NEGOCIACIÓN PARA CATALANAS Y EUROPEAS

Las discrepancias internas de Ciudadanos enfrían al PP: quieren garantías de que no habrá ruptura

Los negociadores nacionales esperan llegar a un acuerdo, pero en el PP inquieta la posición de Ciudadanos en Cataluña y exigen la seguridad de que no habrá escisiones de ningún tipo ni ruido en plena campaña electoral

Alberto Núñez Feijóo y Cuca Gamarra, durante un pleno del Congreso.

Alberto Núñez Feijóo y Cuca Gamarra, durante un pleno del Congreso. / JOSÉ LUIS ROCA

Paloma Esteban

Paloma Esteban

PP y Ciudadanos mantienen su negociación a nivel nacional con un objetivo compartido: llegar a un acuerdo para catalanas y europeas a la vez y cuanto antes. Con los días, el proceso se ha ido enredando y las dos partes creen que deben cerrarlo ya. Pero el ruido generado en el partido naranja en Cataluña ha despertado recelos en el partido de Alberto Núñez Feijóo. La exigencia ahora pasa por tener “garantías totales” de que si llegan a un pacto, se cumplirá. Y que las voces más críticas, con Carlos Carrizosa al frente, lo aceptarán. La posibilidad de ruptura interna por las discrepancias acerca de cómo debe ser esa candidatura de unidad -como publicó este diario- hace desconfiar a los populares.

Cuca Gamarra y Adrián Vázquez, que este jueves estuvo en Madrid, intentan superar los flecos. Pero el mensaje del PP en las últimas horas se ha endurecido: quieren tener la seguridad de que todo el partido naranja asumirá el acuerdo, que no habrá escisiones de ningún tipo y que tras las elecciones catalanas el grupo parlamentario permanecerá unido. También quieren la confianza de que no habrá un ruido constante que pueda perjudicar a la candidatura en campaña.

En Génova siempre han tenido la sensación de que Vázquez “no tenía bajo control” a su partido. Consideran que las conversaciones con el eurodiputado, con el que llevan hablando mucho tiempo y colaborando en Bruselas, iban por un lado; y que, al adelantarse las catalanas y acelerarse la negociación, Ciudadanos ha vuelto a entrar en los conflictos del pasado. El que ha habido siempre en realidad: la resistencia del sector catalán a integrarse en una lista del PP y perder la autonomía de sus siglas y de su propia esencia.

Los populares, en cambio, son muy críticos al respecto: consideran que Ciudadanos debe entender de una vez por todas cuál es su situación actual (una organización casi extinta, casi sin presencia institucional y que renunció a presentarse a las generales)

El secretario general de los naranjas envió un recado nítido ayer en una conferencia: “Es el momento de un frente amplio. Nunca en la historia de la democracia española ha sido tan necesario. Y quien no lo entienda debe dejar de mirarse el ombligo”. No quiso entrar en los detalles de la negociación, pero sí criticó que las conversaciones que se trasladan a los medios de comunicación solo complican la negociación.

En el entorno de Vázquez creen que las críticas lanzadas por Carrizosa en los últimos días -que defiende una coalición o una candidatura amplia en la que no estén en solitario la marca popular- “ha puesto palos en las ruedas” y ha mermado la capacidad negociadora de Ciudadanos, entendiendo que cuanto más ruido generan, más fuerte se sentirá el PP para exigir. 

De ahí el mensaje a los suyos de que “confiaran” en lo que pudiera conseguir. El comité nacional del partido debe dar luz verde al acuerdo para que sea efectivo.

En el lado de las europeas, las cosas estaban más claras. Pero también existen escollos. Ciudadanos puede optar a dos puestos de salida dentro de la lista del PP, pero su objetivo es marcharse después a la familia de los liberales y contribuir desde ahí a los grandes acuerdos en el Parlamento Europeo. Un asunto que algunos dirigentes en el PP no ven con buenos ojos. Para Adrián Vázquez, en cambio, siempre ha sido indispensable, aunque ayer en Madrid repetía que no va a una negociación “con líneas rojas”.

Feijóo también se pronunció ayer desde Bruselas cuando confirmó que negocian con Ciudadanos desde hace un par de meses y también quiso marcar la posición de su partido: “Más de 200 personas que estaban en Ciudadanos están hoy en el PP. Lo que tienen que decidir es si la desembocadura es completa y total. Depende de ellos, pero la mayoría ya se ha hecho”, afirmó. En el fondo, el líder del PP volvía a defender la posición de la integración renunciando a cualquier coalición.

En Génova también recuerdan que hay muchos dirigentes territoriales que han pasado situaciones muy traumáticas con Ciudadanos y que para ellos es imposible pensar ahora en coaliciones aunque salgan de sus ámbitos. La moción de censura en Murcia aún resuena, como también los problemas que tuvo Isabel Díaz Ayuso. Por eso los populares siguen defendiendo que su posición, dadas las circunstancias, es “generosa”. También asumen que en Cataluña unir a Ciudadanos a su proyecto implica heredar un legado muy potente, el de la victoria de Inés Arrimadas en 2017.

El mismo legado que los naranjas reivindican, quizá como el último. Y el mismo por el que piensan que una rendición ante el PP sería el fin del mismo.