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Mejorar el planeta, la salud y el trato a los animales: ¿es el veganismo bueno para todos?

Ed Winters, activista por los derechos de los animales, 'youtuber', conferenciante y escritor reflexiona sobre los motivos para cambiar de estilo de vida en el libro 'Esto es propaganda vegana'

"Cambiar de hábitos es una de las cosas más difíciles  la comida no es sólo contar calorías y nutrición"

"Cambiar de hábitos es una de las cosas más difíciles la comida no es sólo contar calorías y nutrición" / Freepik

Ángeles Castellano

Ángeles Castellano

"A veces vemos el veganismo como un sacrificio, porque creemos que sacrificaremos algunos sabores, pero el sabor de muchos de los productos con origen animal que comemos viene de las plantas con las que los aderezamos. La manera en la que pensamos en los alimentos de origen vegetal debería cambiar". Ed Winters (Londres, Reino Unido, 1994) es activista por los derechos de los animales, youtuber, conferenciante y autor del libro Esto es propaganda vegana, publicado en España por Capitán Swing.

Cansado de escuchar que reducir el consumo de productos de origen animal es "propaganda vegana" decidió escribir un libro con este mismo título en el que, además de argumentar por qué ser vegano es no solamente una cuestión ética, también explica por qué es mejor para la salud y para luchar contra el Cambio Climático, además de añadir una gran cantidad de información acerca de las malas prácticas generalizadas en la industria cárnica. "Siempre espero que el contenido que hago sea accesible para personas que no tienen una visión tan favorable del veganismo", explica en una entrevista por videollamada con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA.

Aunque en España el porcentaje de población vegana o vegetariana sigue siendo muy bajo en comparación con los países de su entorno -el 2,4% de la población adulta de acuerdo a linforme The Green Revolution 2023 de la consultora Latern-, la tendencia mundial sigue apuntando hacia un menor consumo de productos de origen animal para los próximos años. Así lo recoge, entre otros, el informe Food Report 2024 de la investigadora austríaca Hanni Rützler, deciada a las tendencias en alimentación en Europa desde hace más de 25 años en el instituto de investigación Food Studio. La inflación, las crisis de suministros, el cambio climático y la necesidad de sostenibilidad son algunas de las razones que apuntan hacia esta tendencia en este informe anual que el año que viene cumplirá una década. La predicción es que las alternativas veganas a ciertos platos tradicionales se convertirán en algo estándar de manera generalizada.

El autor de Esto es propaganda vegana cofundó la organización por los derechos de los animales Surge en Reino Unido en 2016, el mismo año que abrió su canal en Youtube para subir entrevistas callejeras sobre la ética de comer animales. Winters, conocido en redes sociales como Earthling Ed, explica cómo los veganos son constantemente atacados con argumentos violentos y tienen que defender su postura constantemente, pese a que lo que sostienen es un trato ético a los animales. "Creo que el problema es que convencer a la gente de hacerse vegana no depende de los argumentos racionales, porque nuestra relación con la comida es emocional, operamos desde un lugar de comodidad y costumbre", dice. "Cambiar de hábitos es una de las cosas más difíciles y la comida no es sólo contar calorías y nutrición, tiene que ver con qué nos identificamos, con algo que compartimos con amigos y familiares, con celebrar las festividades... Por eso creo que es un tema de conversación tan complicado y la gente se vuelve muy agresiva, porque supongo que hay unas barreras sociales y psicológicas".

Malas prácticas de la industria

Winters explica en su libro las técnicas que se utilizan en la industria de la alimentación, que compara con otras que han utilizado sistemáticamente las mismas malas prácticas, como las petroleras o la industria del tabaco. Lo expone con cifras, pero también con descripciones acerca de los procedimientos -acreditados- que utilizan y que malatratan sistemáticamente a los animales que son transformados en alimentos, a pesar de que la legislación vigente europea -el Tratado de Lisboa, de 2009- reconoce a los animales como seres sensibles y, por lo tanto, con capacidad de sentir experiencias subjetivas como el dolor, la alegría, la felicidad o incluso la empatía. "La UE y sus Estados miembros tienen la responsabilidad ética de evitar los malos tratos, el dolor y el sufrimiento", recoge el Tratado.

