Opinión | LA CARTILLA DE LA DIRECTORA
La madre de todas las castas... en Podemos
Podemos intenta el penúltimo salto mortal para hacerse notar, rompiendo con el grupo parlamentario de Sumar
![La secretaria general de Podemos, Ione Belarra.](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/caf5de08-ca5a-4349-a3a1-9dfcc67ff6cd_16-9-discover-aspect-ratio_default_0.jpg)
La secretaria general de Podemos, Ione Belarra. / EFE
Hace unos meses, en vísperas de las generales y justo cuando Podemos más se resistía a integrarse en Sumar alegando que se le ofrecía sumisión y no un acuerdo que reflejase su supuesto empuje social en esos momentos (¡ay!), Pablo Iglesias hizo una reflexión sobre la importancia de las marcas en una tertulia radiofónica. Argumentaba sobre la ventaja que, a su juicio, atesoraba el PSOE sobre los morados y sus socios: aferrándose a principios claves de la teoría del marketing, Iglesias enfatizaba entonces que los socialistas habían sabido mantener por décadas, contra viento y marea, la marca «P-S-O-E» . Convocatoria electoral tras convocatoria electoral. Sin cambios. Colocando esa marca por encima de sus tensiones internas, de sus liderazgos y de la interpretación que del propio socialismo hubiera hecho en cada fase histórica cada uno de sus secretarios generales (a falta de que surja la primera secretaria general, un agujero aún en la larguísima historia del partido del otro Iglesias).
Quien fuera el primer jefe de los morados, arremetía contra la decisión de Yolanda Díaz de fundir en la candidatura «Sumar» el conglomerado de nombres de partidos que iban a avalarla, incluido el de Podemos, y aceptaba en esa tertulia radiofónica, con cierta envidia, que en cualquier calle de España si alguien se refería al «PSOE» en voz alta, todo el que pasara por esa vía conocía perfectamente de qué se estaba hablando. Y si además iba a votar a esa organización, sabía qué votaba. De lo que no se privó Iglesias en las ondas fue de ironizar con que sigan manteniendo inalterable la «O» de obrero en las siglas, a fin de ligar una vez más el partido de Pedro Sánchez con la «casta» y no tanto con el pueblo.
Pero... ya que sale a relucir la «casta» a estas alturas del artículo, digamos algo sobre ella ahora que han pasado las elecciones del 23J; que tenemos la certeza de que Feijóo ganó en votos pero no logró tejer una investidura y que Sánchez logró reeditar un Gobierno -esta vez sin Irene Montero-, de la mano de Sumar y otro puñado de complejos socios. Digamos algo sobre la «casta» ahora que las ‘exclusivas’ sobre la vida interna de Podemos nos las da (¡ay!) el hipotético medio que dirige Pablo Iglesias, retirado de la política (doble ¡ay!) y suponemos que absolutamente arrepentido de haber señalado a dedazo limpio a Díaz como la mejor aspirante para las generales para después intentar boicotearla por tierra, mar y aire.
Digamos algo ahora que Podemos intenta el penúltimo salto mortal para hacerse notar, rompiendo con el grupo parlamentario de Sumar en el Congreso, refugiándose con aroma a transfuguismo en el Mixto y reclamando al PSOE que le haga ‘casito’ en la negociación de cada proyecto de ley que surja en las Cortes. Digámoslo ahora que Ione Belarra, la actual secretaria general -que debería haber dejado su propia impronta en tan importante cargo sin dejar que antecesores hablasen constantemente en su nombre (¡ay!)- ha querido convencer al ministro socialista Bolaños de que no jugarán con la endeble mayoría gubernamental tras la ruptura, porque esto supuestamente es un ajuste de cuentas con Díaz, no con Sánchez... digamos algo ahora que están por ver las largas noches de conversaciones que le esperan al PSOE para hacerse con los cinco escaños morados y que Podemos se asegure titulares. O exclusivas en el medio de comunicación (?) de Iglesias.
Digamos algo. Sí. Digamos algo sobre la «casta», el vocablo que un día Podemos logró tornar en mensaje y corazón de marca, esa marca que se compara con la del PSOE y que se cree mancillada porla integración que ya no es tal en Sumar... Casta, según la RAE: «Ascendente o linaje. También referido a los irracionales». «En la India, grupo socia al que se pertenece por nacimiento [pongan aquí un ‘por fundación de partido’ y...] y que, dentro de una etnia, se diferencia por su rango e impone endogamia» (¡ay!). «En algunas sociedades, grupo que forma una clase especial y tiende a permanecer separado (¿en el grupo Mixto? ¡ay, ay, ay!) de los demás por su raza, religión, etc.». ¿Les suena? La madre de todas las castas está en un Podemos difuminado que no supo, ni sabe, apartar al padre.
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