Cárceles

Guerra en las prisiones catalanas y dos posturas irreconciliables: "Nos han dejado con el culo al aire"

Los funcionarios exigen la dimisión de la consellera Ubasart y de Amand Calderó, secretari de Mesures Penals

El asesinato de una cocinera en la prisión de Tarragona ha colmado el vaso de los trabajadores

Protestas de los funcionarios de prisiones tras el asesinato de una compañera

Protestas de los funcionarios de prisiones tras el asesinato de una compañera / Agencias

David López Frías

David López Frías

Todo se desencadenó el pasado 13 de marzo sobre las cuatro de la tarde. El preso Iulian O., que cumplía 11 años en la cárcel de Tarragona por haber apuñalado a una prostituta, hacía lo propio con Nuria López, la cocinera del centro. Tras matar a la mujer, de 44 años, se suicidaba. Y los funcionarios de prisiones estallaron. Sus protestas han bloqueado las cárceles. 4.000 presos confinados en sus celdas, neumáticos quemados, manifestaciones, familiares sin poder entrar a los centros...

Ha pasado una semana. Los ánimos, lejos de calmarse, siguen enardecidos. Especialmente por parte de los trabajadores, que siguen con movilizaciones y protestas diarias. Apuntan que este asesinato ha sido "la línea roja que nunca se debería haber cruzado", porque se trata del primer caso de funcionario asesinado por un preso en Cataluña. Pero también hablan de "la punta del iceberg", señalando los innumerables problemas del sistema penitenciario.

"Ha pasado una semana y todavía nadie ha asumido responsabilidades de la muerte de nuestra compañera", ecplica a este diario Xavi Martínez, portavoz del sindicato mayoritario UGT. "Llevamos 5 días de condolencias y ruedas de prensa llenas de mentiras, donde se les llena la boca de muchas cosas, menos de las responsabilides que deben asumir".

Imágenes de las protestas de los funcionarios de las cárceles catalanas

Imágenes de las protestas de los funcionarios de las cárceles catalanas / Agencias

Señala directamente, como el resto de sindicatos, a la consellera de Justicia, Gemma Ubasart, y a Amand Calderó, Secretari de Mesures Penals (Medidas Penales) de Cataluña. Los funcionarios son un clamor y piden "la dimisión inmediata de estas dos personas, con los que es imposibe acanzar un acuerdo y conseguir soluciones", asegura Alberto Gómez, coordinador de CSIF en Cataluña.

"No vemos soluciones, porque además este gobierno tiene fecha de caducidad. Ahora mismo está en funciones, no van a hacer nada. Hasta ahora no hemos visto ningún tipo de señal de arrepentimiento o a alguien entonando el mea culpa y nos siguen culpando a los sindicatos, cuando saben que están mintiendo. Los sindicatos no tenemos la responsabilidad de que hayan dejado a los funcionarios con el culo al aire", añade Gómez.

El origen

Todas las fuentes consultadas por este diario coinciden en señalar 2016 como el año en el que cambió el sistema "y lo hizo para mal. Desde entonces, el número de agresiones de presos a funcionarios no hace más que subir cada año", puntualiza Xavi Martínez. Fue el año en el que cambio el sistema penitenciario catalán "y pasó a diseñarse una política del buenismo; un modelo mucho más permisivo en el que se dejó de lado la protección del funcionario de prisiones".

Desde la asociación Marea Blava recuerdan que "ese año se complicó todo: la antigua Convergència dejó la consejería en manos de ERC. Y la ideología de Esquerra jugó un papel fundamental en criminalizar y deshumanizar la figura del funcionario. Fue el inicio de esta visión actual que se muestra indulgente con los presos y dura con los trabajadores de las prisiones. Esta hegemonía cutural hace que se nos vea como torturadores. Y que nos culpen cuando hay un suicidio", explica su coordinador, Albert Duchamp, a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA

Una imagen que no ha hecho más que verse deteriorada en los últimos años. "El Procés también tuvo bastante culpa de ello. Y especialmente el libro que publicó Raül Romeva, que está lleno de mentiras. Ponen a los funcionarios como unos monstruos cuando en realidad los 'presos políticos' estuvieron mucho mejor de lo que dicen cuando estuvieron cumpliendo condena. Pero esa imagen nos queda", relata el portavoz de Marea Blava

