SANIDAD PÚBLICA

Salud mental en Madrid: 4 meses de espera para ver a un psicólogo clínico

En atención a la infancia la situación no es mejor: esperas de casi cinco meses e intervalo entre sesiones de siete semanas, señalan desde la Sociedad Madrileña de Psicología Clínica.

Entre una sesión de tratamiento y las sucesivas hay una media de más de mes y medio de espera, denuncian los especialistas.

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Nieves Salinas

Nieves Salinas

Los madrileños tienen que esperar una media de 4 meses para ver a un especialista en psicología clínica, desde que son derivados por su médico de Atención Primaria. En algunos centros de salud mental, esta lista de espera puede demorarse hasta 10 meses, según se recoge en un artículo científico publicado recientemente en la revista 'Apuntes de Psicología'. Los profesionales denuncian una importante sobrecarga, que se ha agravado tras la pandemia y el aumento de la demanda.

Con los datos del artículo, cada profesional de un centro de salud mental tiene a su cargo, de media, más de 320 pacientes. Hasta ahora, indican los especialistas, no se disponía de datos ajustados sobre los tiempos de espera y la calidad de esta prestación. En el trabajo se analizan indicadores y estándares asistenciales ambulatorios tras una encuesta a 107 facultativos de psicología clínica en Centros de Salud Mental del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS), a través de una encuesta online completada en 2021.

La carga media total es 328 pacientes en adultos y 280 en infanto-juvenil por profesional.

El tiempo medio para la primera consulta normal en adultos fue de cuatro meses y cinco en infanto-juvenil. El tiempo medio entre sesiones en ambos fue de siete semanas. El número medio de pacientes nuevos semanales fue de ocho en adultos y seis en infanto-juvenil y de pacientes diarios fue de nueve y ocho respectivamente. La carga media total es 328 pacientes en adultos y 280 en infanto-juvenil.

Sin embargo, los encuestados creen que la carga de pacientes activos debería ser 74, sin superar los 150 y un máximo de 6 al día. La carga asistencial supera las recomendaciones de otros expertos, se indica en el artículo. Se concluye que es imprescindible aumentar la ratio de psicólogos clínicos para alcanzar los estándares recomendados.

Los niños, los más vulnerables

Una situación "preocupante", especialmente si se tiene en cuenta que el intervalo entre sesiones es de unas siete semanas. Es decir, los pacientes que sean tratados hoy en primera consulta no tendrán la segunda hasta más de mes y medio después, apuntan desde la Sociedad Madrileña de Psicología Clínica (SMPC). Según su presidenta, Begoña Marcos, "para implementar tratamientos psicológicos se necesita continuidad y frecuencia. Si no es así, estamos aplicando una buena solución con una dosis incorrecta".

La dificultad de acceso al tratamiento psicológico está detrás de la creciente "medicalización del malestar y el consumo desproporcionado" de psicofármacos en España, añaden desde la SMPC. Si se habla de la atención a la infancia la situación no es mejor: esperas de casi cinco meses e intervalo entre sesiones de siete semanas. Begoña Marcos señala que niños y adolescentes son "una población especialmente vulnerable en la que el tratamiento precoz es fundamental: las intervenciones no se deben demorar". La ansiedad, la depresión, los trastornos de la conducta alimentaria, las autolesiones y las ideas suicidas se han visto incrementados en niños y adolescentes en los dos últimos años, en lo que algunos ya califican de "epidemia".

Condiciones de "mucha sobrecarga"

Para trabajar como psicólogo clínico es necesario completar el grado de psicología y poseer el título de especialista , lo que implica, en la actualidad, superar un examen (examen PIR) y un periodo de formación como residente de cuatro años. "Los profesionales de la sanidad publica tienen una formación sólida y polivalente, y están preparados para el tratamiento de trastornos mentales comunes y graves, sin embargo, ejercen su profesión en condiciones de mucha sobrecarga. Podríamos decir que tenemos los mejores profesionales en las peores condiciones" señala Juan Antequera, vicepresidente de la Sociedad Madrileña de Psicología Clínica y psicólogo clínico en el Servicio Madrileño de Salud.

Las soluciones: doblar el número de plazas de formación sanitaria especializada (plazas PIR) y aumentar la inversión en salud mental.

En cuanto a soluciones, los profesionales lo tienen claro: doblar el número de plazas de formación sanitaria especializada (plazas PIR), aumentar la inversión en salud mental y ampliar los ámbitos de acción reforzando la psicología clínica en atención primaria. "Además, no podemos olvidarnos de la influencia de las condiciones socioeconómicas" apostilla Begoña Marcos quien, subraya, las políticas a largo plazo de salud mental, tienen que ir encaminadas a mejorar la vida de las personas y reducir la desigualdad.