El truco que no falla para limpiar los rieles de las ventanas

Cuando llega el momento de limpiar las ventanas, todo el mundo se echa las manos a la cabeza: es uno de los quehaceres más complicados, ya que no es fácil limpiarlas por ambos lados, dejarlas sin restregones y, además, limpiar los rieles. Pero por mucho que nos cueste, tener las ventanas limpias es algo que hay que hacer sí o sí.

¿Cada cuánto se deben limpiar las ventanas?

La limpieza de las ventanas es una de las tareas domésticas que más dudas generan. En primer lugar, muchas personas se preguntan cada cuánto debería hacerse el mantenimiento.

A diferencia de lo que muchos puedan pensar, las ventanas no solo hay que limpiarlas: también necesitan ser lubricadas y revisadas en su estructura de tornillos y pernos.

Según los expertos, este proceso completo (limpiar, lubricar y revisar los tornillos) debería hacerse como mínimo una vez cada tres o cuatro meses en la mayoría de sitios y una vez cada mes en zonas costeras o que se encuentren pegadas a carreteras o zonas polvorientas.

El truco para limpiar los rieles de la ventana

Limpiar los rieles de la ventana es una técnica que debe pasar por dos fases: la primera, sacar toda la suciedad acumulada (polvo, restos de hojas y suciedad) que se acumula en ellos y, por otro, limpiar en profundidad.

Para la primera fase es conveniente utilizar una aspiradora: al pasarla por el riel absorberemos todos los restos que, si no se arrastran adecuadamente, podrían acabar en el interior de la casa. En caso de no tener el electrodoméstico, podemos utilizar un plumero o un cepillo.

Después, una vez despejada, utilizaremos una mezcla con dos ingredientes presentes en todos los hogares: bicarbonato y vinagre. Lo primero que tendremos que hacer será llenar el riel de bicarbonato de sodio (con abundancia) y después rociar con bicarbonato.

Finalmente, hay que retirar la mezcla con papel de cocina absorbente y volver a repasar con un poco de limpiacristales para eliminar el olor.

Cómo quitar el polvo

Quitar el polvo de los rincones menos accesibles de la casa es una de las tareas más complicadas del hogar. Los raíles de las ventanas son uno de esos lugares en los que la suciedad y las motas de polvo más se acumulan y de manera menos visible. La poca distancia que separa un raíl del otro hace mucho más complicado para cualquier método de limpieza llegar a todos sus rincones hasta eliminar todo el polvo acumulado.

Lejos de buscar productos o aparatos que se encarguen de absorber los restos de polvo al fondo de los estrechos raíles, hay una solución al alcance de todas las casas: tan solo se necesita un secador de pelo. Basta con desenroscar la parte de atrás del secador para poner una bolsa de plástico y volver a enroscarla para atrapar esas motas que se resisten en el fondo del carril.

Una vez eliminadas las motas de los raíles, será mucho más fácil limpiarlas. Existe un método casero muy popular para el que tan solo se necesitan dos productos muy utilizados en la limpieza: el bicarbonato y el vinagre blanco. Ambos productos mezclados y aplicados sobre los raíles provocarán una reacción efervescente que levantará la suciedad y hará mucho más sencilla su eliminación.

Los productos de limpieza hoy en día están al alcance de casi cualquier persona. De hecho, en nuestra sección de Vida y Estilo te contamos en muchas ocasiones productos que están a buen precio y que puedes conseguir en tu supermercado de confianza. Se trata de elementos que te van a hacer la vida más fácil.

A la hora de limpiar tampoco conviene agobiarse con la necesidad de hacerlo todo en un mismo día. De hecho, muchos cogen malas costumbres en las tareas del hogar por la “manía” de dejarlo todo para un solo día. Los expertos en este tipo de labores aseguran que es mejor repartirlas entre varios días de la semana para hacer más llevaderas las tareas. No pasa nada por perder una hora al día si a final de mes eso hace que el trabajo sea más asequible.