LOTERÍA NAVIDAD

El Gordo ya no es lo que era: a Pepe le "arregló la vida" en 1987 y a Lucía sólo le dio "tranquilidad" en 2022

El monto del primer premio se mantiene en 400.000 euros desde 2011; el precio el décimo es de 20 euros desde 2002

"Con ese dinero, antes te comprabas un muy buen piso, pero ahora no encontrará un piso decente por menos de esa cantidad", dice el Mejor Lotero de 2023

Lotería de Navidad 2023, en directo: última hora del sorteo, horarios y búsqueda de números

Celebración del Gordo de la Lotería de Navidad de 2022, en una administración de Madrid.

Celebración del Gordo de la Lotería de Navidad de 2022, en una administración de Madrid. / EUROPA PRESS

Daniel Millet | Humberto Gonar

Pepe atiende a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA desde el hospital. Hace casi cuatro décadas un cliente de su bar le entregó una sábana de diez décimos de una hoguera de Alicante. Podía haberse quedado toda la serie, pero sólo reservó para sí mismo un décimo. Ahora tiene 81 años, pero aún recuerda cómo le cambió el porvenir el 22 de diciembre de 1987.

Como en cada sorteo de la Lotería de Navidad, se sentó en su sofá para escuchar a través de su televisor los gorgoritos de los niños de San Ildefonso. "Veinte miiiiiiiiil sesenta y cuatro". "Cuando tocó, me dio una alegría enorme", dice aún emocionado. Tenía 45 años y ese dinero le "arregló un poco la vida".

Con el dinero del premio, 25 millones de pesetas, Pepe saldó "unas deudas que tenía". No se vio nunca en graves aprietos, pero "tenía mis necesidades como cualquier persona que trabaja". También emprendió en dos negocios: compró la patente de los marcadores simultáneos de fútbol y montó un chiringuito en Benidorm. 

Una niña de San Ildefonso canta el premio gordo de la Lotería de Navidad de 2021.

Una niña de San Ildefonso canta el premio gordo de la Lotería de Navidad de 2021. / EUROPA PRESS

Con sus marcadores, en una época en la que todos los partidos de la jornada se jugaban a las cinco de la tarde, se expandió por toda la Comunidad Valenciana, por la provincia de Granada, por San Sebastián, León o Valladolid. Hizo una gran inversión en las estructuras de hierro en las que un operario iba cambiando los resultados con números de madera cuando en otro punto de nuestra geografía se colaba un balón por un arco.

"Derroché el dinero porque invertía y lo recogía de vuelta de los anunciantes. Como casi no había transistores, era un sistema que servía para que, cuando los aficionados entrasen al campo de fútbol, se informasen de los resultados de otros partidos", relata. Todo cambió con la diversificación de horarios.

El servicio carecía entonces de utilidad y "toda la inversión hecha en los campos se perdió", lamenta, al tiempo que aclara que vivió "unos cuantos años buenos, pero no llegó para cubrir todos los gastos que tuve". 

Compró también "un pequeño terrenito que me ofrecieron al lado de la playa" para montar un chiringuito con el dinero de la Lotería. Pepe había trabajado como representante de marcas y había sido el encargado de permitir que aterrizasen en Benidorm la cerveza Heineken, la salsa Perrins, el tabasco y productos alemanes y franceses. Tenía muchos conocidos en el sector que, cuando recalaban en la Nueva York del Mediterráneo, comían en el chiringuito que Pepe regentaba y en el que su mujer cocinaba.

Este negocio tampoco perduró: su mujer tuvo que mudarse a Barcelona para atender a uno de sus hijos, al que le habían detectado una enfermedad en el oído. "No nos daba para tener a alguien contratado, así que alquilé el local", señala. Tuvo varios impagos de inquilinos y lo acabó cerrando.

