CONDUCTAS DE RIESGO

Más de la mitad de las mujeres de entre 15 y 29 años creen que pueden sufrir violencia sexual

Un estudio de la Fundación Mutua Madrileña y Fad Juventud ahonda en los comportamientos de riesgo de los jóvenes: relaciones sexuales sin protección y participar en peleas son los que con más frecuencia realizan

jóvenes turistas de fiesta nocturna en Magaluf.

jóvenes turistas de fiesta nocturna en Magaluf. / DM

Nieves Salinas

Nieves Salinas

Más de la mitad de las mujeres de entre 15 y 29 años (51,5%) creen que pueden llegar a sufrir violencia sexual, 28 puntos porcentuales por encima del porcentaje de los hombres (23,7%). Es una de las conclusiones del 'IV Barómetro Juvenil 2023. Salud y Bienestar', que han publicado la Fundación Mutua Madrileña y Fad Juventud con las opiniones de más de 1.500 jóvenes españoles en esa franja de edad. Un estudio que ahonda en los comportamientos de riesgo de los jóvenes y en su percepción de inseguridad cuando los asumen.

La publicación concluye que tener relaciones sexuales de riesgo y participar en peleas son las conductas que con más frecuencia realizan. Un 51,1% ha tenido al menos una vez en el último medio año relaciones sexuales sin protección o con riesgo -un 19% manifiesta hacerlo de manera frecuente- y un 40,9% se ha metido en alguna pelea.

Las conductas de riesgo al volante también son habituales, apunta el informe: un 21,2% de los jóvenes ha conducido tras fumar porros al menos una vez en el último medio año, mientras que un 9,1% lo ha hecho de manera recurrente. Tras consumir alcohol han conducido, al menos una vez en los últimos seis meses, un 26,6% de los jóvenes, si bien son menos (7,5%) los que lo hacen habitualmente.

El efecto de la pandemia

La pandemia ha marcado un antes y un después en la manera en la que los jóvenes se enfrentan a determinados comportamientos de riesgo (de consumo de drogas, de conducción temeraria, relacionados con el acoso y la violencia física o ligados a la sexualidad). Tras la crisis sanitaria, se arriesgan menos, pero admiten que "les compensa más realizar determinadas prácticas a pesar de la inseguridad que perciben en ellas". 

El informe observa un "relativo decrecimiento" entre 2021 y 2023 en la realización de comportamientos de riesgo con alta frecuencia

En general, el informe observa un "relativo decrecimiento" entre 2021 y 2023 en la realización de comportamientos de riesgo con alta frecuencia. Este último año, precisan los autores del documento, es un punto de inflexión teniendo en cuenta que no habían dejado de incrementarse desde 2017. Como ejemplo, la participación en peleas "con frecuencia" pasó de un escaso 1,6% en 2017 hasta el 4,7% en 2019 y "se incrementó espectacularmente" en 2021, llegando al 11,1%, para reducirse ligeramente en 2023 hasta el 9,2%. En el caso de la conducción bajo los efectos de las drogas se ha seguido "un recorrido similar en los últimos años".

Relaciones sin protección

Aunque las relaciones sexuales sin protección tienen "una evolución más errática" -porque descendieron en frecuencia en 2019 y volvieron a aumentar durante la pandemia, matizan los autores- siempre han sido las prácticas de riesgo más frecuentes.

Un 42,9% de los encuestados declaran que nunca tiene relaciones sexuales en situación de riesgo

De hecho, se asegura, en la actualidad, algo más de cuatro de cada diez declaran que nunca tiene relaciones sexuales en situación de riesgo (42,9%) mientras que más de tres de cada diez indican que tienen relaciones sexuales de riesgo de vez en cuando (pocas veces o alguna vez) -32,1%- y casi dos de cada diez reconocen que lo hacen con frecuencia -a menudo o con mucha frecuencia- lo que se traduce en un 19%.

La gran borrachera

El género y la edad tienen "un impacto claro" sobre el comportamiento frente a los riesgos. Los hombres destacan por encima de las mujeres en todas las cuestiones estudiadas, llegando a duplicar los porcentajes, se reseña. Y jóvenes entre 15 y 19 años tienden a asumir "más situaciones arriesgadas que el grupo más mayor". Los datos muestran un descenso en la proporción de jóvenes a quienes les parece "totalmente asumible" el emborracharse sin perder el conocimiento (del 26,3% de 2021 al 17,6% actual).

Jóvenes en un botellón en el centro de Barcelona.

Jóvenes en un botellón en el centro de Barcelona. / EPE

Algo menos descienden quienes aceptan, sin dudar, la práctica de deportes de riesgo (24,1% al 23,4%), fumar porros (del 16,5% al 15,8%) o colgar fotos íntimas en redes sociales (del 10% al 7,8%). Y se mantienen relativamente estables otras cuestiones como conducir vehículos cuando se han consumido drogas o alcohol (7,7% al 8%), no usar protección en las relaciones sexuales (12,5% al 12,4%), consumo de cocaína o pastillas (6,8% al 7,9%), meterse en peleas (8,3% al 9,3%) o conducir a mucha velocidad (12,1% al 14,7%).

Es frente a los datos de 2019 cuando los autores del trabajo observan la tendencia "a poner más por delante los beneficios a los riesgos de todas estas prácticas", lo que, concluyen, podría ser consecuencia de las restricciones impuestas por la pandemia y la idea de disfrute máximo como modelo de vida. Salvo el publicar fotos íntimas en redes sociales, que es el comportamiento en el que "menos compensa arriesgarse" y va en descenso, finaliza el documento.