MUNDIAL DE QATAR

Sardar Azmoun, un 'rebelde' al que Irán pide más compromiso: "La mayoría prefiere que la selección pierda todo"

El jugador del Bayer Leverkusen es la estrella del combinado iraní que entrena Carlos Queiroz, quien dudó en convocarle por su posicionamiento en las protestas

Participó en el triunfo frente a Gales (0-2), sobreponiéndose a las molestias, e intentará liderar a su equipo ante EEUU en la lucha por clasificarse para octavos

El jugador iraní Sardar Azmoun, durante un entrenamiento en Qatar.

El jugador iraní Sardar Azmoun, durante un entrenamiento en Qatar. / FADEL SENNA / AFP

Denís Iglesias

Denís Iglesias

La situación de la selección de Irán es confusa y crítica en este Mundial. Las crónicas y comentarios desde el Estadio Internacional Jalifa, como los enviados por Sergio R. Viñas, enviado especial de EL PERIÓDICO DE ESPAÑA en Qatar, dan fe de ello. Los jugadores del combinado que dirige Carlos Queiroz perdieron 6-2 frente a Inglaterra en su debut, pero el resultado fue lo de menos. El momento cumbre iba a ser la interpretación del himno. Numerosas voces pidieron a los futbolistas que no lo cantaran. Y así fue. La respuesta, en la grada, fue desde abucheos hasta víctores.

¿Reprendían los aficionados al 'Equipo Melli' (apodo que significa 'el equipo nacional') por callarse? ¿Les aplaudían por posicionarse? ¿Silbaba la grada el himno? Nadie lo tuvo claro con las versiones cruzadas que se difundieron, pero el capitán de Irán, Ehsan Hajsafi, intentó poner luz a un asunto complejo: "Las condiciones de nuestro país no son las adecuadas, nuestra gente no es feliz. Estamos aquí, pero eso no significa que no debamos ser su voz". Sin embargo, contra Gales, la plantilla sí entonó la letra de la melodía nacional, respondida con llantos y ovaciones. Un caos emocional que terminó con un triunfo histórico (0-2).

Lo único evidente es que Irán es un país fracturado desde el asesinato de Mahsa Amini por la 'policía de la moral' del régimen iraní. Solo hacía falta mirar al sector de los seguidores del estado persa. De un lado, carteles pidiendo "libertad", de otro, bufandas con el nombre oficial de República Islámica de Irán.

EL 'MESSI IRANÍ'

En medio, un grupo de 26 hombres a los que se les pide algo más que jugar en el campo. Se les exige pasar a la ofensiva fuera de él. En especial, a los más destacados como Sardar Azmoun, jugador del Leverkusen, apodado 'el Messi iraní', y cuya convocatoria para este Mundial fue motivo de debate nacional. En el segundo partido contra Gales dio una lección de compromiso, resistiendo en el campo a pesar de sus continuados problemas físicos.

Es el jugador más destacado del combinado asiático, junto con Mehdi Taremi (Oporto). Azmoun llegó a poner un mensaje en Instagram, donde tiene cinco millones de seguidores, para denunciar la represión del régimen a las protestas: "Esto no podrá ser borrado de nuestra mente. Debería daros vergüenza. Han dejado un dolor en el corazón de la nación que la historia no olvidará jamás". La publicación desapareció y la cuenta quedó bloqueada durante un tiempo.

Su posicionamiento fue elogiado en Alemania, donde compite. "Es un inmenso modelo. Ahora nos toca a nosotros acogerlo y acompañarlo en esta situación difícil", llegó a decir Gerardo Seoane, entrenador del Bayer Leverkusen. El caso ganó tanta repercusión que se expandió el rumor de su no convocatoria para Qatar, donde no debutó contra Inglaterra por lesión, algo que sí hizo frente a Gales, donde sus problemas físicos le impidieron ser aún más contundente. Con todo, estrelló un balón en el palo y fue un total incordio para la zaga galesa.

Queiroz llegó a anular la rueda de prensa del anuncio de la lista, pero el delantero rebelde estuvo finalmente presente.El exentrenador del Real Madrid no se ha escondido ante las críticas. En una comparecencia previa, un periodista inglés le preguntó que se sentía al dirigir a un equipo de una nación que viola los derechos humanos. "Deberías también pensar lo que pasa con los inmigrantes en Inglaterra", le respondió. Acto seguido se fue.

"Queiroz se había caracterizado en su anterior etapa (estuvo al mando entre 2011 y 2019) por ser un entrenador desobediente. Sin embargo, se ha alineado con sus superiores. En esa comparecencia mintió descaradamente sobre el derecho a protestar de los jugadores y se negó a responder preguntas sobre la represión de las mujeres", cuenta a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA Ali Eshqabadi, periodista deportivo iraní que residente en Reino Unido.

