Opinión | EL PULSO DE ESPAÑA

El toreo de Sumar en busca de una esquinita política

Urtasun proclama la supresión de un premio taurino, no de la tauromaquia, para ganar foco contra el PP y ante un Sánchez que está borrando a Yolanda Díaz

El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, que anuncia la desaparación del Premio Nacional de Tauromaquia

El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, que anuncia la desaparación del Premio Nacional de Tauromaquia / EP

La situación de Sumar es complicada e intenta torear. Forma parte del gobierno de España, pero su visibilidad ante la opinión pública merma con el paso del tiempo, un tiempo que no parece jugar a su favor. Eso es lo que evidenciaron las urnas en Galicia. En los comicios de Euskadi salvaron la cara por la mínima, no tanto por el escaño que se llevaron en la mochila en un territorio donde EH-Bildu crece vorazmente entre la juventud de izquierda, sino por haber logrado que Podemos quedara fuera de la Cámara. La relación política (y personal) entre morados y rosas es cainita. A ratos telenovelesca. Y se intuye que esa situación “complicada” con la que arrancaba este artículo podrá llegar a ser insoportable en el contexto de las elecciones de junio, las europeas: Irene Montero será candidata y ‘lideresa’ oficiosa de una organización que pretende resucitar con ruido en redes sociales; arañando a Yolanda Díaz y a sus socios cada vez que se estima pertinente (o por pura impertinencia) y con una cuota delegada de pantalla en algunos medios, incluida la tele pública.  

Unidas Podemos es un problema para Sumar que acompañará a Sumar mientras exista, pero no es el único. Ni el que más le afecta actualmente. Díaz no logra que su organización, que en su tardío nacimiento movilizó a la esperanza de los desesperanzados progresistas que se resistían a votar a Pedro Sánchez, se empodere y tome brío. Que suba el percentil. El brillo que ella exhibía encuesta tras encuesta en la pasada legislatura no se ha transformado en un barniz que fortalezca a una suma donde las marcas individuales exhiben más descaro político y resilencia que la marca común. Sumar no quería ocupar una esquinita sociológica a la izquierda del PSOE, pero ni crece en esa esquinita ni en otras, según apuntan los resultados electorales recientes y los sondeos. No pesca en ríos socialistas ni cuando están más revueltos. Y en el centro progresista sus posiciones no se están leyendo mayoritariamente como sosegadas o serenas: se ven tibias o, en el peor de los casos, irrelevantes.  

Sumar no le está restando de momento al Ejecutivo de Sánchez, pero pese a compartir mesa de Consejo de Ministros, es tratado por el ala socialista como un socio más en multitud de ocasiones eclipsado por otras alianzas como las mantenidas con Junts o ERC. A diferencia de lo ocurrido en la primera legislatura de coalición, las medidas impulsadas o planteadas desde la vicepresidencia de Trabajo no se imponen en el debate ciudadano y, por tanto, no se rentabilizan como antaño. En el 1 de mayo, la jornada grande de los trabajadores, la aparición por sorpresa (y por electoralismo) del presidente y líder socialista en la Feria de abril de Barcelona o los argumentos de su vicepresidenta primera, María Jesús Montero, sobre la regeneración que pretende ahora abanderar el PSOE tuvieron más espacio en los medios que los argumentos laborales de Díaz. Ahí están las hemerotecas y los archivos.

La merienda-cena del presidente

Sánchez no le ha negado oficialmente el pan a Sumar en estos meses, pero le está merendando hasta la cena. La difusión del ‘caso Koldo’ sumió a los de Díaz en un mar de dudas sobre cómo gestionar un caso de corrupción que salpica al PSOE, sin que encontraran una vía creíble con la que marcar perfil propio. La pasada semana llegó el encierro del presidente en La Moncloa y su amago de dimitir por el “acoso” a su mujer. Nos escribió en una inaudita carta que no sabía si podía soportar la situación para, a continuación y en una declaración sin preguntas de la prensa, presumir que él podía con todo y con todos en vísperas de los comicios catalanes, que se celebrarán el 12 de mayo. 

Cinco días con sus noches desapareció Sánchez de escena. Se llevó bajo el brazo la paciencia de muchos (de algunos miembros de sus filas, también) y el foco mediático. Todo el foco para él solito. Sumar se reunió y provocó un cierre de filas en torno al presidente, sin ponerle un ‘pero’. Fortaleció a Sánchez y debilitó aún más sus propias siglas, que también se enfrentan a través de En Comú Podem a una campaña electoral en Cataluña. ¿Qué hacer con este panorama por delante, el socialista Salvador Illa escalando puestos en las encuestas y el PSOE vitalizándose junto al PP ante la polarización que viene (sí, los cinco días de Sánchez traen más trinchera)? Pues Sumar decidió que lo mejor era torear a su manera en una España cada vez menos torera, con un inesperado anuncio sobre los toros que le permitiera encararse con los populares y, con un poco de suerte, abandonar los puestos de descenso de los comicios catalanes.

Los populares, Page y Óscar Puente

En estas salió a la palestra Ernest Urtasun, un ministro de Sumar, catalán, proveniente de los comunes después de haber pasado por ICV y anunció la supresión del Premio Nacional de Tauromaquia. No es que vaya a plantear en el seno del Gobierno al que pertenece suprimir la tauromaquia, no, no, que es un premio con lo que pretende terminar. Con simbolismo, sin duda, pero un premio. El portavoz de la organización, Iñigo Errejón, hizo una señal desde las redes sociales y ante los medios para que el resto de sus compañeros salieran a jalear con fuerza la iniciativa. A torear políticamente. Lo hicieron. Varios presidentes autonómicos populares vieron la jugada, pero decidieron que también les interesaba y salieron a hacerles frente y a decir que si prohibían un premio, ellos montarán uno o si es necesario, hasta dos. 

El socialista Emiliano García-Page se ha apuntó a la partida. Él también pondrá sobre la mesa un premio taurino. Sumar ya tiene el careo que buscaba con el PP y hasta con Page y este mismo sábado, un Urtasun ‘mitinero’ instaba a Illa y a los socialistas a colocarse detrás de su anuncio, un anuncio al que Sumar se aferra a la desesperada… para torear. La mano tendida de Illa a los independentistas para un gobierno transversal en Cataluña ha agrandado la tensión en la izquierda. Pero mientras en el PSOE sonríen ante el intento de toreo y deciden no entrar al trapo, el ministro sin frenos, Óscar Puente (el que ahora la ha liado con Milei), espeta que tan “insignificante” es en España en estos momentos la tauromaquia por el número de aficionados como la iniciativa de eliminar un premio… la campaña catalana entra en su recta final y les dejo una posdata para quienes no lo recuerden: en Cataluña la tauromaquia se prohibió por ley en el 2010 y, aunque el TC tumbó ese veto por invasión de competencias estatales, allí no hay corridas de toros.