Opinión | CARA A CARA SÁNCHEZ - FEIJÓO

Feijóo da un paso sustancial ante el 23J

Es pronto para un vaticinio final, pero no parece que Sánchez haya conseguido la prórroga que buscaba

Debate Cara a Cara en la campaña de las elecciones del 23 J entre Pedro Sánchez, PSOE, y Alberto Núñez Feijóo, PP.

Debate Cara a Cara en la campaña de las elecciones del 23 J entre Pedro Sánchez, PSOE, y Alberto Núñez Feijóo, PP. / JOSÉ LUIS ROCA

Millones de personas se dieron cita anoche, ante el televisor, para seguir el cara a cara que mantuvieron el líder del PSOE, Pedro Sánchez, y el del PP, Alberto Núñez Feijóo. En consecuencia, lo primero que conviene es celebrar un debate de estas características, en un país donde el interés por la política y la credibilidad de los políticos no pasan por sus mejores momentos. Todo ello a pesar del carácter embarrado que tuvo el debate en muchos momentos. Al ser a una sola vuelta, los dos candidatos se jugaban mucho. Mientras Feijóo tenía como objetivo consolidar la ventaja que le otorgan las encuestas, Sánchez tenía el reto de aprovechar el debate para conseguir movilizar a los suyos y cortar el traspaso de votos hacia la derecha que padece el PSOE. Al término de la confrontación, conviene plantearse varias preguntas, no solo una. ¿Quién ganó el debate en términos de argumentación? ¿Quién ofreció mejor la imagen del gobernante a la que aspiran sus votantes potenciales? Finalmente, ¿hasta qué punto la victoria de uno u otro de los candidatos puede modificar la tendencia de unas encuestas?

La primera pregunta será objeto de encuestas de urgencia y tertulias protagonizadas no solo por expertos, sino también por miles de ciudadanos. Feijóo advirtió, hace unos días, de que los platós no son su fuerte. Sin embargo, sorprendió a Sánchez en el terreno en el que este se suponía más seguro, el de la economía, que ocupó la primera media hora. Con datos que no siempre eran contrastables, pero que fueron utilizados con contundencia y habilidad. Con ello consiguió colocar a Sánchez a la defensiva. La limitación en el tiempo no permitió aclarar los datos aportados por los candidatos. Aquello que hoy llamamos fact-checking. En ese sentido, nos parece que lo lógico hubiera sido que los dos candidatos tuvieran una segunda oportunidad. 

La pregunta que para muchos votantes es tan importante o más que la primera es quién ganó en imagen, en actitud. Quién ofrece más garantías a unos ciudadanos preocupados. Puede parecer superfluo preocuparse por el tono o la mirada de los candidatos, pero son factores que influyen en los votantes, para confirmar percepciones o modificarlas. En ese sentido, la actitud adoptada por Feijóo durante el debate desarboló a Sánchez en más de una ocasión. Expuso sus argumentos con dureza, y sin miramientos por la hemeroteca, pero dejó de lado aquellas actitudes que pueden confundirle con el talante de la extrema derecha. La imagen de un Feijóo manejando fichas frente a un Sánchez con una libreta de anillas quedará para la historia.   

En 1993, un célebre debate le permitió a Felipe González modificar el signo de las encuestas que eran favorables a José María Aznar. No parece que Sánchez lo consiguiera anoche y no tendrá otra oportunidad. Su reto era movilizar a los suyos, con el argumento de que Feijóo no podrá gobernar sin el apoyo de Vox. Sin embargo, el líder del PP se limitó a salir airoso de estas acusaciones, buscando una simetría con los pactos de Sánchez con independentistas vascos y catalanes. Un argumento de mucho peso para la opinión pública española. Quedan doce días para las elecciones y es pronto para un vaticinio final, pero no parece que Sánchez haya conseguido la prórroga que podía suponerle el debate.