Así sufren 2.500 alcalaínos la guerra de Ucrania desde Alcalá de Henares

Este sábado, 24 de febrero de 2024, se han cumplido dos años de la invasión masiva de Rusia a Ucrania. Sin embargo, este conflicto lleva en activo una década, ya que en marzo de 2014. Putin firmó el acuerdo interestatal en el que consideraba a Crimea parte de Rusia.

En estos últimos 24 meses se han vivido momentos muy tensos después de que el ejercito ruso invadiera con una asombrosa facilidad parte del este de Ucrania.

Como en todas las guerras la población civil es la más afectada y en esta ocasión no iba a ser menos. Más de 6 millones de personas han tenido que abandonar Ucrania, de los cuales 2.500 llegaron a Alcalá de Henares gracias a la Asociación de Ucranianos de la ciudad cervantina.

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Andriy Modrytskyy es el presidente de esta asociación desde 2014 y gracias a él, todas estas personas han podido recibir ayudas en su llegada a España. Andriy, original de Drogóbich, lleva 23 años en la ciudad alcalaína y desde la distancia siente muy de cerca el conflicto.

“Creo que la guerra será larga, llevamos 10 años y es solo el principio”, explica a este diario. Su papel ha sido fundamental para que los 2.500 ucranianos tuvieran comida todas las semanas, aprendiesen español o pudieran escolarizar a los más pequeños.

Envíos de ayuda a Ucrania

La Asociación de Ucranianos de Alcalá de Henares en estos dos últimos años ha mandado más de 70 toneladas de ayuda a sus compatriotas tanto en el frente de la batalla como a los afectados por la guerra. Esto ha sido posible gracias a su local en el centro Sociocultural Zulema, donde los vecinos de Alcalá se volcaron con la causa desde el primer el día aportando toda la ayuda posible.

Además de esta ayuda, han mandado un total de 19 coches y 1 ambulancia a Ucrania para ayudar a los soldados. Esta veintena de vehículos ha sido financiada a base de torneos deportivos solidarios y a la participación de Roman Zozulya, jugador del Rayo Majadahonda, y de Andriy Lunin, actual portero titular del Real Madrid.

Una guerra que porgresivamente se va olvidando

Ya se vivió en 2015 después de la anexión de Crimea por parte de Rusia, los medios de comunicación dejaron de lado un conflicto que, a pesar de no llenar los titulares, seguía en activo. Hoy en día este conflicto está estancado en una guerra de trincheras donde conseguir territorio enemigo se paga muy caro.

Todas las fortificaciones que el ejercito ruso ha ido construyendo a medida que ha ido avanzando en el territorio, son muy complicadas de destruir por parte del ejercito ucraniano.

El territorio que Rusia ha ido ganando lo ha llenado de minas explosivas, lo que aumenta la dificultad para las tropas ucranianas. Un ejército que se está empezando a quedar sin recursos armamentísticos por la antigüedad de sus armas o por la paralización de ayudas por parte de la Unión Europea y de Estados Unidos.

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Un ejército desesperado

“Mi primo y mis dos sobrinos están en el frente de combate y están desesperados” declara Andriy a La Crónica de Alcalá. Los soldados llegan a estar hasta 9 días seguidos en las trincheras día y noche con los cinco sentidos alerta, una situación que mentalmente genera un desgaste irreparable.

Andriy no descarta una vuelta a su querida Ucrania junto con los voluntarios que le ayudan en la fundación.

El ejercito ruso tiene un gran número de soldados, tanto en el frente de combate como en reserva y el presidente de la Asociación de Ucranianos de Alcalá de Henares no se quiere quedar de brazos cruzados. Quiere ayudar en lo máximo posible para defender su país.