ÉXITO DE NETFLIX

'The Witcher' (temporada 3, parte 1): todavía no vuelve la magia

La tercera temporada de la serie sigue más fielmente que nunca la fuente literaria

Henry Cavill (Geralt de Rivia) en la tercera temporada de 'The Witcher'.

Henry Cavill (Geralt de Rivia) en la tercera temporada de 'The Witcher'.

Juan Manuel Freire

'The Witcher' (temporada 3, parte 1) ★★

Creadora: Lauren Schmidt Hissrich

Dirección: Stephen Surjik, Gandja Monteiro, Loni Peristere

Reparto: Henry Cavill, Freya Allan, Anya Chalotra, Joey Batey 

Países: Polonia / Estados Unidos 

Duración: 60 min. (5 episodios)

Año: 2023

Género: Fantasía

Estreno parte 1: 29 de junio de 2023 (Netflix)

En el momento de su estreno, 'The Witcher' fue saludada como otro intento de nueva '

Juego de tronos

', pero esta adaptación de los libros de Andrzej Sapkowski resultó tener sus cualidades propias. De acuerdo, había espadas y desnudos, pero también un maravilloso sentido de la autoironía, sobre todo encarnado en un héroe de vuelta de todo, el brujo Geralt de Rivia (Henry Cavill), mucho menos hablador que en los libros. Se dedicaba a cazar monstruos y en eso consistía en gran parte la serie: verle llegar a un sitio y cargarse a un animal imposible con una u otra estrategia.

En la segunda temporada, la trama más serializada se impuso claramente sobre la narración episódica. La política del Continente ganaba peso a través del relato de una nueva alianza entre Nilfgaard y los elfos, quienes llegaron a aquella masa de tierra antes que los humanos. Algo más de interés tenía el intento de la princesa Ciri (Freya Allan), la hija caída en suerte a Geralt, de convertirse en nueva bruja en Kaer Morhen, o la traición que se veía abocada a cometer la hechicera Yennefer (Anya Chalotra), tercer vértice de esta gran familia encontrada.

Quienes siguieran con interés esta versión de 'The Witcher' están de enhorabuena: la tercera temporada discurre por territorios similares, siguiendo más fielmente que nunca la fuente literaria (esta vez 'Tiempo de odio'), según ha señalado la creadora Lauren Schmidt Hissrich. Había mucho por contar y, sobre todo, por decir, al menos en los cinco primeros capítulos; los tres restantes, que aún no hemos visto, llegarán en julio. 'The Witcher' vuelve a estar cargada de política, de largas explicaciones y discusiones que llevan a alianzas después rotas prontamente. Lo discursivo gana a lo lúdico

En los nuevos capítulos, Geralt y Yennefer siguen tratando de ocultar a Ciri ante las numerosas amenazas que parecen surgir de cada rincón. Están los elfos liderados por Francesca (una cada vez más inquietante Mecia Simson), que confía en la profecía de Ithlinne y augura que Ciri salvará a la raza. O los cuerpos de inteligencia de Redania, que quieren casarla con el rey Vizimir (Ed Birch) y así adjudicarse Cintra. O el emperador Emhyr ver Emreis, temible Llama Blanca, revelado al final de la anterior temporada como Duny (Bart Edwards), o sea, el padre de Ciri. 

Después de varios intentos fallidos, nuestros héroes, en los que ojalá se centrara toda la acción, encuentran un refugio donde Yennefer se podrá dedicar tranquilamente a educar a su ansiada hija en las artes mágicas. Pero el proceso iniciático no acaba de cuajar y las mujeres de la vida de Geralt acaban mudándose a la fortaleza de Aretusa, donde Tissaia de Vries (MyAnna Buring), mentora de Yen, podría desbloquear el potencial de Ciri. Mientras tanto, Geralt debería dar caza al mago Rience (ahora encarnado por Sam Woolf), quien está usando la sangre robada en Kaer Morhen para tratar de rastrear a la princesa.

Por supuesto, nada transcurre de manera plácida. Ciri, incomprendida amante de la armonía entre razas (en ella misma conviven lo élfico y lo humano), descubre que liderar significa lidiar con cabezas huecas sedientas de poder. Todos luchan contra todos, también contra los suyos: véase esa división entre los elfos, algunos de ellos partidarios de la Llama Blanca, otros más anclados en las leyendas. Personajes teóricamente secundarios, subtramas, puñaladas traperas (o más literales) e intereses ocultos se acumulan hasta el cansancio. Solo en el quinto episodio se acuerdan los autores de 'The Witcher' de divertirse y divertirnos como lo hicieron antiguamente: casi de golpe regresa el juego con la cronología, además de con las apariencias. 

Antes de este cambio de sentido, la diversión radica en las (a veces algo breves) apariciones monstruosas, como ese montículo de carne, venas y sangre como salido de la película 'Society' de Brian Yuzna, o la rotunda Aeschna con la que Ciri se ve las caras. Y en menor medida, en la siempre regocijante presencia de Cavill, que no durará mucho: después de los tres próximos capítulos, será sustituido por Liam Hemsworth, cuyo carisma dista de ser el mismo.