SALUD

Psicofobia: el rechazo a las enfermedades mentales

El estigma provoca sufrimiento a las personas con un diagnóstico psiquiátrico

Una campaña pone el foco en este problema y lo equipara al racismo o la homofobia

Un joven, con síntomas de tristeza.

Un joven, con síntomas de tristeza. / Freepik

El fuerte imparto que la pandemia del COVID-19 tuvo en la salud mental de la población permitió derribar algunos muros en torno a los tabúes que se ciernen sobre los trastornos mentales. La gente comenzó a reconocer, sin miedo ni vergüenza, su malestar emocional y que había tenido que recurrir a un profesional de la salud mental para superarlo. Esto supuso un paso importante en el camino hacia la desestigmatización de las enfermedades mentales, aunque el estigma continúa intacto cuando se trata de trastornos graves. Las personas que presentan un diagnóstico psiquiátrico cargan, además de con la propia enfermedad, con una mochila llena de prejuicios que les provoca un profundo sufrimiento.

En 2011, la Asociación Brasileña de Psiquiatría acuñó el término psicofobia ante la necesidad de crear una palabra que describiera el prejuicio sufrido por las personas que sufren problemas de salud mental. La campaña tuvo tal éxito que el Senado Federal aprobó una ley que tipifica la psicofobia como delito (actitudes prejuiciosas y discriminatorias contra las personas con discapacidad y con trastornos mentales), al igual que la homofobia, el racismo y la xenofobia.

Determinadas frases y conductas perpetúan los prejuicios

En España, el enfermero de la Unidad de Psiquiatría del Hospital Universitario del Sureste (Madrid) Adolfo Ibáñez ha importado este término y ha puesto en marcha la campaña “Stop psicofobia” con el fin de integrar este término en la sociedad e identificar en el día a día comentarios o conductas psicófobas, entendiendo como tales actitudes degradantes, discriminatorias, ofensivas o desfavorables hacia personas que padecen un problema de salud mental, que contribuyen a perpetuar los prejuicios. Personalidades como Antonio Resines, Rozalén y Ángel Martín apoyan esta iniciativa.

Cabe destacar que el 12,5% de los problemas de salud está representado por los trastornos mentales, una cifra mayor a la del cáncer y los problemas cardiovasculares. Según la Confederación de Salud Mental de España, una de cada cuatro personas tendrá un trastorno mental a lo largo de su vida y una de cada cien desarrollará alguna forma de esquizofrenia.

“Detrás del rechazo, encontramos desinformación, prejuicios y miedos”

Diana Rodríguez - Psicóloga y formadora

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Los psicólogos no tienen duda a la hora de señalar los factores que impulsan este estigma. “Detrás del rechazo, encontramos ignorancia, desinformación, prejuicios y miedos”, afirma la psicóloga y formadora Diana Rodríguez, quien advierte que los prejuicios existen tanto en la población general, como en sectores específicos como el sanitario, el educativo y el judicial.

“Está la idea equivocada de asociar problemas de salud mental con violencia”

Rosa Cerqueiro - Psicóloga clínica

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En este sentido, Rosa Cerqueiro, psicóloga clínica, habla de asociaciones de una imagen errónea de las enfermedades mentales. “En la base de este estigma están los mitos que rodean a los padecimientos mentales, sobre todo la idea equivocada que hace asociar problemas de salud mental con violencia. Nada más lejos de la realidad. La realidad es que con mayor frecuencia, las personas con diagnóstico psiquiátrico son víctimas de abusos, violencia y discriminación, y no al revés”, opina.

“Hay que tener cuidado de no psicopatologizarlo todo”

José Berdullas - Psicólogo clínico

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Las consecuencias de este rechazo son una enorme autominusvaloración y la exclusión social, que limita drásticamente la vida de la persona y provoca un sufrimiento añadido. “Los problemas de salud mental se asocian a debilidad y a dificultades para manejar la propia vida. Si la persona que los sufre tiene ese concepto transmitido por la sociedad, se va a ver autodevaluada y esto va a afectar también a su propio trastorno”, explica el psicólogo clínico José Berdullas.

Recuerda, además, que las personas con un diagnóstico psiquiátrico tienen grandes dificultades para acceder a una vivienda o encontrar un puesto de trabajo. Por ello, en muchas ocasiones la solución es ocultar su condición, lo que no contribuye a derribar los prejuicios sobre estas patologías

“Las campañas de desestigmatización hablan de medicación; esto no quita el miedo”

Xacobe Abel Fernández - Psicólogo clínico

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Según Xacobe Abel Fernández, psicólogo clínico y presidente de la sección de Psicología y Salud del Colegio Oficial de Psicoloxía de Galicia (COPG), el estigma también repercute en la atención sanitaria que reciben. “Hay una serie de perjuicios que hacen que no reciban una mejor atención sanitaria. Aunque se están haciendo esfuerzos para que esto no sea así, aún hay muchas personas con problemas de salud mental que cuando acuden a urgencias por una dolencia son derivadas la Salud Mental al asociar los problemas que refieren con su historial médico”, explica.

La información y la divulgación son las mejores armas para combatir el estigma. Por ello, los especialistas reconocen la necesidad de que se conozcan mejor los problemas de salud mental: qué son, por qué ocurren y cómo se tratan, para que el sufrimiento emocional no sea un tabú que tenga que seguir ocultándose por miedo al rechazo social.

“La pandemia exacerbó las dificultades de la vida, lo que aumentó problemas como la ansiedad y la gente comenzó a acudir al psicólogo sin estigma. Esto fue positivo, pero tampoco podemos caer en el otro lado. Hay que tener cuidado de no psicopatologizarlo todo: no todo el mundo necesita un psicólogo ni cualquier dificultad de la vida cotidiana implica que necesitemos un tratamiento, pero tampoco pasa nada si en algún momento nos vemos sobrepasados y tenemos que acudir”, afirma Berdullas.

Por su parte, el presidente de la sección de Psicología y Salud del COPG, afirma que las campañas de desestigmatización no siempre están enfocadas a que se comprenda la enfermedad mental, lo que no varía la percepción que la sociedad tiene de determinadas patologías, como la esquizofrenia o el trastorno de personalidad. “Muchas veces, las campañas antiestigma se limitan a decir que no pasa nada por ir al psiquiatra y que hay que tomar la medicación, lo que no quita el miedo a las personas con problemas de salud mental. La información divulgativa pivota entre la condescendencia –hay que comprenderlos y todo está permitido– y el temor –de esto se tienen que ocupar profesionales y no pasa nada porque te ingresen en uno psiquiátrico–. La sociedad no está concienciada de que hay gente que puede escuchar voces o pensar que puedes querer hacerles daño”, expone este psicólogo.