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¿Gimnasios a reventar? Cuatro alternativas para cumplir con tu propósito de hacer ejercicio

No, no eres la única persona que se plantea cada enero la meta de "hacer más ejercicio este año"

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J.M.C.

Llega el nuevo año y los planteamientos de hacer un cambio en nuestra vida se multiplican. Metas que nos proponemos con ilusión cada enero y que acabamos desechando (en muchas ocasiones) antes de siquiera empezar. Uno de los clásicos propósitos de cada año es el de "apuntarse a un gimnasio", aunque podemos sustituirlo por "hacer más ejercicio" o, a veces, se simplifica en un "perder esos kilitos de más que he cogido en las comidas navideñas". Los locales deportivos bien lo saben: en el primer mes del año es el momento en el que reciben más altas y cuando más difícil es entrenar tranquilamente en los mismos.

¿Qué podemos hacer si nuestro gym está a reventar y nos cuesta horrores encontrar hueco entre máquinas o espacio en los carriles de la piscina? Aquí dejamos una serie de alternativas, algunas incluso gratuitas, para superar la cuesta de enero a base de ejercicio. Al menos hasta que llegue febrero y los gimnasios (previsiblemente) se vacíen de nuevo. Elegir la mejor para ti dependerá de tus preferencias personales y metas de acondicionamiento físico. Lo más importante es encontrar una actividad que te guste y te mantenga motivado para continuar haciendo ejercicio de manera regular.

Tu casa es el gimnasio

No tienes por qué salir del hogar. Un pequeño espacio en el salón a veces es suficiente para ejercitarte de manera adecuada y cumplir con tu propósito de año nuevo. Internet nos ayuda si estamos perdidos al comenzar: completos programas de entrenamiento, adecuadas a nuestro nivel, son fácilmente localizables a golpe de click. Para aquellos que no quieran bucear entre cientos de páginas web, quizá los más sencillo es buscar aplicaciones móviles (algunas pueden ser de pago) o en vídeos de Youtube, donde hay muchos canales dedicados a esto, como el de Patry Jordan o el de Fausto Murillo.

Fácil, sencillo y, más importante, gratuito. En principio, no tendríamos por qué hacer ningún desembolso inicial, más allá de la ropa de ejercicio. Si queremos subir un nivel, podemos complementar los básicos entrenamientos de saltos, abdominales o flexiones con equipos de pequeñas mancuernas, cintas de estiramientos o una esterilla para no resbalar y no llenar el suelo de sudor.

Si tenemos la capacidad, tanto de espacio en casa como de dinero, podemos darle más juego a nuestros entrenamientos: barras de pesas para los que les guste levantar carga, cintas de correr para los que no les guste salir a la calle o bicicletas estáticas para los que sean más de pedalear (otra muy buena opción es la elíptica, con la que se ejercitan las distintas extremidades, además de hacer cardio). ¿El problema? Que si luego no le damos continuidad, acabaremos con un gran trasto por casa, así que solo debemos adquirir estas máquinas si estamos seguros de que vamos a utilizarlas.

La falta de motivación es el principal enemigo a superar. Al no pagar por ir al gimnasio, no existe esa presión por desperdiciar el dinero. la pereza puede invadirnos y la rutina atraparnos, consiguiendo que dejemos de lado nuestro propósito de hacer ejercicio. La constancia es vital en el caso de que decidamos hacer de nuestra casa un lugar de entrenamiento.

Ejercicio al aire libre

Si te aburre estar encerrado entre cuatro paredes, mucho más si es tu casa en la que pasas gran parte del día, esta es tu opción. Salir a correr, andar en bicicleta, hacer senderismo o dar un paseo son excelentes maneras de hacer ejercicio al aire libre. Al contrario de lo que piensa mucha gente, estas actividades no tienen por qué ser monótonas: cambia de espacio, elige otra ruta y disfruta de la naturaleza.

En su contra, las inclemencias climatológicas pueden ser un problema. La lluvia o el frío nos pueden echar para atrás a la hora de entrenar en el exterior, mucho más si no tenemos a nadie con quien ejercitarnos que nos anime a hacerlo. Si logramos superar la pereza, es una gran forma de evitar la frustración de estar enlatado en un gimnasio y una opción cada vez más popular desde la pandemia.

Deportes en compañía

Si eres un apasionado de algún deporte, practícalo. Fútbol, baloncesto, pádel... Reservar los espacios podría tener un coste, pero es una estupenda manera de entrenar. Ejercitarte en compañía suele ser más divertido que hacerlo de forma individual. Y los piques con los compañeros hacen que sea más motivante. Pero cuidado con forzar o intentar demostrar más de lo que llegamos, pues podrías acabar lesionado.

¿Eres nuevo en tu ciudad y no conoces a nadie? ¿Crees que no tienes suficiente gente con la que jugar? No te preocupes, internet también nos ayuda a eso. En los últimos años se han desarrollado numerosas aplicaciones móvil con las que encontrar compañeros y rivales. Prueba las que más te convenzan y no podrás utilizar esa excusa de nuevo.

Entrenador personal

¿Quieres un entrenamiento más personalizado? ¿Necesitas más motivación para coger el hábito? Si no tienes problemas con gastarte el dinero del gimnasio (e incluso más), puedes considerar el contratar a un entrenador personal que te ayude a alcanzar tus metas de acondicionamiento físico.

El precio y los horarios, como en el caso de los gimnasios, pueden ser los mayores impedimentos a la hora de probarlo. Aunque al menos de esta forma te aseguras que vas a tener atención personalizada y te obligarás a cumplir con tu propósito... al menos mientras pagues.