El mismo premio para una vida más cara

Entre el momento en el que ganó Pepe y el final de la Lotería de este viernes, cuando los afortunados empiecen a descorchar el champán, han pasado 36 años. España ha cambiado de divisa en esas casi cuatro décadas y se ha visto obligada a tratar de recomponerse ante varios reveses en forma de crisis. Pepe ganó 25 millones de pesetas; Lucía, que se llevó una parte del Gordo del año pasado, 160.000 euros con dos participaciones de cuatro euros cada una; Mario, con un 3.347 premiado en 2018, 400.000 euros; y Mary, 75.000 euros de un cuarto de un décimo de 2009.

Los premios han cambiado, pero no en paralelo al coste de la vida. El Gordo sigue proporcionando a sus ganadores 400.000 euros desde 2011 y el décimo continúa costando 20 euros, igual que en 2002, el año en el que entró en vigor el euro. "Si el premio es el mismo y el poder adquisitivo no lo es, no se pueden comprar las mismas cosas", sostiene Joaquín Monroy, elegido Mejor Lotero de 2023, que añade que, "con 400.000 euros, antes te comprabas un muy buen piso, pero, si alguien entra en las páginas web de venta de pisos, no encontrará un piso decente por menos de esa cantidad". Él lleva vendiendo lotería en La Chulapa de Moncloa desde 2012, por lo que no ha conocido un premio más alto que ese.

El área de Valoraciones y Tasaciones de CBRE, compañía que desarrolla a nivel internacional funciones de consultoría y servicios inmobiliarios, ha analizado el precio de la vivienda en las principales calles de 21 ciudades españolas y ha identificado en cuáles de ellas sería posible comprar el 100% de un hogar con los 400.000 euros del primer premio. "El precio de la vivienda ha crecido en todas las zonas analizadas, salvo en una, Toledo. Es decir, cada vez el premio gordo cunde menos para la compra de una vivienda", confirman desde esta empresa.

Ni Madrid, ni Barcelona, ni Bilbao, ni Málaga, ni Palma, ni Santander ni Valencia. En ninguna de esas siete ciudades se podría comprar el ganador del Gordo una vivienda completa en los barrios analizados, mientras que en 2018, Santander y Valencia no estaban en esa lista. En el extremo opuesto, Mérida y Toledo presentan los precios de la vivienda más bajos, por debajo de los 200.000 euros. 

El Gordo no siempre liquida la hipoteca

Lucía estaba trabajando durante el sorteo de 2022. No recordaba cuál era el número con el que estaba jugando, así que su madre le mandó una foto de las dos participaciones que le correspondían del Club de Atletismo de Mieres. Tecleó y revisó correos con la radio de fondo y, cuando salió el Gordo, pensó que "era un número muy feo", el 05.490.

Su madre le avisó de que ella y toda su familia habían resultado premiados con un mensaje de audio que desbordaba emoción. Estaban viviendo un momento incierto y el dinero fue "un soplo de aire". "Me vino muy bien, porque justo me había metido en una hipoteca y estaba en un trabajo temporal. Estaba en una situación complicada, a la espera de confirmar que me quedaba en esa empresa y en plena reforma de mi casa", declara, todavía con una risa nerviosa entre cada frase.

Hace cinco o diez años, justo después de la crisis económica, el dinero del Gordo me habría servido para quitarme la hipoteca"

Lucía

— Ganó el Primer Premio de la Lotería en 2022

Le correspondían 160.000 euros brutos. "Me ayudó a acabar las reformas y devolver algo de dinero. No me solucionó la vida ni me quitó la hipoteca, pero desde entonces, aunque sepa que no es mucho ni me pueda pagar el piso entero con ese dinero, sé que voy a estar varios años tranquila", reconoce.

Los ganadores del Gordo -o de parte del Gordo, como ocurre con los décimos divididos en participaciones- ya no se hacen ricos, como ocurría en la época de Pepe, pero pueden 'tapar agujeros'. "Seguramente, hace cinco o diez años, justo después de la crisis económica, me habría servido para quitarme la hipoteca", argumenta Lucía, que entiende que es "la época que me ha tocado vivir y que, al lado de cómo estaba...".

