ESTUDIOS

TFG pirata por 500 euros: así funciona el mercado negro de trabajos universitarios

La Fiscalía no ve delito en estos servicios, pero sí que tiene duras consecuencias para los alumnos que lo intentan, como perder el título o incluso el cierre de las puertas de la universidad

Un alumno de la Universidad de Valencia.

Un alumno de la Universidad de Valencia. / F. Calabuig

Una búsqueda en Google, diez clicks, una idea de trabajo de fin de Grado (TFG) o de Máster que poner en el formulario, la fecha límite y tu correo electrónico. En 15 o 20 minutos ya te han mandado un presupuesto para que otra persona te escriba el trabajo.

Pongamos un ejemplo que ha comprobado este diario haciéndose pasar por un estudiante universitario. Un TFG de Magisterio de Primaria, de 60 páginas de extensión para finales de abril cuesta 412 euros con un número medio de referencias en el texto. A más referencias citadas, más caro.

Es solo un ejemplo de las decenas de webs que llevan años proliferando y que se ofrecen a que otra persona redacte tu trabajo final de carrera o de Máster por tí. La citada es una de las webs más baratas, a 7 euros la página, otras llegan hasta los 17 euros por plana (unos mil euros un TFG). En realidad hay decenas, algunas que prometen entregar el trabajo en siete días y dicen tener "un equipo de expertos" que en realidad son perfiles con foto generada por Inteligencia Artificial.

Pero las páginas y las referencias citadas no son lo único que marca el precio, varía sobre todo por la titulación. Educación y Ciencias Sociales son los más baratos, con precios de 300 a 700 euros; Ingeniería es el más caro, y el precio ronda enre 1.000 y 1.500 euros. El tipo de trabajo también cambia un poco el precio, las revisiones bibliográficas son 150 euros más baratas que una investigación.

Empresas de 'asesoramiento'

Este diario ha intentado hablar con algunas de estas webs, que evitan hacer declaraciones a periodistas, aunque al hacerse pasar por alumno interesado explican que "somos una empresa de asesoramiento, así que somos legales".

Muchas de estas webs cuentan con la 'garantía' de que pasarán el 'turnitin' -el software antiplagio de algunas universidades, aunque la mayoría ya no usan ese por anticuado- y suelen tener 'tutores' que acompañan al alumno interesado en comprar su trabajo final. Están en contacto durante todo el proceso, ya que un TFG tiene varias entregas a la universidad antes de presentar el trabajo final.

Pero no todas las soluciones pasar por comprar el trabajo, hay otras webs que ofrecen una "ayuda" al estudiante, que sí que está haciendo el trabajo pero quiere que le añadan una bibliografía o referencias (muy importantes en este tipo de trabajos). El precio es mucho más barato, incluso menos de 10 euros.

En un limbo legal

La realidad es que estas empresas sí que son legales. O mejor dicho, no son ilegales. Según el reputado abogado penalista Juan Molpeceres, "la conducta está en el límite de considerarse un delito de falsedad de documento oficial, aunque personalmente entiendo que no cumple los resquisitos de este tipo de delito (que es la alteración de los elementos esenciales del documento) y que una denuncia terminaría en un archivo", explica.

Tampoco se podría hablar de estafa ya que hay engaño, pero no está destinado a un desplazamiento patrimonial.

Las consecuencias

Sin embargo todo esto no significa que utilizar uno de estos servicios no tenga consecuencias. Para las empresas es cierto que no las hay, pero sí para el estudiante, algunas muy graves como retirar el derecho a matrícula durante varios años o quitarle el título académico.

Andrés Boix Palop, profesor de derecho administrativo de la Universidad de Valencia, explica que la universidad ya ha sancionado a varios estudiantes por este motivo. "Si se detecta que se ha usado uno de estos servicios se retira el título automáticamente, y da igual que se sepa años después; el alumno o alumna pierde el título. Otra consecuencia es cerrarle las puertas de la facultad varios años quitándole el derecho a matrícula, explica.

La mayoría de estas trampas se acaban pillando pronto de una manera bien sencilla: las revisiones del trabajo. Un TFG o un TFM tiene un tutor, con un calendario de reuniones y fechas de entrega de las distintas partes hasta llegar a tener el trabajo final redactado. "Cuando el tutor se pone a hacer preguntas al alumno sobre el proceso que ha seguido para escribir en una de las reuniones se nota a la legua quién lo ha hecho y quién no. Todos se detectan así. Es cierto que hay webs que incluso te preparan las posibles preguntas que te pueden hacer en la reunión, pero ni aún así. Para que un estudiante lo consiga debe tener un tutor que no esté haciendo bien su trabajo, si no que se olviden", cuenta.

El software antiplagio, que hace ya tiempo que no es el turnitin aunque las webs de venta digan que es ese, en realidad no se utiliza para cazar estos engaños. "Es la primera vez en su vida que estos chicos hacen un trabajo de estas dimensiones, y a veces se basan demasiado en las fuentes, con lo que el antiplagio salta. Cuando pasa nos sirve para dirigirles y tutorizarles mejor en el trabajo, explicarles cómo se tiene que hacer y en qué están fallando. No pasa nada porque salte el antiplagio en una revisión, eso nos sirve para enseñar al alumno", cuenta Palop.