Crítica de 'La polarización política en Estados Unidos', de Josep M. Colomer: nuevas reglas para la política

Polarización es la palabra más utilizada para definir la pauta que sigue la actividad política desde hace un tiempo en todo el mundo. Por una confluencia de factores, los partidos y los electores han ido distanciándose cada vez más, hasta el punto de generar polémicas encendidas, provocar fuertes tensiones y adoptar actitudes extremas. En las últimas décadas experimentamos una división política creciente, que ha llevado a exclamar pronósticos sombríos. Aquí y allá, las poblaciones parecen estar partiéndose en dos y abocadas al enfrentamiento. El fenómeno se reproduce por todas partes, en todos los ámbitos. No obstante, resulta desconcertante que la tendencia se presente en forma particularmente aguda en algunas sociedades avanzadas, donde el nivel educativo medio de los ciudadanos es más elevado, la vida colectiva había alcanzado el grado máximo conocido de civismo y la democracia se ha ejercido con mayor provecho.

La sociedad estadounidense es una de ellas, pero no una más cualquiera, sino la primera potencia económica y militar. Aunque, cierto es, su posición está amenazada y ya hay quien ha puesto fecha a su relevo en la cumbre de la hegemonía sobre el planeta. Es un país enorme, complejo, con un cúmulo de desigualdades sociales, culturales, raciales, territoriales, etcétera, y un largo historial de conflictos y violencia, que ha realizado grandes esfuerzos por contener dentro de límites aceptables, sin haberlo conseguido siempre. Inquieta por este motivo que últimamente la polarización política se haya disparado. Las palabras y la expresión facial de Trump cuando mitinea o hace declaraciones y las imágenes de manifestantes frente a frente en la calle o del asalto al Capitolio hablan por sí solas. Indican que la posibilidad de quiebra de la democracia es real.

Josep M. Colomer, politólogo español, profesor en Georgetown, ha ganado un merecido prestigio internacional por la perspicacia y seriedad con que aborda los asuntos más importantes de la política. En este libro, se enfrenta a las causas, los efectos y los remedios de la polarización. Sin negar la influencia de las desigualdades sociales y otros factores en el origen del problema, centra su atención en los fallos de diseño institucional del sistema político. Las páginas en las que expone el malentendido de los redactores de la Constitución con la separación de poderes británica, propiciado por Montesquieu, hacen las delicias del lector curioso. El sistema electoral mayoritario puede haber contribuido a embudar la dinámica política en el bipartidismo. Las guerras han unido a los americanos, pero a falta de acción en el exterior se han dado a la disputa interna. El gobierno dividido de un presidente ejecutivo de elección directa, Colegio Electoral por medio, y con poder de veto, por un lado, y un parlamento bipartido por otro, ha acabado por conducir a la polarización y el bloqueo. Colomer aporta abundantes datos históricos y actuales que lo prueban. Y propone introducir el principio proporcional en las elecciones, una mayor interdependencia entre el gobierno y el parlamento, y una gobernanza territorial presidida por el principio de subsidiaridad. La solución está en compartir el poder en vez de en concentrarlo.

El libro invita a un singular repaso de la historia de Estados Unidos desde su fundación. Y, además, ofrece buenas enseñanzas para los españoles, aquejados como estamos igualmente de una intensa polarización política, inducida en gran parte por los partidos a partir de los años noventa. Las diferencias entre Estados Unidos y España son palmarias y confieren un interés especial al libro. El capítulo que examina la experiencia de las primarias podría darnos buenos frutos a nosotros, que nos manejamos torpemente con este procedimiento de selección del personal político, sometido a interesantes innovaciones en otros países. Cada lectura de Colomer es un grado más de conocimiento en política, esa tarea a veces desagradable que a todos nos concierne.