CRÍTICAS

Hija de la ausencia

En la novela 'Los astronautas', Laura Ferrero sabe encadenar las soledades de los personajes para construir su historia

La portada del libro 'Los astronautas' de Laura Ferrero.

La portada del libro 'Los astronautas' de Laura Ferrero. / EPE

Manuel Peris

Todas las familias felices se parecen, las otras, siempre que un escritor se lo proponga, son carne de novela. La familia de Laura Ferrero (Barcelona,1984) no es una excepción. Uno de los cuentos que publicó en el libro La gente no existe (Alfaguara) llevaba por título Mi padre en Atocha. Era un relato escrito desde el deseo de separarse del padre para poder volver a encontrarlo. Un cuento que no dejaba de ser una hermosa carta de amor. Ahora, dos años después de ese relato edípico, la escritora publica en el mismo sello editorial la novela Los astronautas. Y de nuevo, la búsqueda del padre ausente y el rescate mental de una familia que apenas existió atraviesan toda la narración. A partir de una anécdota real, Ferrero recurre a la autoficción para contar una historia en paralelo a algunas de las aventuras espaciales del pasado siglo, que actúan como proyección de las relaciones familiares. Ese juego de espejos no es lo más sustancial de la novela, pero sí lo más brillante de un texto que siempre se lee con placer.

Laura Ferrero sabe encadenar las soledades de los personajes para construir su historia. Ha leído a Freud y hace una referencia apenas velada al complejo de Edipo, cuando cuenta que durante años la narradora y protagonista de la novela atesoró dos cosas de su padre: el fragmento de una foto en la que aparece con su madre; y un zapato de la talla 43 que le robó de niña. Cuando se lo probaba a escondidas era "el acto sagrado" que le conectaba con él. Esa búsqueda del padre le llevará a escribir una tesis doctoral sobre El primer hombre, la obra póstuma e inconclusa de Albert Camus y su relato sobre la ausencia del padre, que daría título también a las memorias de Neil Armstrong.

Laura Ferrero no

cuenta una historia, sino que además sabe atraer al lector al mundo de la protagonista a través de su habilidad para sugerir. Las breves crónicas de los viajes espaciales cumplen ese papel para una protagonista que, como el último cosmonauta de la URSS, se siente náufraga de las estrellas. También destaca su capacidad para la evocación en el espléndido pasaje en el que la narradora contempla el tiovivo de un parque donde de niña daba vueltas bajo la mirada de unos de los progenitores. De manera, que el lector se pregunta si el viaje en ese carrusel no es ya de por sí un gran viaje espacial. Para la protagonista, hija de la sombra, la familia es un deseo y la escritura, un modo de entender. Pero también, de "no vivir". Tal vez por eso, la felicidad

se atisba con el final de la novela.

Los astronautas

Laura Ferrero

Alfaguara

304 páginas