Consecuencias

Ese cambio de modelo, altamente politizado e ideologizado según coinciden los funcionarios consultados, "ha llevado a que se incrementen las agresiones un 500% desde 2016", recuerda Xavi Martínez, que pone un ejemplo de cómo ha cambiado la vida de un funcionario de prisiones desde que se cambió de modelo: "Antes, si un preso se ponía violento, se realizaba una contención mecánica. Sólo había que avisar al jefe de servicios por teléfono, por ejemplo. Ahora nos exigen que el jefe de servicios esté delante para hacer la contención mecánica. En prisiones grandes, como Brians, el jefe de servicios puede tardar 10 minutos en llegar. ¿Qué le decimos al preso violento mientras tanto? ¿Que por favor se esté tranquilito hasta que venga el jefe y le podamos hacer una contención?".

Quema de neumáticos y pintadas en recuerda de la compañera asesinada

Quema de neumáticos y pintadas en recuerda de la compañera asesinada / Agencias

Los funcionarios se sienten desamparados por sus propios superiores: "Hemos llegado a un punto en el que nos culpan tanto, que lo que único que hemos visto respecto al asesinato de la compañera en Tarragona ha sido un tuit lamentando las dos muertes violentas. ¿Cómo que las dos muertes violentas? Muertes violentas ha habido una, que es la de la cocinera a manos de un preso. Que después se ha suicidado", protesta Alberto Gómez.

"Ahora mismo estamos en una situación en la que el Govern niega las propias estadísticas que ellos mismo publican en materia de agresiones a funcionarios. Sólo se preocupan del número de contenciones mecánicas"; prosiguen desde Marea Blava, protestando por cómo siempre se pone el foco en el funcionario y no en quien provoca los altercados.

CIRE

A Nuria la mató un preso destinado a cocina. Un tipo que estaba en la cárcel por apuñalar a una mujer. Pero en prisión llevaba 4 años con acceso a los cuchillos. Una persona, además que no toleraba bien las órdenes. Y esos lodos también vienen de aquellos polvos. Porque otro de los elementos derivados de aquel cambio en el sistema penitenciario, además del cierre de prisiones viejas (como la Modelo) y la apertura de nuevos centros con una arquitectura distinta, es que ha llevado a que también cambien las dinámicas de funcionamiento.

Los funcionarios de prisiones de Cataluña piden dimisiones inmediatas

Los funcionarios de prisiones de Cataluña piden dimisiones inmediatas / Agencias

Por ejemplo, en los trabajos que los reos deben hacer por el CIRE (Centre d'Iniciatives per a la Reinserció). Una empresa pública que coordina los trabajos que deben hacer los presos en prisión. "Siempre decimos que el primer problema de un preso es el modelo de explotación económica al que está sometido. Antes, la comida venía de fuera, de una empresa externa. Ahora, es el CIRE el que manda a esos presos a hacerla. Todo son movimientos económicos", explican desde marea Blava.

Todo esto se une a los problemas estructurales que las prisiones españolas, no sólo las catalanas, denuncian desde hace tiempo "Calculamos que faltan 1.400 plazas por cubrir", asegura el portavoz de UGT. Faltan trabajadores, y los que hay no pueden defenderse: "No estamos considerados autoridad. Y ni podemos hacer uso de medidas de contención legales, como los aerosoles". Los funcionarios pidieron poder usarlos, pero decenas de entidades de apoyo a presos y proderechos humanos se les echaron encima.

Sin solución

Así, los funcionarios de prisiones en Cataluña se han plantado. De momento siguen las protestas: "no hemos sido los sindicatos. Los traajadores las han empezado y ellos serán quienes decidan cuándo se acaban", zanja Alberto Gómez. Por el momento, todos se han unido en la petición de dimisión de la consellera y del secretario.

Pero desde el Govern están lejos de ese planteamiento. Este periódico se ha puesto en contacto con Justicia, que no han querido hacer declaraciones, más allá de los comunicados y ruedas de prensa, en las que la consellera insiste en "tender la mano a los sindicatos para implementar medidas concretas que acaben con esta situación". Unas medidas que no especifica, y que están lejos de las que piden los funcionarios: ser considerados autoridad, más medidas de contención y menos criminalización. La consellera, por su parte, insiste en que "El bloqueo (refiriéndose a las protestas de los funcionarios) no puede volverse a repetir". La situación, por tanto, está encallada y lejos de solucionarse.