LA VIDA CONTIGO

Las tetas vuelven a dar que hablar

La actuación de Eva Amaral en el Sonorama ha generado todo críticas y alabanzas entre quienes lo consideran un "acto político valioso"

La cantante Eva Amaral actúa en uno de los escenarios del Festival Sonorama 2023, este sábado en la localidad burgalesa de Aranda de Duero.

La cantante Eva Amaral actúa en uno de los escenarios del Festival Sonorama 2023, este sábado en la localidad burgalesa de Aranda de Duero. / EFE/Paco Santamaría

María G. San Narciso

María G. San Narciso

Algo removió en las tiendas de discos aquella portada del album Cut de The Slits. El grupo, que por aquel entonces estaba formado por Ari Up, Viv Albertine y Tessa Pollitt (poco antes se había ido Paloma Romero, más conocida como Palmolive, una baterista española que también tocó la batería en Flowers of Romance junto al polémico Sid Vicious), publicaba su disco debut con una fotografía con las tres componentes con los pechos al aire. Se la hizo la fotógrafa Pennie Smith después de que la madre de Albertine, horrorizada por la posibilidad de que las usaran, destrozara a propósito otras instantáneas en las que salían haciendo nudismo de vacaciones.

Que tres mujeres blancas salieran haciendo cubiertas de barro no sentó bien a muchas feministas ni se entendió por todos los entusiastas del punk de Inglaterra. "Mucha gente tiene problemas con la portada del álbum Cut. Mucha gente feminista se sintió ofendida porque volvió a hacer retroceder a las mujeres porque el cuerpo está ahí, bla, bla. Pero no es pornografía, es todo lo contrario, ser natural con tu cuerpo, mostrar el lado natural de tu cuerpo", aseguraría la ya fallecida Ari Up en una entrevista en 2006. Su excompañera Albertine la definiría en su libro Ropa, Música, Chicos como una mujer a la que no le interesaba resultarle atractiva a los chicos. "Le da igual estar guapa o ser seductora, todo lo que hace lo hace por su propio placer. No considera su cuerpo un medio para conseguir pareja y no se reprime ni un pelo para evitar hacer sombra a ningún chico", escribía.

Imagen del album 'Cut' de The Slits.

Imagen del album 'Cut' de The Slits. / EPE

Hay algo en los pechos femeninos y, sobre todo, en sus pezones, que continúa siendo diferentes a los masculinos a ojos de la sociedad. No se ven igual cuando se exponen, por mucha naturalidad o placer que sienta una al liberarse del sostén, denominados en los años 70 como "instrumentos de tortura" en pleno movimiento de liberación de las mujeres.

La razón es que, según multitud de teóricas y teóricos, la mirada patriarcal los sexualiza. Se libran pocas. Quizá la teta de la madre que amamanta a su bebé, la de Femen que grita condenando violaciones, la de una mujer madura o la de una enferma, como escribía la periodista Lorena G. Maldonado en El Español. El resto no.

¿Acto político valioso o naif?

Cuando Eva Amaral las enseñó en el Sonorama, muchos la criticaron asegurando que no hay nada de transgresor en eso de mostrar los pechos. "Esto es Por Rocío. Por Rigoberta. Por Zahara. Por Miren. Por Bebe. Por todas nosotras. Porque nadie nos puede arrebatar la dignidad de nuestra desnudez. La dignidad de nuestra fragilidad, de nuestra fortaleza. Porque somos demasiadas. Y no podrán pasar por encima de la vida que queremos heredar. Donde no tenga miedo a decir lo que pienso. Porque hoy es el día de la Revolución", gritó ella. "¡Cómo vamos los hombres a tener miedo a las tetas!", decían algunos en las redes. "Eso de la liberación de los pechos quedó en los 70, ahora los movimientos están para otras cosas (más importantes)", venían a expresar otras.

Eva Amaral durante su actuación en el Festival Sonorama 2023.

Eva Amaral durante su actuación en el Festival Sonorama 2023. / EFE/Paco Santamaría

Los cuerpos de las mujeres, y su uso, comenzaban una vez más el debate. "Se intenta criticar antes de conocer. El acto de Eva Amaral es para apoyar a otra mujer. Es por sororidad. En este sentido, entonces, es feminista", defiende la antropóloga especializada en estudios de género y sexualidad Livia Motterle.

Ella y Beatriz Gimeno, política, activista y feminista española a favor de los derechos LGBT y de la mujer, recalcan a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA que el gesto de la vocalista de Amaral se hizo, sobre todo, por lo ocurrido con Rocío Saiz. La artista llevaba una década quitándose la camiseta para cantar Como yo te amo, la mítica canción escrita por el compositor español Manuel Alejandro e interpretada por artistas como Rocío Jurado. "¡Para todos aquellos que dicen que las mujeres tenemos que ser discretas!", grita a modo de performance en cada actuación. Pero en un concierto en Murcia este pasado mes de junio en la celebración del Orgullo LGTBIQ+ 2023 la amenazaron con detenerla si no se cubría los pechos.

Por eso, Gimeno cree que lo que ha hecho Eva Amaral es un "acto político muy valioso". "No se puede separar el acto en sí del contexto. Si no tuviera ninguna importancia nadie hubiera puesto el grito en el cielo. Pero estamos en un momento de retroceso para los derechos de las mujeres y de sexualización de sus cuerpos", asegura. Recuerda todas las polémicas que hubo este año con la prohibición de los topless (algo ilegal) o el intento de "la extrema derecha por imponer valores tradicionales sobre los cuerpos de las mujeres".

La importancia del contexto

"Cuando una mujer intenta disfrutar o decidir sobre su cuerpo, el modelo patriarcal siempre condena su decisión. Lo que hizo Eva Amaral fue por una causa política. Es un gesto contra la censura social. Y se habría generado aún más un escándalo en un contexto hipersexualizado", reivindica Motterle. Para ella, parte de la crítica viene cuando el cuerpo femenino no responde a exigencias patriarcales. "Este acto es muy válido y sonoro", añade la antropóloga.

“La reflexión que se puede hacer es: ¿por qué tiene el pecho de las mujeres esa connotación de provocación? Obviamente, responde a la lógica patriarcal del poder sobre los cuerpos de las mujeres en sus diferentes versiones, el cuerpo femenino bajo la mirada y el control masculinos”, aseguraba Jorge García Marín, profesor titular de Sociología y director del Club de Masculinidades Disidentes de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), al Faro de Vigo, del grupo Prensa Ibérica. "Todavía hay algunas reticencias hasta para dar de mamar porque el pezón femenino está sexualizado. Por eso mostrarlos en un contexto nada sexualizado, y por una cuestión nada sexual, creo que es un gesto feminista y político importante", recalca Gimeno.

Las diferencias

Algo hay, opinan ellas, cuando Instagram elimina las publicaciones en las que se ve un pezón femenino pero no el masculino. Cuando censuran una actuación de Måneskin en los premios VMA por vérsele un pecho a la bajista, pero no por el torso descubierto o las nalgas vistas del cantante. Cuando hay quienes piensan que pueden prohibir el topless en las piscinas o detener a artistas en lugares plagados de hombres con el torso descubierto. Y, todo ello, en una sociedad que se ha criado rodeada de tetas en las pantallas y revistas.

Rigoberta Bandini cantaba eso de "no sé por qué dan tanto miedo nuestras tetas" que a tantos les sonó ridículo. Pero, por unas u otras razones, los únicos pezones que se censuran, critican y generan reacciones son los de ellas.