BLOQUEO AL CGPJ

Moncloa asume que el Poder Judicial no se renovará hasta las próximas elecciones generales

El Gobierno da por supuesto que durante esta legislatura ya no habrá más posibilidades de intentar un acuerdo

El PP cree que Sánchez ha perdido la oportunidad de pactar con el PP la misma semana que piensa sacar la ley de Memoria Democrática con EH Bildu

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo,  en la entrevista que mantuvieron el pasado abril en la Moncloa.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, en la entrevista que mantuvieron el pasado abril en la Moncloa. / David Castro

Era ahora o nunca. O se pactaba ya o no existiría ninguna otra opción hasta las próximas elecciones generales. El resultado final es que, tras el fracaso de las conversaciones que este lunes mantuvieron el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y el vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons, la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha entrado en una vía muerta. Después de tres años y medio con el mandato caducado, se han esfumado todas las posibilidades de alcanzar un acuerdo, que se habían abierto con la llegada de Alberto Núñez Feijóo al PP. El Gobierno asume que no habrá pacto.

"El PP ha decidido no renovar el CGPJ esta legislatura", aseguran las fuentes consultadas. Este horizonte supone que el órgano de los jueces puede cumplir cinco años sin ser actualizado por la falta de entendimiento entre los dos partidos mayoritarios, cuyo concurso es necesario.

El relato que ofrecen unos y otros es un reguero de acusaciones mutuas al adversario que demuestran que nada ha cambiado entre Gobierno y oposición en los últimos meses, pese al recambio en la cúpula popular y la extendida idea de que Feijóo cumpliría la Constitución y facilitaría un nuevo CGPJ. Como contó el viernes este diario, el reloj se había puesto en marcha de forma acelerada tras la confirmación de que mañana el Congreso debatirá la toma en consideración de una nueva reforma, impulsada por el PSOE, para que el CGPJ pueda escoger a los dos miembros que le corresponden en el Tribunal Constitucional y el Gobierno, a la par, designe a los suyos.

Esta decisión y la urgencia del calendario impulsaron las conversaciones entre Bolaños y González Pons. El PP era consciente de que antes de ese día debía trasladar al Ejecutivo su propuesta para renovar el CGPJ, que incluye un plan de regeneración y mejora del sistema de elección del órgano de gobierno de los jueces. El dirigente popular reveló en su comparecencia ayer en Génova que "en los últimos días ha estado en contacto con el ministro" y que habían intercambiado mensajes antes de que él hiciera público la exigencia del PP de que los socialistas retiraran su proposición de ley para favorecer la negociación.

Según explicaban fuentes populares, tenían "vocación de llegar a un acuerdo" pero era necesario retirar esa reforma y acordar con el Gobierno el compromiso de avanzar a un sistema menos politizado, en línea con las reclamaciones de Bruselas, cuya elaboración se encargaría al nuevo CGPJ y se debatiría, con la creación de una ponencia en la comisión de Justicia del Congreso. Con estas reivindicaciones sobre la mesa se produjo por la tarde la reunión entre Bolaños y González Pons, que duró sólo 45 minutos y que concluyó sin el menor acercamiento.

El Gobierno entiende, y así lo manifestó en un comunicado, que el PP no ha hecho más que poner "excusas" y que no es "admisible" continuar por esta senda. "El cumplimiento de la Constitución no se negocia. El PP debe cumplir la Constitución y la ley y no causar daño a las instituciones democráticas y a uno de los poderes del Estado".

La versión del PP, que también se hizo pública, es que la reforma para que el CGPJ pueda designar a los dos miembros que le corresponden del TC y que supone modificar un cambio legislativo anterior, diseñado por el Gobierno, para impedir que un Consejo General del Poder Judicial en funciones pueda hacer nombramientos, es "una línea roja que el Ejecutivo no debería cruzar y que hace imposible llegar a acuerdos".

En ambas declaraciones se pone de manifiesto que no habrá nuevas oportunidades para acordar la actualización del órgano de los jueces. Según el Gobierno, el PP "ha anunciado que nunca se sentarán a negociar la renovación del CGPJ". Algo que podía ya intuirse si no se había un pacto previo para retirar la reforma que se vota esta semana en el Congreso.

Félix Bolaños.

Félix Bolaños. / EFE

LA RUPTURA POR "MANGANTES"

Los populares sostienen que se enteraron de su presentación por la prensa y que fue esta decisión la que dio al traste con los contactos que estaban manteniendo. Después de que Pedro Sánchez y Feijóo tuvieran su primera entrevista en abril en la Moncloa, ambos quedaron en nombrar negociadores -Bolaños y González Pons- aunque el líder del PP pidió tiempo para ponerse al día en este asunto, ya que había designado sólo unas semanas antes.

Bolaños y González Pons abrieron conversaciones, pero el PP cortó los contactos después de que el presidente dijera en el Congreso que "los mangantes (en alusión a los populares) ya no están en el Gobierno". Después se cruzaron las elecciones andaluzas del pasado 19 de junio y en el Ejecutivo confiaron en que se retomarían los contactos justo después. Pero sólo unos días antes, Génova volvió a demorarlo y dijo que mandarían una propuesta en el plazo de un mes.

Este movimiento enervó al Ejecutivo que tras darle muchas vueltas para ver cómo elegir a sus dos magistrados en el TC sin contar con el CGPJ, optó por hacer una reforma a su reforma. Renovar el Constitucional es vital para el Ejecutivo porque sólo con los dos magistrados que le toca elegir ya se garantizaría una mayoría progresista.

ESTADO DE FURIA

Según el PP, González Pons y Bolaños habían quedado en hablar justo después de las andaluzas, pero el Gobierno se descolgó con el anuncio de esta nueva modificación legislativa para sacar adelante un nuevo TC. Fue una decisión, defienden, tomada en un estado "de furia" por la mayoría absoluta de los populares en Andalucía. La visión del Ejecutivo es totalmente distinta. No sólo insisten en que Feijóo y Pablo Casado "tienen la misma voluntad de bloqueo de las instituciones democráticas y del órgano de gobierno de los jueces" sino que se han dedicado sólo a "dar largas". "Son unos cínicos", aseguran en el Gobierno.

El vicesecretario de acción institucional del PP, Esteban González Pons, atendiendo a los medios.

El vicesecretario de acción institucional del PP, Esteban González Pons, atendiendo a los medios. / Eduardo Briones / Europa Press

 El PP se escuda en que todo habría sido de otro modo si Sánchez no les acusa de "mangantes" y que una vez que sucedió aquello todo cambió. "Si hacen concesiones a ERC y EH Bildu, por qué no vamos a conseguir nosotros algo a cambio", señalan en referencia a su petición de retirada de la proposición de ley.

"El relato lo hemos ganado y esto electoralmente no nos penaliza", mantienen. "El Gobierno tenía la oportunidad de, en la misma semana que va a sacar la ley de Memoria Democrática gracias a EH Bildu, llegar a un pacto con el PP, y no lo ha querido aprovechar".

En Moncloa siguen en la tesis de que la voluntad negociadora de los populares ha sido un continuo engaño. En pleno verano y con un inicio de curso marcado por las elecciones autonómicas y municipales de mayo, se aleja cualquier aproximación entre PP y PSOE. Ni CGPJ ni otros posibles pactos.