultades.

Se trata de una antigua casa con jardín donde fue detenido durante la Segunda Guerra Mundial el resistente Jean Moulin que al principio no está en venta. De manera indirecta, por culpa de la casa, su pareja muere en un accidente de moto, que no deja de ser el resultado de un ansia por vivir rápidamente, por las prisas que nos ciegan, por querer correr demasiado y que Giraud desgrana con la lucidez que aporta una mirada retrospectiva.

Vivir deprisa sirve, por otro lado, para dar a conocer a una autora que tiene una prosa resolutiva y una mirada sagaz, y que cuenta con otras obras traducidas al castellano como Ahora y Tener un cuerpo.

'Vivir deprisa'

Brigitte Giraud

Traducción de María Teresa Gallego Urrutia

Contraseña

176 páginas

19 euros