MISCELÁNEA

He venido a hablar de mi libro: Carla Berrocal

Es gracias a mi abuela, a los momentos que compartimos música intentando frenar su demencia, que descubrí la Copla

La ilustradora Carla Berrocal

La ilustradora Carla Berrocal / EPE

Carla Berrocal

Sostengo entre mis manos un paquete que desenvuelvo con cuidado. Es un libro viejo, lo abro con ansia porque no recuerdo cuál de todos los que he pedido será y quiero resolver el misterio lo antes posible. Los dedos despellejan el papel mientras pienso en lo que me dijo un colega: "Vives en la dictadura de la Piquer". Es cierto, apenas llevo unos meses investigando en la vida de la folclórica y soy esclava de todo lo que debo documentarme para dibujar el cómic.

Compruebo con decepción que se trata de un cancionero. Paso las páginas y solo veo letras de canciones, una detrás de otra, todas ellas analizadas por Anacleto Rodríguez Moyano. Abro al azar y tras unos párrafos leo: "Y ahora, si quieres, muchacho, métele caña al transistor que por muchos decibelios que consigas nunca podrás callar el eco de una copla como ésta".

Pienso en lo bonita y perdida que está ya la palabra transistor y deslizo de nuevo las yemas hasta las primeras páginas. Descubro una dedicatoria: "A Manuel Hernández un recuerdo de Conchita Piquer". Con otro boli alguien, tal vez Manuel, registra la fecha: 22-2-89. Todavía queda un año, diez meses y diez días para que fallezca la Reina.

Tan fino como los gramos del papel es el tiempo que ha separado aquella pulpa a dos folclóricas, la Piquer y servidora. Qué cerca y qué lejos. Para mí, que a veces soy una mística, es una señal. Me prometo sacar adelante el proyecto. Quedan aún tres años para que Doña Concha (Reservoir Books) salga a la luz, pero en mi determinación ya está hecho.

Marzo de 2020, Roma, estamos en plena pandemia. Hace tan solo unos meses que llegué a la Academia de España y apenas conozco la ciudad porque me encerré a dibujar. Mi idea era acabar el cómic en primavera para poder disfrutar de la residencia una vez llegara el buen tiempo, pero tenemos una pandemia mundial, así que mis planes se han ido al garete.

DESCUBRIMIENTO

Ese mismo mes, el día 24, mi padre me comunica que mi abuela ha fallecido, probablemente por covid. Estaba encerrada en la residencia y ha muerto sola, rodeada de extraños. Lo peor es tener que esperar cerca de una semana para que podamos recibir su cuerpo y cremarlo. Cuelgo el móvil pensando que es gracias a ella, a los momentos que compartimos música intentando frenar su demencia, que descubrí la Copla.

Las vistas desde la terraza de la Academia son preciosas. Roma está silenciosa cuando reúno a mis compañeros. Es raro que una ciudad de más de dos milenios tenga tan poco ruido. Coloco unos altavoces enormes mirando al Trastévere y pongo a todo volumen No me quieras tanto porque en mi cabeza representa la historia de amor de mis abuelos.

"Yo tenía veinte años y él me doblaba la edad, en mis sienes había noche y en las suyas madrugá". Eran Julián Berrocal y Nicolasa García-Donas, reunidos en una canción. "No te pongas triste, sécate ese llanto, mírame y aprende, no me quieras tanto" canta Doña Concha mientras lloro a mares abrazada a mi amiga Ana. Quiero pensar que es la despedida más hermosa que puedo darle. Ahora, me digo, solo queda acabar el cómic y darle cuerpo a través de sus cenizas.

'Doña Concha'

Carla Berrocal

Reservoir Books

192 páginas

18,90 euros