Opinión | EMPRESAS

El jefe de felicidad

Algunas empresas crean un nuevo cargo para velar por el bienestar de sus trabajadores

Las oficinas de una de las empresas tecnológicas que operan en Barcelona, Dynatrace, en una imagen de archivo.

Las oficinas de una de las empresas tecnológicas que operan en Barcelona, Dynatrace, en una imagen de archivo.

Se acabaron las vacaciones. Llega el temido septiembre con más aspecto de invierno que de otoño. Miramos en el calendario los puentes que hay de aquí a Navidad. El más próximo, el del 12 de octubre. La espera se va a hacer muy larga. Sobre todo si no nos gusta nuestro empleo y si nos encontramos entre los dos de cada cinco españoles que sufren ansiedad o depresión por culpa del trabajo.

El malestar en el trabajo es un problema antiguo –"ganarás el pan con el sudor de tu frente"–, pero parece haberse agudizado en los últimos tiempos. Las empresas se han caído del guindo y han descubierto la cuadratura del círculo: a mayor descontento de sus trabajadores, menor producción. Según los últimos datos, seis de cada diez empleados en Estados Unidos aseguran que no están contentos con su trabajo. Dada la alarmante situación, algunas empresas -sobre todo las gigantes tecnológicas- han empezado a tomar cartas en el asunto. Han creado una nueva figura en su plantilla para solucionar el problema: El jefe de felicidad.

Al parecer, la figura del Chief Happiness Officer (CHO, que en español suena un poco raro) fue un empleado de Google llamado Chade-Meng Tan. Su método para reducir el estrés entre sus compañeros se basaba en el "mindfulness", una especie de meditación para ser consciente de lo que está sucediendo en cada instante, en el cuerpo y en la mente, aceptando las experiencias que se van presentando tal y como son. Su éxito fue tal que en la empresa le bautizaron como "Jolly Good Fellow", el equivalente al español "es un muchacho excelente" que cantamos con ardor en los cumpleaños.

Sí, sé que todo esto suena un poco cursi. Para empezar, las dos palabras juntas -jefe y felicidad- chirrían, se contradicen, provocan desconfianza. Pero ¿cuáles se supone que son las funciones del jefe o jefa de felicidad? Las empresas no acaban de concretar. Hablan de generalidades: crear un buen ambiente entre los compañeros, ofrecer mejores condiciones físicas y psíquicas a los empleados, organizar actos de confraternización entre la plantilla. Ya saben, oficinas con espacios abiertos y sin mamparas, un gimnasio para facilitar que hagan deporte, o en su defecto un futbolín, en el puesto de trabajo. En fin, buen rollito.

Contar con una plantilla de trabajadores felices repercute directamente en los beneficios de la empresa. Puede aumentar la productividad hasta un 80 por ciento, según el estudio titulado Felicidad y Trabajo, elaborado por la consultora Crecimiento Sustentable. No sólo eso, sino que, además, los empleados satisfechos ofrecen a la compañía un 33 por ciento más de "energía y dinamismo" y tienen un 300 por cien menos de posibilidades de sufrir accidentes laborales.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), casi el 60 por ciento de los españoles sufren estrés en el trabajo y no están satisfechos con la actividad laboral que desempeñan. Teniendo en cuenta que pasan de media 1.700 horas al año en el trabajo –muy por encima de la media europea– es comprensible que no sean felices.

Bien está que las empresas mejoren las condiciones laborales, paguen adecuadamente y se preocupen por el bienestar de sus empleados. Para eso no sé si será muy necesario un jefe de felicidad. Probablemente bastará con un jefe de Recursos Humanos o incluso uno de Personal. La clave para estar contentos en el trabajo es que nos guste la función que desempeñamos. De hecho la mayoría de los especialistas coinciden en que ese es el primer factor de satisfacción. No es fácil encontrar la actividad que a la vez nos apasione y nos dé de comer. La mayoría de las veces tenemos que conformarnos con un trabajo alimenticio. Si está bien pagado y el ambiente es agradable, siempre será más llevadero. Es cuestión de tomárselo con filosofía.