RÍOS

El Tajo, navegable a caballo a su paso por Toledo: "Nunca estuvo así, se puede cruzar caminando"

La rotura de una presa, sumada a la diáspora de madrileños en el puente, que redujo el caudal del Jarama, provoca que se vean las piedras del lecho del río

Los ecologistas aprovechan lo ocurrido, que ha aflorado la antigua presa romana, para pedir que se retiren los azudes: "Los obstáculos no son buenos para el río"

El río Tajo, a su paso por Toledo, presenta una imagen inusual en uno de sus tramos, con la presa antigua casi completamente visible.

El río Tajo, a su paso por Toledo, presenta una imagen inusual en uno de sus tramos, con la presa antigua casi completamente visible. / EPE

Roberto Bécares

Roberto Bécares

Dicen que el emperador del Sacro Imperio Germánico Rodolfo II afirmó en el siglo XVI con mucha ironía al visitar Madrid que el Manzanares era el “mejor río del mundo” porque era el único “navegable a caballo” dado su perenne escaso caudal. Ahora bien se podría decir del río Tajo a su paso por Toledo, donde estos días está dejando una imagen que preocupa a los vecinos, pero que tiene una explicación. 

“Mire, yo llevo viviendo aquí toda la vida, y nunca se ha visto así, se ve el antiguo puente romano y todo. Se puede cruzar andando de un lado a otro”, lamenta un jubilado, que no quiere dar su nombre porque no quiere líos, dice, pero que sí atestigua tener 86 años, mientras poda su jardín en la zona cercana a la Plaza del Calvario, al extremo más oriental de la ciudad. 

La imagen que se ve desde la Rotonda de la cornisa sorprende porque, además de la presa construida en piedra en época romana, se ven perfectamente las piedras del lecho del río en uno de los tramos y los restos de los molinos del Daican casi enteros, algo no habitual. “Es que te lo digo, que nunca ha estado así y, claro, al venir menos caudal, más contaminación tendrá”, sostiene el hombre, preocupado por que el río siga así durante más tiempo y les dé un verano de “muchos mosquitos”. 

Vista del tramo del Tajo donde el caudal ha bajado mucho en los últimos días, frente a la Torre de Alfarach y El Cubillo.

Vista del tramo del Tajo donde el caudal ha bajado mucho en los últimos días, frente a la Torre de Alfarach y El Cubillo. / EPE

“Ese es el problema”, comenta otro vecino de la zona, que teme que con la bajada de nivel vengan las “plagas de mosquitos”, y señala que la reducción del volumen de agua viene dada por la rotura de uno de los azudes que tiene el Tajo a su paso por la localidad, en concreto el que está a la altura del puente de San Martín -la presa de Santa Ana-, donde se tiene una de las mejores panorámicas de la histórica ciudad.  

Barreras

El río tiene varios azudes -hasta nueve- en su recorrido por Toledo. Se trata de barreras habituales en los ríos, construidas normalmente con hormigón, para controlar el flujo del caudal, como si fueran pequeñas presas. En este caso, lo que hacen es controlar el volumen de agua que corre, dejando que apenas sea una lámina lo que pase, de una “laguna” del río a otra. Como si fuera un sistema de piscinas. La DANA del pasado otoño dañó, sin embargo, una de las presas, que desde entonces suelta muchísima más agua de la que debiera, afectando a las ‘balsas’ anteriores.

Lo que ha ocurrido además en los últimos días, según apunta Roberto Oliveros, portavoz de Ecologistas en Acción, es que las festividades del 1 y 2 de mayo, que han permitido a los madrileños un puente más largo, han vaciado Madrid, lo que también ha reducido el volumen del agua. “El Tajo viene de zona de cabecera, donde puede tener un caudal aproximado de 40 m³ por segundo, pero cuando se une al Jarama, que lleva aguas residuales de Madrid [de su afluente Manzanares], este le aporta mucha más cantidad de agua. Cuando la gente se va de Madrid, baja mucho el caudal del Jarama porque baja el del Manzanares. Son situaciones complementarias”, señala Roberto Oliveros, portavoz de los ecologistas, que añade que los azudes “falsean el caudal real, ya que represan, pero el caudal es el que es”.  