Sobre el rol deportivo de Azmoun, que igualmente fue recibido en el Estadio Internacional Jalifa con una confusa mezcla de vítores y abucheos, Eshqabadi dice que "por su calidad técnica, es un jugador crucial para Irán, aunque no se ha asentado en el Leverkusen y regresa de lesión, por lo que no está en forma en este Mundial". En el terreno social, a pesar de su posicionamiento con aquel efímero mensaje, "su papel en la crisis actual no ha sido tan distinto de otros jugadores".

RESPETAR A LA SELECCIÓN

Para el redactor, el 'Equipo Melli' no ha mostrado el compromiso que se espera. "En las jornadas previas a Qatar, varios gestos resultado decepcionantes. Antes de viajar, ¡incluso hicieron una reverencia al presidente (Ebrahim Raisi)! En las sesiones de fotos de la FIFA se comportaron de modo repugnante, con risas y abrazos", critica Eshqabadi. La línea a seguir por parte de los futbolistas es la de crear un grupo fuerte interno para resistir a todas las presiones.

"Alireza Jahanbakhsh, jugador del Feyenoord y segundo capitán, dijo que 'debemos respetar a la selección, pase lo que pase' o que 'estamos aquí para cumplir con nuestro deber, que es jugar'. Este conjunto de acciones ha desatado la furia de la gente hasta el punto de que la mayoría de iranís, independientemente de su interés por el fútbol, esperan que la selección nacional pierda sus tres partidos", asegura el periodista deportivo.

Irán siguió con vida en el grupo B tras vencer a Gales y se jugará los octavos frente EEUU el martes 29 (20:00) en un partido que, ya de por sí tiene connotaciones políticas, acrecentadas con la situación actual, en la que parte del país pide a su selección seguir el ejemplo de otros exfutbolistas. Como Ali Karimi, exjugador del Bayern que ha estado publicando constantemente contenido sobre las protestas: "Vive fuera de Irán y ha sido amenazado por diferentes funcionarios a causa de sus actividades".

O Ali Daei, el máximo goleador histórico de la selección persa, "quien ha mostrado su apoyo al pueblo y recientemente se negó a participar en la ceremonia inaugural de la Copa del Mundo como muestra de su solidaridad con sus compatriotas", cita Ali. Mientras que a nivel grupal la manifestación más potente corrió a cargo del equipo nacional de fútbol playa, que llevó a cabo varias celebraciones reivindicativas, como la de Saeed Piramun, quien hizo el gesto de cortarse el pelo tras un gol en Brasil. Una clara alusión al motivo por el que Mahsa Amini fue asesinada, al llevar, según las autoridades del régimen, mal colocado el velo.

Todavía más allá fue Parviz Boroumand, quien fuera portero de Irán en el Mundial de 1998: "Dio paso significativo al salir a la calle. Fue arrestado y todavía está bajo custodia". Por su parte, los jugadores del Esteghlal no celebraron la Supercopa de Irán y "ha habido un gran esfuerzo en niveles menos mediáticos, con conmemoraciones simbólicas en divisiones inferiores o en la liga de futsal", enumera Ali Eshqabadi y suma más muestras fuera del fútbol.

RESPETAR A LA SELECCIÓN

Como la de la escaladora Elnaz Rekani, "quien compitió en Corea del Sur sin velo, obligatorio en Irán, reivindicación después de la que se vio obligada a hacer una entrevista farsa en la que dio excusas sin sentido por lo que había hecho". Parmisa Ghasemi, del equipo nacional de tiro con arco, se quitó el velo durante una entrega de premios en Teherán "y un equipo de baloncesto femenino juvenil subió una foto de grupo en la que todas las jugadoras aparecían sin el hiyab".

Con esta galería de muestras, armadas desde todos los niveles y algunas desde dentro del propio país, la sociedad iraní ve tibieza en el posicionamiento de la selección de fútbol en un torneo que concentra todas las miradas. Un escaparate global que está siendo filtrado por sus protagonistas, la FIFA y el anfitrión, como demuestra la cuestión del brazalete LGTB.

"La gente no está tratando de modo diferente a Azmoun. Muestran su furia contra todos. La responsabilidad de estas celebridades, con millones de seguidores, es demasiado alta. Claramente, ellos han decidido ponerse del lado del poder y en contra del pueblo", denuncia Ali Eshqabadi, para quien ni la estrella ni sus compañeros del 'Equipo Melli' "están a la altura de una situación indescriptible que ha provocado ya la muerte de 400 personas inocentes, de las que más de 50 son niños. ¡Casi un pequeño al día ha perdido la vida desde el inicio de la crisis! ¡Es horripilante!".