Opinión | ANÁLISIS POLÍTICO

Clima social previo a la investidura

Las últimas encuestas publicadas arrojan un resultado previsible: los votantes de la derecha están más predispuestos a volver a votar que los de la izquierda

Alberto Núñez Feijóo, en el Congreso de los Diputados

Alberto Núñez Feijóo, en el Congreso de los Diputados / Eduardo Parra

El último estudio de la Fundación BBVA sobre la Cultura Política de los españoles ofrece una completa radiografía del clima de opinión prevaleciente entre la ciudadanía. El primer dato parece más una constatación que una opinión: el 72% cree que en nuestro país es imposible llegar a acuerdos entre la derecha y la izquierda en los grandes temas. Más difícil, por tanto, un acuerdo de investidura. Teniendo en cuenta que las últimas cinco elecciones han dado como resultado un práctico empate entre los dos principales bloques ideológicos, hoy por hoy, lo más probable es que el candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, se quede anclado en los 172 apoyos que suman los votos favorables de sus 137 diputados junto a los 33 de Vox, uno de UPN y uno de Coalición Canaria. Cuatro por debajo de la mayoría absoluta necesaria en primera votación e insuficientes, también de momento, para obtener más síes que noes en la segunda oportunidad.

Queda menos de una semana para que el reloj de la democracia se ponga en marcha. No deja de ser esta una manera algo cursi de referirse al artículo 99 de la Constitución Española que establece el procedimiento ordinario de nombramiento del presidente del Gobierno a través de la confianza parlamentaria. El próximo martes 26 de septiembre, Feijóo, el candidato propuesto por el rey Felipe VI, expondrá ante el Congreso de los Diputados las medidas de su programa político con el fin de reunir los apoyos necesarios para ser investido presidente.

Esto es así porque dentro de los sistemas parlamentarios, España se enmarca en el denominado parlamentarismo positivo, esto es, el Parlamento debe votar expresamente para otorgar su confianza al jefe del Ejecutivo. En otros sistemas parlamentarios, como los que prevalecen en los países del norte de Europa, el presidente del Gobierno o el primer ministro es investido de manera automática desde que el jefe del Estado le señala como tal (son los denominados sistemas parlamentarios negativos).

En el caso español, el candidato propuesto deberá lograr la mayoría absoluta de la Cámara Baja en primera votación (que tendrá lugar el miércoles 27). De no conseguirla, se procederá a una segunda votación 48 horas después (el viernes 29) en la que Feijóo solo necesitaría una mayoría simple del Congreso, es decir, más votos a favor que en contra.

Si como parece probable, Feijóo no logra ser investido presidente, el reloj democrático al que aludía anteriormente empezará a correr y los candidatos (cualquier candidato) tendrán dos meses para intentar sumar los apoyos necesarios. Si ninguno lo logra en ese tiempo, las Cortes se disuelven automáticamente y se convocan elecciones generales. Sería la tercera repetición electoral en España desde la restauración democrática y los sextos comicios generales en ocho años.

Pensando en la conformación del próximo Gobierno, sea ahora o sea como resultado de unas nuevas elecciones generales, considero relevante conocer cuál es el clima de opinión predominante actualmente entre la ciudadanía para que todos los partidos lo tengan en cuenta en sus procesos de toma de decisiones.

En este sentido creo que hay dos datos relevantes. El primero señala que la mayoría de los españoles sigue apostando por la existencia de diferentes partidos que representen las diversas sensibilidades políticas e ideológicas. En estos momentos, solo un tercio de los ciudadanos (33%) apuesta por una vuelta al sistema bipartidista frente al 57% que piensa que lo mejor es que existan múltiples partidos. El segundo reafirma la mayoritaria predilección por la formación de gobiernos de coalición: así lo afirman seis de cada diez españoles (60%). Es decir, lejos de provocar el rechazo que algunos críticos auguraban, la primera y reciente experiencia democrática de Gobiernos nacionales compartidos parece haber convencido a la mayoría de los ciudadanos. Creo que es una buena noticia.

No obstante, hay otros datos que deberían alertarnos, sobre todo teniendo en cuenta los próximos meses en los que la tensión política se va a incrementar. La mitad de los españoles sigue manifestando (no es un dato nuevo) poca confianza en los partidos políticos y el 75%, tres de cada cuatro ciudadanos, cree que los partidos políticos no prestan atención a los asuntos que de verdad importan a los ciudadanos.

¿Se muestra predispuesta la sociedad a acudir nuevamente a las urnas? Las últimas encuestas publicadas arrojan un resultado previsible: los votantes de la derecha más que los de la izquierda. No significa que estén más movilizados, sino, simplemente, que consideran esta la opción menos mala frente a un previsible gobierno de izquierdas.