Mala calidad

Según explica el presidente de la Plataforma en Defensa del Tajo, la fotografía que se puede ver del río estos días es puntual, y “no hay un problema de caudal, aunque sí lo hay de la calidad”. “Aunque se vean las piedras del fondo es algo circunstancial. No hay razón para alarmarse. La cantidad de agua que está pasando es cinco veces más de lo que el plan de la Cuenca establecía”, asegura en conversación con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA Alejandro Cano, quien afirma que en este caso no se puede achacar la bajada de cauce al trasvase Tajo-Segura que tanta oposición genera en la comunidad de Castilla La Mancha. 

La bajada del caudal del Tajo ha sacado a la luz los restos de la antigua presa romana (a la izquierda).

La bajada del caudal del Tajo ha sacado a la luz los restos de la antigua presa romana (a la izquierda). / EPE

De hecho, muchos vecinos consultados achacan este extraño fenómeno a la derivación de agua al sureste español. Para Cano, sin embargo, es algo puntual. “El caudal sigue siendo el mismo, lo que pasa es que estamos acostumbrados a tener varias bañeras por los azudes que hay. Entre el primero y el último puede haber 120.000 m³ de agua, pero eso no significa que pase esa cantidad de agua cada hora, cada minuto, lo que pasa es en verdad un hilillo de agua”, sostiene.

Sobre la plaga de mosquitos señala que es propio de un sistema de río lagunar como este, ya que hay “numerosa vegetación palustre donde los insectos depositan sus huevos”. Por último, Cano pide a la Confederación que lo ocurrido sirva para abrir “un proceso participativo” para debatir sobre la salud del río, ya que este sistema de presas, como si fueran “varias piscinas”, implica que “en verano crezcan mucho las algas, que consumen el oxígeno y por eso tenemos peces muertos”. 

“Cualquier obstáculo que se ponga al flujo natural no es bueno para el río porque favorece que se enturbie, se caliente, y se ponga verde. Quitar los azudes permitiría entre otras cosas que los peces pasaran de un lado a otro sin problema y que la fauna se desarrolle con normalidad”, sostiene Cano, que enfatiza la mala calidad del agua, ya que supera con creces los límites establecidos de nitratos y sulfatos.

Baño prohibido

Desde hace muchos años, no está permitido el baño en el río, ya que es muy mala la calidad del agua del Tajo, tras su paso por Aranjuez, ya que ahí confluye con el Jarama, que a su vez tiene de afluente al Manzanares, al que llegan numerosos vertidos de diferentes puntos de Madrid.

En Ecologistas en Acción piensan también que debería abrirse una mesa de diálogo con todos los implicados, donde estuviera el Ayuntamiento de Toledo y la Confederación Hidrográfica del Tajo, del que depende la gestión del río, para mejorar su situación. “Lo propio es que los ríos lleven su dinámica habitual, y se debe tender a la naturalidad de los ríos”, aprecia también el portavoz de Ecologistas en Acción en Toledo, que incide en que esta situación pone en evidencia la realidad del río, que “está 'apiscinado'”. 

Oliveros entiende que el tramo que pasa por Toledo es particular, ya que hay elementos de “valor patrimonial”, pero habría que buscar consenso para encontrar soluciones que contenten a todas las opiniones presentes. Según explica, que el río no esté naturalizado afecta a su propia dinámica, y a la biodiversidad, ya que, por ejemplo, los azudes impiden que los peces remonten el río y desoben. “Se podrían buscar formas para hacer escalar los peces, que pudieran subir, por ejemplo”.

La CHT niega la anomalía

Fuentes de la Confederación Hidrográfica del Tajo consultadas por este periódico señalan por su parte que "no ha habido ninguna anomalía" en el caudal del río Tajo a su paso por Toledo y aportando una gráfica del caudal medido a través de la estación SAIH situada en la casa del Diamantista, correspondiente a la semana entre el 01/07/2024 y el 07/07/2024.

"En ella se observa que no existe ninguna anomalía, y los valores registrados (entre 45 m³/s y 60 m³/s, aproximadamente) son significativamente superiores al caudal ecológico, establecido, por el Plan hidrológico de cuenca, en 13,1 m³/s, para dicho tramo de río entre los meses de abril y junio", precisan fuentes de la Confederación.

"Tal vez la impresión de un 'caudal bajo' deriva de su comparación con el caudal que ha circulado por el río en las semanas previas, significativamente mayor como consecuencia de las precipitaciones en la zona", concluyen desde el organismo.