Opinión | EL LÁPIZ DE LA LUNA

Rubiales y Cía

Yo no les quiero hablar solo de él, sino del problema social que supone esa masculinidad que representa

Manistación en Madrid contra Luis Rubiales

Manistación en Madrid contra Luis Rubiales / EUROPA PRESS/ Jesús Hellín

Sé que quizá no les apetezca leer esta columna porque están cansados de escuchar hablar de Rubiales, pero yo no les quiero hablar solo de él, sino del problema social que supone esa masculinidad que representa. No, tampoco es una columna de "falso feminismo" ni de "feminismo radical", es más, creo que es el primer artículo que no escribo desde las vísceras, sino desde el reposo de días de reflexión. Lo primero que quiero hacer es recordarles que la Selección Femenina de Fútbol de España es campeona del mundo. Sí, "campeonas" no campeones, como aludió Vidal, el seleccionador, en unas declaraciones. Quizá no le enseñaron a este señor la diferencia gramatical entre el género femenino y el masculino cuando se habla de mujeres y de hombres. Ah, carajo, ahora caigo, es que no se refería a las jugadoras, sino a él y a la directiva falocéntrica de la Federación Española de Fútbol, ahí se los dejo para que reflexionemos juntos. Lo segundo que quiero manifestar es lo orgullosa que me siento de lo bien que jugaron nuestras futbolistas y de los muros que han derribado para todas las niñas que ven en ellas un ejemplo. Aunque haya quien, digamos que se apellida Borrell, que opine que "Nuestras mujeres están aprendiendo a jugar tan bien al fútbol como los hombres". Qué curioso que para referirse al sexo femenino use el pronombre posesivo "nuestras" pero para referirse a los hombres, no. Señor, borriquito, perdón, Borrell, las mujeres –que no son de nadie– saben jugar al fútbol por méritos propios, ahí se los dejo para que reflexionemos juntos. Lo tercero a lo que quiero hacer mención, para que vean que esto no es una perorata contra los hombres, es contarles una anécdota: uno de estos días, mientras desayunaba y oía la radio, una tertuliana de cuyo nombre no quiero acordarme, dijo: "A lo mejor a Jenni le molestó el beso porque es homosexual". ¿Qué tendrá que ver la orientación sexual con el derecho a que alguien, mujer, hombre o extraterrestre, invada tu espacio personal y tu intimidad sin tu consentimiento? Sigo sin hallar una respuesta, ahí se los dejo para que reflexionemos juntos. Y ya en cuarto lugar, está el tema Rubiales, su narcisismo y su distorsión de la realidad. Gracias a los que hayan leído hasta aquí, entiendo que estamos en el mismo lado, en el lado de la verdad. En el de los hechos comprobables, captados por miles de cámaras, en el que no se ve a Hermoso aupar al presidente ni atraerlo contra su cuerpo. En cambio, sí se ve a Rubiales estrecharla entre sus brazos, agarrarle la cabeza, impidiéndole cualquier margen de movimiento, y estamparle un beso en la boca. Un beso, no le restemos importancia con lo de "un piquito", que ya peinamos canas. Y si el señor Rubiales considera que esa es una actitud tan normal que lo haría hasta con sus hijas, por favor, que también se pronuncie servicios sociales. Asimismo, podemos comprobar un vídeo en el que se escucha a la jugadora decir: "No me ha gustado, eh. Pero ¿qué hago yo? Mírame a mí". ¿Cuántas veces, mujeres que me estén leyendo, han sentido que un superior ha vulnerado tu intimidad, pero se sentían inferiores y sin derecho a recriminar esa actitud? Yo también lo he vivido, se llama patriarcado y abuso de poder. Si con todas las pruebas visuales y audibles con las que contamos, a Rubiales se le pone un micrófono para que mienta, culpe a la verdadera víctima y sea aplaudido por un montón de hombres, significa que esta sociedad está enferma y tiene metástasis. Es curioso que muchos de esos palmeros ahora estén criticando la actitud del presidente. ¿Se han dado cuenta de su error? ¡No!, solo quieren salvar su pellejo. El mal sigue extendiéndose. Lo más que me duele de toda esta historia es que el gran triunfo de nuestra selección femenina se está viendo ensombrecido, nuevamente, por la lacra machista. No perdamos de vista, por favor, que estas jugadoras son campeonas del mundo.