SÁHARA OCCIDENTAL

El PSOE prevé que el PP de Feijóo terminará apoyando el nuevo marco España-Marruecos

El Partido Popular aceptará el giro en las relaciones con Marruecos porque es una política de Estado que amparan Naciones Unidas, la UE y EEUU, creen en el Gobierno y en el PSOE

Alberto Núñez Feijóo

Alberto Núñez Feijóo / EFE

Ángel Alonso Giménez

En el Gobierno y en el PSOE se ha hecho la siguiente reflexión, informan a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA fuentes socialistas. Tiene que ver con la posición española en las relaciones con Marruecos y en el conflicto territorial del Sáhara Occidental, y es ésta: "El PP no va a poder seguir mucho tiempo rechazando la nueva etapa que se abre. Su oposición le está situando junto a Podemos, ERC y EH Bildu, cuyos planteamientos tienen mucho de demagogia y populismo. Tendrá que elegir más temprano que tarde: o populismo o visión de Estado. El PP ha gobernado, aspira a gobernar y sabe lo que hay en juego, así que no le quedará más remedio que dar su apoyo".

Hasta que llegue ese momento, si llega, la desconfianza prevalece en las relaciones entre los dos principales partidos españoles. Hasta la noche del jueves, el día en que se conoció que el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, no acudiría finalmente a Rabat, no se había producido ningún contacto entre las partes. Fuentes del PP confirmaron a este medio la ausencia de contactos.

Si entre el Gobierno y el PP la información fluye con cuentagotas es precisamente por esa desconfianza, que en cuestiones de Estado se convierte en un lastre. En mayo de 2021, cuando tuvo lugar la mayor oleada migratoria en Ceuta, respuesta de Marruecos al ingreso hospitalario de Brahim Ghali, del Frente Polisario, Pedro Sánchez y Pablo Casado hablaron. El líder del PP intercambió una serie de planteamientos con el presidente que culminó en un posicionamiento común. Al día siguiente, en el Congreso, sesión de control al Ejecutivo, el líder de los populares criticó la gestión gubernamental con dureza. Sánchez llegó a una conclusión: la relación con Casado era imposible.

El Partido Popular se encuentra sumido en un proceso de catarsis. Este fin de semana servirá para colocar por fin a Alberto Núñez Feijóo en el puesto de máxima responsabilidad. Las expectativas del PSOE con el aún presidente de la Xunta son diferentes. Para empezar, se le valora la gestión hecha, no por la ideología, sino por el tono sin aspavientos que le ha caracterizado. También se le reconoce el bagaje de gestión. Llevar 13 años al frente de una comunidad autónoma tiene, por costumbre, que dejar una huella de discreción y aplomo para los asuntos peliagudos.

El gabinete de Sánchez se ha apresurado a plantear una reunión inminente con el gabinete de Feijóo. Previsiblemente se vean la próxima semana y entonces el presidente le contará, entre otros muchos asuntos, los porqués del cambio de posición de España respecto al Sáhara Occidental. Quizá le desvele también la fecha de la visita a Rabat.

Argumentos que cercan al PP

Las primeras explicaciones sobre el giro histórico con Marruecos por parte de Sánchez se produjeron el miércoles pasado en el Congreso. No dio argumentos nuevos. Más que información, dio contextualización. Varios ejes, según el discurso del mandatario socialista de aquel día.

El primero. La importancia del vecino del sur. Declaraciones del presidente: "Las relaciones con Marruecos son un asunto de Estado que exige una política de Estado. El Gobierno de España tiene la firme voluntad de abrir una nueva etapa en las relaciones entre España y Marruecos".

El segundo. Por qué el cambio. "La nueva etapa tendrá una hoja de ruta clara, ambiciosa, que, a mi juicio, va a permitir cerrar una crisis que se venía arrastrando en los últimos tiempos y que perjudicaba, insisto, a los dos países". "Hay que hablar de un paso más en un camino que se inició hace catorce años, cuando el Gobierno español saludó la propuesta marroquí de autonomía como una contribución valiosa para la superación de un conflicto que lleva más de cuatro décadas enquistado".

El tercero. El camino hacia el cambio. "Lo que vamos a hacer es garantizar un territorio seguro, con una frontera capaz de asegurar el cumplimiento del control de personas y de mercancías". Anunció la creación de un grupo interministerial al respecto. Además, según dijo: "Vamos a reforzar la movilización y el compromiso del Estado con Ceuta y con Melilla. Como saben, se están elaborando sendos planes especiales dentro del mandato que nos fija la Estrategia de Seguridad Nacional". Al respecto, avanzó financiación por parte de los fondos europeos.

El cuarto. Alineamiento sin fisuras con Naciones Unidas. "Consideramos que la propuesta marroquí del año 2007 —estamos en el año 2022— es la base más seria, creíble y realista para la resolución de este diferendo", sobre el Sáhara. "Esta es la base sobre la que hay más posibilidades de construir, con la mediación —insisto de nuevo— de Naciones Unidas y dentro del marco de sus resoluciones —lo digo una vez más—, una solución que pueda ser aceptada por las partes". Destacó, asimismo, la coincidencia en el planteamiento de Francia, Alemania, la Comisión Europea y EEUU. Y ensalzó la "ventana de oportunidad" que supone que haya enviado especial para resolver el conflicto, el diplomático Staffan de Mistura. Viene una negociación ardua y conviene fijar un punto de partida.

Un repaso por toda esta argumentación, según la versión de las fuentes consultadas, dejan un hueco muy pequeño en el que habitar. El PP, como partido que ha gobernado, que ha lidiado con Marruecos (crisis del islote de Perejil en 2002), que aspira a gobernar y que, en ese caso, tendrá que volver a lidiar con el reino marroquí, no puede ponerse de perfil ante un nuevo marco de relaciones que viene avalado por la UE, por EEUU y por Naciones Unidas.

El debate del martes próximo

El portavoz socialista en el Congreso, Héctor Gómez, ese día, intervino en nombre de su partido y preguntó al PP su posición. Esta pregunta llamó la atención: "¿le dicen a Marruecos que muy bien y aquí, en público, dicen otra cosa?".

Las fuentes socialistas subrayan al respecto que en el PP hay dirigentes y exdirigentes, tanto en Europa como en España, que conocen la nueva realidad a la que se enfrenta el marco diplomático sobre el Sáhara Occidental. Piensan que esos cargos y antiguos cargos, llegado el momento, contribuirán a calmar las aguas en el partido que va a liderar Feijóo desde este fin de semana. Un motivo más que empujará al apoyo al principal partido de la oposición.

"El Partido Popular no se puede oponer a un acuerdo con Marruecos que favorece a las dos partes. Ellos saben que esta posición viene amparada por resoluciones de Naciones Unidas a las que nunca se opusieron. El paso del tiempo les obligará a retratarse: o con el populismo o con la visión de Estado", zanjan las fuentes.

El Congreso vivirá el próximo martes, en el pleno, un debate sobre una iniciativa registrada por Unidas Podemos, ERC y EH Bildu. Es un texto meramente político, pero muy crítico con la posición del Gobierno. Creen las fuentes que no será aprobada porque, además del PSOE, la rechazará el PP. El/la portavoz del grupo popular que intervenga en ese punto del orden del día mantendrá el tono reprobatorio de los días pasados, pero, en opinión de dichas fuentes, no habrá muchos pronunciamientos más así. El tiempo dirá. Y Feijóo, claro.