SANIDAD PÚBLICA

España, uno de los países con mayor consumo de psicofármacos del mundo

El Consejo General de la Psicología y la OCU reclaman más recursos destinados a la salud mental para bajar las listas de espera.

Piden que se triplique el número de psicólogos clínicos y que se rebaje la prescripción de psicofármacos a los casos que sean necesarios.

COP y OCU tema salud mental

COP y OCU tema salud mental / Ferran Nadeu

Nieves Salinas

Nieves Salinas

Las consultas para recibir atención en los servicios de salud mental han aumentado entre un 20 y un 30% y las listas de espera para acudir a un especialista en la sanidad pública superan, en algunas comunidades autónomas los seis meses. "¿Qué está pasando en

España

para que la salud mental siga siendo la gran olvidada del sistema sanitario? ¿Por qué no se les presta la misma atención a los problemas de tipo emocional y psicológico?". Son preguntas que hoy han lanzado el Consejo General de la Psicología y la Organización de Consumidores y Usuarios (

OCU

) tras firmar un manifiesto para reclamar a las administraciones que destinen más recursos a la salud mental y pedir que se rebaje la prescripción de psicofármacos. España, alertan, ostenta el récord mundial de mayor consumo de estos medicamentos.

Desde ambas entidades denuncian que el sistema sanitario "apenas facilita tratamientos psicológicos", y los que presta, "son en condiciones inadecuadas, por las listas de espera de meses y escasa frecuencia de las sesiones". En España la atención psicológica, en una gran mayoría, sólo la recibe quien puede pagarse la consulta privada, advierten. "En la sanidad pública esa atención escasea supliéndose con la prescripción de fármacos, en ocasiones, de manera excesiva y perjudicial. De hecho, ostentamos el récord de ser uno de los países con mayor consumo de psicofármacos del mundo", indican en el manifiesto.

Las entidades piden que se pase de los 6 psicólogos por 100.000 habitantes que hay en España a los 18 que hay en Europa.

En ese sentido, ambas organizaciones reclaman que se triplique el número de psicólogos clínicos en el Sistema Nacional de Salud, para alcanzar, al menos, la media de otros países de nuestro entorno: de los 6 por 100.000 habitantes que hay en España a los 18 por 100.000 habitantes de Europa. Además, que se incremente el número de plazas PIR (Psicólogo Interno Residente) y, también, que se reduzcan las listas de espera para acceder a un especialista. Asimismo, que se incorpore la figura del psicólogo clínico a los centros de salud y que se ponga en marcha un Plan Nacional de Prevención del Suicidio "con los recursos necesarios".

Abuso de psicofármacos

Además, tanto el COP como la OCU llaman la atención sobre otro aspecto. Quieren que se rebaje la prescripción de psicofármacos a los casos que sean necesarios y se utilicen siempre como "tratamiento secundario" respecto al psicológico. Nuestro país, señalan, ostenta el récord de ser uno de los países con mayor consumo de este tipo de fármacos del mundo. Citan un informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes de la ONU que sitúa a España como el primero del mundo en el índice de consumo por cada 1.000 habitantes de benzodiacepinas, medicamentos psicotrópicos utilizados fundamentalmente para tratamientos de casos de ansiedad, insomnio o trastornos emocionales.

Las principales guías de práctica clínica, basadas en el mejor conocimiento científico disponible, como las del Instituto Nacional para la Excelencia Clínica (NICE), reseñan las dos organizaciones, recomiendan las intervenciones psicológicas más allá de la mera prescripción de fármacos, para el abordaje de una amplia gama de problemas de salud mental entre los que citan el trastorno depresivo leve y moderado, el trastorno de pánico, de ansiedad generalizada, fobias específicas o trastornos de alimentación.

Sólo en casos necesarios

El uso de psicofármacos "debe restringirse a los casos estrictamente necesarios para evitar una medicalización de los problemas y alteraciones psicológicas reactivas a circunstancias traumatizantes", continúan el COP y la OCU. "No es recomendable su uso indiscriminado y continuado durante largos periodos porque producen graves efectos secundarios, entre los que se pueden encontrar crear adicción, aumentar la depresión y las alteraciones del sueño", indican.

Entre las medidas que reclaman, contar con psicólogos especializados en el ámbito educativo.

Ambas organizaciones finalizan subrayando que hacer realidad estas medidas "requiere una inversión asumible "teniendo en cuenta, además, los beneficiosos efectos económicos que produciría esta mejora del cuidado de la salud mental". Aluden a la disminución de otros gastos sanitarios (abuso de psicofármacos, hiperfrecuentación de consultas médicas, realización de pruebas diagnósticas no necesarias ante somatizaciones…), disminución de las bajas laborales, con sus costes asociados, y aumento de la productividad laboral, mejorando la economía.

Un ámbito de especial importancia para actuar, concluyen, es el educativo por lo que también reclaman medidas, entre las que están desarrollar dichos programas con psicólogos especializados en este ámbito. Con datos del COP facilitados a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, a través del estudio PsiCE -la mayor investigación hasta la fecha en el contexto educativo a nivel nacional e internacional-, que ha comenzado a evaluar a más de 14.000 alumnos de ESO, Bachillerato y Formación Profesional, para hacer un retrato de su bienestar emocional un 15,6% de los escolares ha pensado en quitarse la vida y, un 9,3%, ha intentado suicidarse.