El Gordo no hace ricos, pero alivia

A Mario Fernández Peraza le tocó el premio extraordinario de Navidad en 2018. Los 322.000 euros con los que fue agraciado no le hicieron millonario. De entrada, Hacienda se quedó con 78.000 de los 400.000 euros. Al menos pudo comprarse una casa, un apartamento, una furgoneta Mercedes y un arreglo completo de la dentadura, de él y de su pareja. ·También me pegué mis buenas comilonas, las que antes no me podía permitir. De ahí que ganara mucho peso -engordó después del Gordo-. Pero intenté aprovechar al máximo el premio para darle una casa a mi familia y procurarle la máxima estabilidad", admite.

Mario Fernández, el tinerfeño que ganó el Gordo de Navidad en 2018, posa en su pueblo natal de Pedro Álvarez, en Tegueste.

Mario Fernández, el tinerfeño que ganó el Gordo de Navidad en 2018, posa en su pueblo natal de Pedro Álvarez, en Tegueste. / CARSTEN W. LAURITSEN

En Tegueste sigue residiendo este tinerfeño de 45 años y en la empresa de limpieza de esta localidad también sigue trabajando este padre de tres niñas al que un décimo del 3.347 le dio un gran empujón que no alcanzó a cambiarle por completo la vida. "Ganar el Gordo fue muy importante, eso está claro, pero otros acontecimientos que pasaron antes y después de aquella Navidad fueron los que me cambiaron la vida", rememora.

El Gordo le cogió en una época de cambios profundos en lo personal y lo profesional. Esos sí que le cambiaron la vida. El verano anterior había entrado en la empresa Urbaser -que lleva la recogida de residuos en el Ayuntamiento de Tegueste- y había dejado una relación e iniciado otra. Cuando se estaba adaptando a su nueva existencia, llegó de repente el premio. Mario y cuatro amigos con los que coincidía en el bar en el que trabajaba antes de pasar a Urbaser solían jugar todas las semanas a La Primitiva. Como les quedaba un fondo de alrededor de 100 euros, decidieron invertirlos en un décimo de Lotería para cada uno. La verdad es que el dinero me venía muy bien", dice, puesto que pudo "comprar cosas que habría sido imposible en condiciones normales".

En 2009, los niños de San Ildefonso cantaron un "78.294", seguido de un "300.000 euros". Mary tenía reservado uno de esos cotizados décimos, pero ni lo sabía ni lo había abonado. Su hermana se lo había comprado y Mary, ella y otras dos compañeras de la oficina de Mundicolor, que por aquella época pertenecía a Viajes Marsans, jugaban el mismo número. Las cuatro trabajadoras de Mundicolor se repartieron 75.000 euros cada una de los 300.000 de su décimo. Ante la sede en Tenerife de El Día -diario editado por Prensa Ibérica, como EL PERIÓDICO DE ESPAÑA- Mary y las otras tres ganadoras dicen que el premio les cayó "hace ya mucho tiempo -14 años- y ya se acabó" el dinero.

De izquierda a derecha, las hermanas Lourdes y Diana Mora y Mary Moreno, compañeras en la desaparecida compañía Viajes Marsans, con sede en Puerto de la Cruz.

De izquierda a derecha, las hermanas Lourdes y Diana Mora y Mary Moreno, compañeras en la desaparecida compañía Viajes Marsans, con sede en Puerto de la Cruz. / MARÍA PISACA

La esperanza de hacerse más o menos rico no es la que mueve a quienes compran décimos en estas fechas, sino que "el producto de la Lotería Nacional se basa en una tradición", considera Joaquín Monroy. "La gente no se para a pensar en el premio. Si por ello fuese, echarían el Euromillón, pero el Sorteo de Navidad va más allá. El producto de la Lotería Nacional se basa en una tradición", agrega.

El Sorteo Extraordinario de Navidad trae consigo tantas historias como ganadores, y Pepe, el más experimentado de todos los premiados que han hablado con este diario, concluye que, para él, la mayor lotería es "mi familia, mis hijos y mis nietos".