LA VIDA CONTIGO

"Obligar a un alumno a repetir curso es una medida nefasta que no sirve"

El sociólogo educativo Daniel Gabaldón sostiene que la repetición escolar "desvincula al estudiante del grupo, lo estigmatiza, lo desmotiva y provoca que los profesores tengan menos interés en él"

Un momento en clase.

Un momento en clase. / Unsplash

Se ha extendido la idea de que con la nueva ley educativa del Gobierno todo el mundo va a pasar de curso. Y dejando de lado que esto no es así, tampoco sería una mala señal. En Suecia y en Finlandia casi nadie repite, y están considerados los mejores sistemas de enseñanza públicos. Obligar a un alumno o alumna a repetir curso es, en la mayoría de casos, algo malo para él.

Y no solo malo. "Nefasto". Así lo califica el sociólogo educativo Daniel Gabaldón, experto en este tema. "Obligar a un estudiante a repetir curso es nefasto porque lo desvinculas de su grupo, lo desmotiva mucho, y le colocas la etiqueta de 'repetidor' que provoca que los profesores tengan menos interés en él. Es una medida nefasta que no sirve para lo que se pretende", reivindica Gabaldón.

No es una opinión personal, se remite a estudios elaborados por él y por otros compañeros de distintos países que dejan claro esta realidad. Varios países de nuestro entorno están aprobando leyes educativas en esta línea.

La repetición de curso, como está vista en España, es un castigo al estudiante. "Está muy asentado que si un alumno o alumna no ha aprobado, y encima se porta mal en clase y no hace nunca los deberes hay que hacerle repetir como castigo, pero esto no sirve para que mejore, más bien todo lo contrario", dice Gabaldón.

 Alumnado de segundo de Bachiller que se prepara para la PAU con su tutora. IES Ballester.

 Alumnado de segundo de Bachiller que se prepara para la PAU con su tutora. IES Ballester. / MIGUEL ÁNGEL MONTESINOS

En el curso del covid la repetición se redujo drásticamente por las facilidades que se dieron al estudiantado, pero este se ha vuelto a disparar. Según los datos del Ministerio de Educación, en el curso 2020-21 la tasa de alumnado repetidor era del 3,9 % en la ESO, mientras que en el curso 2021-22 se disparó hasta el 8,1%.

Los ricos no repiten curso

No todos los estudiantes repiten por igual, porque no todos los colegios, ni todos los barrios y familias son iguales. Las notas están íntimamente relacionadas con la renta de la familia. Un niño o niña de familia rica tiene muchas menos papeletas para repetir curso que un estudiante de familia empobrecida. Un alumno con padres de renta alta probablemente saque mejores notas que uno que vive en la periferia.

Una vez más, hay estudios que lo corroboran. "En los países nórdicos la equidad es mucho mayor. Los estudiantes de zonas de rentas altas sacan unas notas muy similares a los de colegios de barrios trabajadores. Pero cuando miramos el sur de Europa la segregación por renta se dispara y se agranda la brecha entre niños ricos y niños pobres", explica Gabaldón.

Esta realidad se reproduce de forma sutil, pero se reproduce. En resumen "la escuela deja claro cuál es su lugar a la clase humilde. Es más fácil que los docentes vean con buenos ojos al estudiante de buenas maneras, bien vestido y educado, que al que habla mal o con dejes de barrio. El profesorado empatiza más con la clase alta", asegura.

Por otro lado está el colegio en el que cada uno estudia, y aquí hay segregación incluso entre los públicos. "Los centros bien ubicados en la ciudad y en buenos barrios suelen tener a los profesores con más experiencia, que llevan más años enseñando y que están más asentados. Los centros de barrios periféricos o marginales cuentan con profesorado recién llegado con poca experiencia, o que suele estar más fatigado. También tienen muchos menos medios y en definitiva, la enseñanza es de mucha peor calidad", dice Gabaldón.

Segregación entre privada y pública

Varios informes oficiales ya apuntan a esta tendencia de segregación escolar entre la pública y la privada (aunque también entre centros públicos de más o menos renta). Un informe reciente del Observatorio del Sistema Universitario denuncia que el alumnado de la privada llega dopado a la selectividad, con un porcentaje de sobresalientes y notas altas mucho mayor que el estudiantado de los IES públicos.

Víctor Gómez, profesor de valenciá.

Víctor Gómez, profesor de valenciá. / MIGUEL ANGEL MONTESINOS

Hay una clara desproporción: en la privada se sacan 6 veces más sobresalientes que en la escuela pública. Esto, advierte el informe, da a este tipo de alumnado una ventaja en sus posibilidades de acceder a las carreras más demandadas.

Pero la segregación no va solo por centros, también por zonas. Según datos del informe PISA 9 de cada 10 centros en barrios trabajadores son públicos, pero en los distritos ricos hay un 24 % de concertados, 29 % de privados y 46 % de públicos.

En los colegios públicos predomina el alumnado de clase baja, aunque también hay media y alta. En la concertada se invierte esto; solo un 11 % del estudiantado de la concertada viene de familias desfavorecidas. En la privada el porcentaje es del 2 %, mientras que más de la mitad del alumnado pertenece al 20 % más rico de la sociedad.