Las noticias acerca de las malas prácticas de la industria cárnica son constantes. Winters plantea que, pese a que somos capaces de entender que hay que cuidar a los animales que conviven en los hogares y tratarlos con ética, se niega sistemáticamente estas mismas condiciones a los animales que son consumidos como alimentos. "Creo que el hecho de que sea más fácil animar a un niño a ver que no hay diferencia entre las especies de animales enseña cuán arraigadas están estas nociones dentro de la población adulta", reflexiona. "Esa forma tan lógica de ver a los animales está completamente perdida para nosotros. Pensamos que el veganismo es una posición extremista y extraña cuando en realidad es la opinión coherente de que los animales deben ser tratados con compasión y respeto y que debemos tratar de reducir el sufrimiento y la crueldad animal tanto como podamos".

Ed Winters, activista, youtuber, conferenciante y escritor, autor de 'Esto es propaganda vegana' (Ed. Capitán Swing, 2023)

Ed Winters, activista, youtuber, conferenciante y escritor, autor de 'Esto es propaganda vegana' (Ed. Capitán Swing, 2023) / CEDIDA

Las cifras que aporta Winters en su libro son definitivas: la necesidad de reducir el consumo de productos de origen animal también es una cuestión de salud pública -para reducir pandemias provocadas por enfermedades infecciosas de origen animal como la gripe aviar o el reciente coronavirus, pero también por la resistencia a los antibióticosque se está produciendo en humanos por el exceso de su uso en la ganadería- y de lucha contra el cambio climático -deforestación, emisiones de gases nocivos a la atmósfera, etc-. "El sector pecuario emerge como uno de los dos o tres responsables más significativos de los mayores problemas medioambientales a escala local y mundial". Lo decía la ONU en 2006 y tan sólo cuatro después, recuerda Winters en Esto es propaganda vegana, la misma organización alertó de la "necesidad imperiosa de un cambio global hacia una dieta vegana para combatir el hambre en el mundo, la pobreza energética y las repercusiones más graves del cambio climático" en La larga sombra del ganado: problemas ambientales y opciones, informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).

Winters apunta, además, cómo la Unión Europea con su Política Agraria Común subvenciona la súperproducción de lácteos, por ejemplo, una industria que, si se dejase en manos del mercado sería insostenible por no haber tanta demanda como oferta. "Lo que estás leyendo es el resultado de seis años de investigación, lecturas y conversaciones", defiende Winters en el libro sobre los datos que incluye en él.

Primeros pasos

Cambiar de estilo de vida, como explica Winters, puede ser abrumador para alguien en cuya dieta están presentes a diario los productos de origen animal. "Mi consejo es que hay que simplificarlo todo lo posible, porque la mayoría de los alimentos que comemos ya son plantas. En realidad podemos seguir comiendo pastas y curry y arroz salteado y todos los diferentes platos que normalmente disfrutamos simplemente haciendo un par de cambios simples". Y reflexiona: "Es muy enriquecedor pensar que algo tan simple puede tener un impacto tan profundamente positivo de tantas maneras diferentes".

Ahora, Winters prepara la publicación de su siguiente libro, How to argue with a meat eater (and win every time) en Reino Unido (Cómo discutir con un consumidor de carne -y ganar todas las veces-). Además, continúa su trabajo en Surge, que desde 2020 cuenta además con un refugio de animales rescatados en Inglaterra que, pese a que no se puede visitar como si fuese un zoo, sí admite grupos que solicitan poder conocerlo a través de su perfil de Instagram o a través de la organización. "Creo que lo que a la gente le gusta de los santuarios es que les proporciona una forma realmente esperanzadora, inspiradora y positiva de hablar sobre los animales", explica sobre las visitas. "A veces cuando hablamos de lo que les sucede a los animales, como obviamente hago en el libro, se menciona la violencia que ocurre y puede ser bastante agotador. Encontrarte con estos animales que vuelven a ser felices puede ser muy inspirador".