ALIMENTACIÓN
Duda resuelta: ¿debemos lavar la lechuga envasada antes de comerla?
Lo que debes hacer con la lechuga que tienes en la nevera si ves que tiene esto
H.G.
Hay pregunta que muchos consumidores se hacen cuando compran una lechuga envasada, un tipo tipo de verduras de hoja verde que son muy prácticas y cómodas para preparar ensaladas rápidas y saludables: ¿hay que lavarla antes de comerla? Sin embargo, pueden estar expuestos a contaminación por microorganismos o residuos químicos y por ello también puede haber dudas sobre la higiene y la seguridad de estos productos.
La lechuga envasada es aquella que se vende ya cortada, lavada y lista para consumir en bolsas o envases de plástico. Estas bolsas suelen contener una mezcla de gases inertes, sin oxígeno, que alargan la vida útil del producto y evitan el crecimiento de microbios. Además, las lechugas envasadas suelen haber sido sometidas a un lavado previo con pequeñas dosis de algún desinfectante, como cloro o peróxido de hidrógeno, para eliminar la mayor parte de la contaminación.
¿Qué riesgos tiene la lechuga envasada?
A pesar de estos procesos de higienización, la lechuga envasada no está exenta de riesgos. Esto se debe a que pueden estar contaminadas por bacterias como salmonela, listeria o E. coli, que pueden causar enfermedades de transmisión alimentaria, como diarrea, vómitos, fiebre o incluso complicaciones más graves.
Estas bacterias pueden proceder del suelo, del agua, del abono, de los animales o de los manipuladores del producto. Aunque el lavado previo elimina la mayor parte de la contaminación, a veces puede quedar algún resto o puede producirse una nueva contaminación durante el transporte, el almacenamiento o el consumo. Por otro lado, el riesgo de ingerir sustancias químicas tóxicas, como pesticidas o metales pesados, es mínimo o casi inexistente.
Entonces, ¿hay que lavar la lechuga envasada?
La forma más segura de consumir la lechuga envasada es seguir las indicaciones del envase. Si dice que está lavada o lista para comer, no hace falta volver a lavarla. De hecho, los expertos en salud no recomiendan lavar las lechugas envasadas , ya que puede aumentar el riesgo de contaminación cruzada con otros alimentos o utensilios. Además, el agua del grifo puede contener microorganismos o sustancias químicas que pueden afectar al producto.
Lo que sí hay que hacer es conservar la lechuga envasada en el frigorífico y consumirla antes de la fecha de caducidad. También hay que evitar dejarla a temperatura ambiente durante mucho tiempo o abrir el envase con mucha antelación al consumo. Así se evita que los microbios puedan proliferar o que el producto pierda calidad.
En caso de comprar lechugas sin envasar ni lavar, sí hay que desinfectarlas antes de consumirlas. Para ello, se recomienda ponerlas a remojo unos minutos con unas gotas de lejía apta para uso alimentario y luego enjuagarlas bien para eliminar los residuos. También se puede usar vinagre o bicarbonato como alternativas naturales.
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