INVESTIDURA

Sánchez pide por carta el aval de la militancia del PSOE a la amnistía por "responsabilidad histórica"

Ante las dudas por el riesgo de esta operación, el líder de los socialistas reclama un voto de confianza con "la certeza de que el tiempo nos dará la razón"

Ferraz apuesta por fijar la fecha de investidura en la semana del 6 de noviembre, pero dependerá de que logre cerrar antes un preacuerdo "global" con sus socios potenciales

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, este lunes durante un homenaje a las víctimas de la guerra civil y el franquismo.

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, este lunes durante un homenaje a las víctimas de la guerra civil y el franquismo. / David Castro

Iván Gil

Iván Gil

"Sé que la militancia de este partido estará a la altura de esta responsabilidad histórica. Una responsabilidad que, como en tantas ocasiones en el pasado, nos toca encabezar desde nuestro partido". Con esta convicción cierra Pedro Sánchez la carta que ha enviado a la militancia en el mediodía de este lunes para pedir su aval a las negociaciones de investidura en la consulta obligatoria y vinculante que arranca hoy y se prolongará durante toda la semana. El líder de los socialistas ha vuelto a defender la necesidad de aprobar una ley de amnistía, como reclaman sus socios potenciales para apoyar su investidura, en la misma línea que lo hizo ante la dirección de su partido durante el último Comité Federal. Como condición imprescindible para reeditar el gobierno de coalición progresista, desde la convicción de que permitirá "seguir avanzando en el reencuentro para superar las heridas aún abiertas, producto de una crisis que los socialistas heredamos al llegar al gobierno". Necesidad y pedagogía.   

"Tengo la convicción de que la amnistía contribuirá a hacerlo", argumenta para concluir que "la experiencia nos dice que es el camino correcto, como acredita el éxito de medidas adoptadas en la pasada legislatura", en referencia a los indultos o la eliminación del delito de sedición y la reforma de la malversación del Código Penal. Medidas, según ha vuelto a reiterar el presidente del Gobierno en funciones, "que han contribuido de forma innegable a mejorar la convivencia en Cataluña".

Sánchez traslada a la militancia de su partido llamada a las urnas (172.600 afiliados sumando las bases de PSOE, PSC y sus respectivas organizaciones juveniles), ante las dudas por el riesgo de esta operación, que tiene "la certeza de que el tiempo nos dará la razón". No solo eso, pues insiste en que "ahora Cataluña está lista para el reencuentro total, como acredita el hecho de que más del 80% la sociedad catalana pida seguir avanzando en esta vía". Por esa razón, repite en la misiva la idea fuerza de su discurso del pasado sábado: "En el nombre de España, en el interés de España y en defensa de la convivencia entre españoles, defiendo la amnistía en Cataluña por los hechos acaecidos en la década pasada".  

Ferraz apuesta por fijar la fecha de investidura en la semana del 6 de noviembre para acudir al congreso del Partido Socialista Europeo (PES), que se celebrará ese fin de semana en Málaga, con Pedro Sánchez investido. Solo un deseo, puesto que fuentes directas del equipo negociador reconocen que no fijarán fecha hasta no alcanzar un preacuerdo para que sus interlocutores no lo interpreten como un órdago.

De cerrarlo un pacto “global” en los próximos días con los socios potenciales, fuentes de la dirección del partido avanzan que a finales de esta misma semana, la presidenta del Congreso, Francina Armengol, podría anunciar una fecha. Después de que la princesa Leonor jure mañana la Constitución en el Congreso, en cualquier momento se podría precipitar el proceso de la investidura, según señalan las mismas fuentes de la dirección. La fecha idónea para los socialistas será el próximo 8 de noviembre, con mayoría absoluta en primera votación, tras iniciar el debate el día antes. La intención de Ferraz es cerrar los acuerdos en “cascada” tras acelerar el ritmo negociador durante los últimos días. El próximo sábado se cierra la consulta a las bases del PSOE para avalar tanto el acuerdo de gobierno con Sumar como las negociaciones con el resto de grupos parlamentarios necesarios para sacar adelante la investidura.

El jefe del Ejecutivo en funciones ya fijó su posición en defensa de la amnistía el pasado sábado, ante el Comité Federal del PSOE. Un paso improbable sin tener el convencimiento de que el pacto de investidura saldrá adelante, tanto por el coste electoral ante una hipotética repetición como por las dudas que genera entre ciertos sectores del partido. La polémica medida ni figuró en su programa electoral ni tampoco se valoró hasta el pasado 23-J al considerar que desbordaba el marco constitucional. Fue por ello por lo que justificó su cambio de posición, haciendo "de la necesidad virtud", ya que las urnas lo habrían cambiado todo.

Riesgos y alternativas

Las elecciones generales del pasado 23 de julio, según reflexionó el propio Sánchez, lo cambiaron todo. En primer lugar, porque sus socios potenciales (de Sumar a Junts, pasando por ERC, el PNV y Bildu) defienden la amnistía del 'procés'. En segundo lugar, por el resultado de los comicios en Cataluña, donde el PSC fue primera fuerza, obteniendo 19 diputados y logrando más votos que todos los partidos independentistas juntos. Ese desenlace, argumentó Sánchez ante los suyos en el Comité Federal, "prueba" que la política territorial desplegada en Cataluña empezando por los indultos a los líderes independentistas condenados por el referéndum del 1-O, han "tenido un efecto mayor del que podía suponerse".

La militancia será la encargada de materializar y extender el aval si, en línea con sus respectivas federaciones que dieron carta blanca a Sánchez en el último Comité Federal, votan a favor en la consulta sobre “formar un gobierno con Sumar y lograr el apoyo de otras formaciones políticas para alcanzar la mayoría necesaria”. Una apuesta que los barones asumen arriesgada, pero ante la que Sánchez argumenta que no hay alternativa. La disyuntiva, según trata de convencer a los militantes en la misiva, pasa por "seguir avanzando con una propuesta de futuro para España, anclada en los valores de progreso y convivencia; o, por el contrario, abrir la puerta a un gobierno en el que la derecha y la ultraderecha nos hagan retroceder décadas en unos pocos años".